Un estudio llevado a cabo por científicos españoles ha determinado que la roca que se desintegró sobre la localidad de Villamuelas (Toledo) en abril de 2103 procedía de un cometa que aún no ha sido descubierto.
Además, este trabajo, liderado por el Profesor José María Madiedo de la Universidad de Huelva y publicado en Astronomy and Astrophysics, ha permitido obtener datos sobre la composición química de este fragmento, que pesaba unos 40 kilogramos y que impactó contra la atmósfera terrestre a casi 70.000 kilómetros por hora.
Este brusco impacto generó una bola de fuego mucho más brillante que la Luna llena. La roca continuó avanzando a gran velocidad hacia la Comunidad de Madrid y estalló a unos 70 kilómetros de altura sobre Serranillos del Valle, lo cual produjo su desintegración total. Este suceso evitó que no sobrevivieran fragmentos que alcanzasen el suelo en forma de meteoritos.
El fenómeno, que pudo ser contemplado por numerosas personas a lo largo de todo el país, fue registrado por los sistemas de detección de la Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos. Desde la zona centro de la Península la bola de fuego fue especialmente llamativa. De hecho, por su proximidad, quienes se encontraban en el Complejo Astronómico de La Hita (Toledo) pudieron ser testigos de excepción del fenómeno. Desde allí, la astrónoma Leonor Ana Hernández, que se encontraba fotografiando el cielo nocturno en el marco de una actividad divulgativa organizada por el observatorio, obtuvo una impresionante foto que servirá como portada a la revista científica.
En esta investigación han participado también la Universidad de Sevilla, el Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC), la Universidad Complutense de Madrid, la Fundación AstroHita, el Instituto de Astrofísica de Andalucía, el Observatorio de La Murta y el Centro Astronómico Hispano-Alemán (Observatorio de Calar Alto).