El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha concentrado en la última semana del curso reuniones clave sobres tres asuntos que marcan la actualidad política y económica del país desde hace muchos meses: la crisis del PSOE, la lucha contra el paro y la recesión y el empuje del independentismo en Cataluña. Concluirá la semana con una rueda de prensa el viernes, en la que hará balance del curso.
La primera cita está prevista para este lunes por la tarde. El presidente del Gobierno recibe en La Moncloa al nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, horas después de que lo elija formalmente el Congreso Federal que los socialistas han celebrado este fin de semana.
La reunión tiene entidad por sí misma, puesto que el Partido Socialista ha renovado su dirección y busca un nuevo rumbo para superar su crisis de liderazgo político. Pero cuenta con el añadido de que Rajoy la ha situado 42 horas antes de verse con Artur Mas, el miércoles día 30, a las 11 de la mañana y después de casi un año sin encontrarse cara a cara con el presidente de la Generalitat.
La secuencia hace pensar que Rajoy quiere tener clara la posición del nuevo líder del PSOE sobre la crisis catalana, o intentar acordar una posición común, antes de encontrarse con Mas. El presidente siempre ha defendido la unidad de acción con los socialistas en este terreno y ha elogiado en público la sintonía con el líder saliente, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Algo más que «acabar» con Rajoy
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró el viernes que Rajoy quiere mantener con Sánchez la misma «comunicación general» y fluida que tenía con Rubalcaba en los grandes asuntos, pero añadió que la del lunes es «una primera toma de contacto».
Desde el PP se ha reiterado estos días que están a la espera de que Sánchez se asiente en el cargo y dé a conocer sus cartas sobre varios asuntos, no sólo el catalán. Dudan de que tenga la «visión de Estado» que los 'populares' reclaman del líder de la oposición y le instan a demostrar en su reunión con Rajoy algo más que sus ganas de «acabar» con el presidente del Gobierno, en palabras del portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso.
Por su parte, el recién elegido líder del PSOE insistió este domingo en que el conflicto catalán debe abordarse desde una postura «abierta, con diálogo, negociación y pacto» y ha planteado la vía federalista como «la única que garantiza que la unión de los pueblos de España». «Entre el choque de trenes de la derecha y el separatismo de Mas hay que reformar la Constitución para que todos los españoles voten de nuevo un nuevo marco de convivencia federal», sentenció.
La víspera de la reunión, Sánchez se desmarcó también claramente de las reformas que el Gobierno ha bautizado como «de regeneración democrática» y porque cree que sólo pretenden «resolver sus líos internos». «Si quiere de verdad regenerar la democracia, que coja la escoba y empiece a limpiar su casa», avisó en el discurso de clausura del Congreso en que fue elegido.
Santamaría resumía el viernes la disposición con que Rajoy afronta el encuentro con el dirigente catalán: pueden hablar de todo aquello que esté dentro de la ley e interesa a las comunidades autónomas en general, como la salida de la crisis; si el único «plan» de Mas para ese encuentro es tratar de pactar una consulta, no habrá «nada» que hacer.
Rajoy y Mas se reunieron por última vez hace casi un año, el 29 de agosto de 2013, un encuentro secreto en Madrid que no dio pie a nuevas convocatorias. De hecho, si se han vuelto a ver ha sido porque el trabajo les ha hecho coincidir y aún así, en alguna ocasión se han evitado, como en el Foro de Marcas Renombradas Españolas el pasado abril en Barcelona.
Ha sido el periodo más largo sin encontrarse en lo que va de legislatura, puesto que hasta el año pasado se habían encontrado mano a mano al menos en cuatro ocasiones: dos en 2012 y otras dos en 2013. La relación se interrumpió tras la convocatoria con fecha y contenido de la consulta soberanista el diciembre pasado, detalles de los que el presidente se enteró por los medios de comunicación, según ha explicado él mismo en público evidentemente molesto.
El presidente del Gobierno lleva meses reiterando que siempre está dispuesto al diálogo, pero nunca sobre algo ilegal y que eso es lo que constituye la convocatoria de referéndum lanzada para el 9 de noviembre. Y ante la reunión del miércoles, ha rebajado las expectativas –«hablaremos, pero no voy a hacer aquello que ni puedo ni debo hacer»– y se ha descargado de responsabilidad por la situación: «Yo sé que hay un problema, sé que hay que afrontar el problema, pero las cosas se piensan bien antes de hacerse porque luego pasa esto. En cualquier caso, hablaremos».
También con sindicatos y patronales
El presidente ha intercalado entre la cita con Pedro Sánchez y la de Artur Mas un encuentro también con sindicatos y patronales, con los que ya se vio el pasado mes de marzo.
Fuentes del Gobierno aseguran que no es un encuentro excepcional y que se celebra en clave económica, que servirá para valorar la situación general y cuestiones más concretas como la implantación de la Garantía Juvenil o las expectativas ante el nuevo Gobierno en Bruselas.
Fuentes sindicales aseguran por su parte que afrontan esta cita de julio «con los ojos puestos en dinamizar el diálogo social en septiembre», de acuerdo con el compromiso adquirido ya en aquel encuentro de marzo.
Y con el propio partido
Para completar la agenda, el presidente ha decidido reunirse antes de todo con su partido, convocando el lunes a las 11 horas el Comité Ejecutivo Nacional en el que participan los dirigentes territoriales y nacionales.
No hay un orden del día con asuntos concretos, pero fuentes 'populares' dan por supuesto que Rajoy expondrá los argumentos con los que acude a las reuniones que le esperan.