La futura presidenta del PSOE, Micaela Navarro, actual presidenta de los socialistas andaluces, ha manifestado este sábado a su llegada al congreso federal extraordinario del partido que es un «privilegio y honor» asumir esa nueva responsabilidad y ha hecho un llamamiento a sus compañeros para que a partir del lunes trabajen todos juntos.
En declaraciones a los periodistas, Navarro ha indicado que su nuevo cargo lo quiere agradecer a los miles de compañeros y militantes que no se ven y que trabajan a diario por el partido, sin los cuales no hubieran sido posibles los años de historia que tiene el PSOE.
Preguntada sobre las quejas que se han producido por parte de algunos compañeros sobre la falta de integración en la Ejecutiva, ha indicado que ella cree firmemente en la democracia interna y el resultado que salga mañana será el que tengamos que aceptar porque será la «expresión de la voluntad soberana de los delegados, y no hay más».
Micaela Navarro se ha mostrado convencida de que, independientemente de cuál sea el resultado, a partir del lunes todos trabajarán juntos.
Primera mujer en presidir el PSOE
Navarro será la primera mujer en ocupar la Presidencia del PSOE, que desde el año 2000 está en manos de andaluces, primero con Manuel Chaves y después con José Antonio Griñán, al que ahora sustituirá.
Según han informado a Europa Press fuentes del PSOE andaluz, Navarro compatibilizará la Presidencia del PSOE con la de la federación andaluza, responsabilidad para la que fue designada en noviembre de 2012 en el congreso que situó a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, al frente de esta federación.
Navarro volvió en ese momento a la primera línea de la política de que había quedado apartada tras su salida del Ejecutivo andaluz tras las elecciones autonómicas de marzo de 2012. Un mes antes, en el 38 Congreso Federal del PSOE, había apoyado a Alfredo Pérez Rubalcaba para la Secretaría General, frente a la apuesta de Susana Díaz por la exministra Carme Chacón.
Sin embargo, la presidenta de la Junta decidió integrarla en su dirección, al nombrarla presidenta del partido, una apuesta con la que 'cosía' la federación pero con la que también ponía en valor el perfil de Navarro, de quien valoró mucho su defensa de las políticas sociales y de igualdad.