El presidente de la Generalitat y de CDC, Artur Mas, ha anunciado este viernes que ha propuesto a Josep Rull como coordinador general del partido -el 'número dos'- y a Lluís Corominas como secretario general adjunto de CiU. En rueda de prensa, Mas ha expuesto que reforma la dirección ahora porque, tras la renuncia de Oriol Pujol a la secretaría general de CDC el pasado 14 de julio, quiere tener un partido normalizado en poco tiempo para afrontar «los grandes retos» que le esperan a Cataluña en los próximos meses.
Mas ha explicado que ha querido cerrar los cambios en la dirección antes del mes de agosto, pero ha recordado que la reforma que ha propuesto deberá ser ratificada por el Consell Nacional que la formación tiene previsto celebrar el 6 de septiembre.
Rull sustituye a Oriol Pujol como 'número dos' aunque no asume el mismo cargo, el de secretario general, ya que es un cargo que solo puede salir de un congreso extraordinario que CDC no quiere hacer, porque «no es momento de despistarse en cuestiones internas«, ha justificado Mas.
Así, Rull, que mantiene su responsabilidad como secretario de Organización, asume también la tarea de coordinar la dirección del partido, lo que le convierte en el segundo del partido; Corominas, en CDC, seguirá como vicesecretario general de Coordinación Institucional y asume el encargo de preparar las municipales de 2015. Mas también da más responsabilidad a Corominas en CiU, ya que sustituirá al alcalde de Barcelona, Xavier Trias, como secretario general adjunto de la federación; el presidente catalán consideraba pertinente introducir este cambio después de Josep Antoni Duran traspasara a Ramon Espadaler la secretaría general.
El tercer nombre que gana peso en CDC es el de la alcaldesa de Sant Cugat del Vallès (Barcelona), Mercè Conesa, que se convierte en la portavoz del partido, una persona que Mas ha definido como «de la máxima confianza» y de gran experiencia política.
Aparte de Mas, Rull, Corominas y Conesa, conforman el resto del Comité de Dirección del partido Francesc Homs (vicesecretario General de Estrategia); Jordi Turull (presidente y portavoz de CiU en el Parlament); Pere Macias (representante de CDC en la Cortes Generales); Irene Rigau (presidenta del Consell Nacional); Xavier Trias (presidente de la Comisión Nacional de Política Municipal); Meritxell Borràs (presidenta de la Comisión Nacional de Política Sectorial) y Francesc Sánchez (coordinador de régimen interno y comunicación).
«Estamos en una etapa muy densa y muy intensa donde pasarán muchas cosas. El principal partido de Cataluña tiene que estar perfectamente puesto al día, en funcionamiento, y en plena normalidad», ha expuesto el presidente catalán para justificar la reforma del Organigrama. Mas también ha impulsado cambios al frente de la fundación del partido, la CatDem, al que ha situado como nuevo director general a Joaquim Colominas.
«Comerse sapos»
El presidente catalán ha expuesto que CiU es el partido que «de largo se traga más sapos» en Cataluña, algo que, según Mas, la federación nacionalista no rehuye porque los ciudadanos le dieron su confianza mayoritaria para que gobernara en Cataluña en tiempos difíciles.
Preguntado por si a partir de septiembre ERC entrará en el Govern y, por lo tanto, se comerá los sapos con CiU, Mas se ha limitado a decir que «a partir de septiembre habrá densidad e intensidad de decisiones», sin entrar en más detalles. «Puedo decir que cambiarán cosas seguro, que habrá decisiones grandes seguro», y ha recordado que, antes de septiembre, en los próximos días deberán vivirse momentos a los que él da mucha importancia, como la reunión que tiene programada con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Oriol Pujol
Mas también se ha referido a la decisión de Oriol Pujol de renunciar a su cargo en el partido y al escaño en el Parlament, asegurando que «entiende y respeta» las razones que le han llevado a apartarse de la primera línea de la política tras llevar más de un año imputado por el 'caso de las Itv'.
El presidente catalán ha lamentado que el proceso judicial que hay abierto contra Oriol Pujol es «muy lento, como muchos otros procesos judiciales», ha sentenciado.