martes, noviembre 26, 2024
- Publicidad -

Tensión, desconfianza y temor en Tetuán

No te pierdas...

El distrito de Tetuán ha sido siempre un barrio multicultural en Madrid. Sus orígenes se remontan a la Guerra de África, cuando el Ejército acampaba en las dehesas del norte de la capital. Allí, en torno al campamento, se fueron instalando distintos comerciantes marroquíes hasta que poco a poco se creó el barrio. Su nombre fue un homenaje a la ciudad marroquí de Tetuán. Es por tanto un barrio musulmán en su origen, al que después se fueron uniendo latinos, asiáticos, convirtiéndose así en uno de los distritos más ricos de Madrid, culturalmente hablando.

Este origen choca radicalmente con la instauración del Hogar Social de Madrid Ramiro Ledesma, situado desde hace aproximadamente un mes en la calle Juan de Olías y cuyo objetivo es, como indican en su página oficial de Facebook, “mejorar nuestros barrios y ciudad”, lo que les ha conducido a “una ocupación patriota no conforme en la capital”. Esta antigua fábrica abandonada, más que un centro social, parece un cuartel general. La puerta siempre está cerrada, cuando cualquier otro hogar social mantiene sus puertas abiertas, además la presencia de la Policía Nacional en la entrada es constante. «Es un sinsentido que en un barrio en el que la mayoría de la población es inmigrante esté esta gente repartiendo bocadillos de mortadela”, comenta un vecino.

Casi medio centenar de vecinos pidió este domingo que se desalojara esta casa 'okupa'. Sin embargo, la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, se ha desmarcado diciendo que las razones del conflicto es la presencia de otro centro, de ideología izquierdista. «El conflicto es permanente entre ambos centros. Uno está ocupado por nazis y el otro por gente de ideología contraria. Queremos que se desalojen porque ambos contribuyen por igual. Se trata de la ocupación de un espacio. La Policía ha instado ahora el desalojo de La Enredadera». Sin embargo, los vecinos llevan años conviviendo pacíficamente con el centro de izquierdas y el conflicto con agresiones graves a emigrantes comenzó con la llegada de los nazis del «Ramiro Ledesma».

La ocupación de esta fábrica por un grupo de nazis no ha hecho más que revolucionar a algunos vecinos del barrio. “En tan sólo un mes ha habido cinco agresiones. Dos se saben, pero el otro día agredieron a una chica en el Metro por ir con una camiseta de los Ramones”, cuenta un joven que prefiere no desvelar su identidad. Es tal el descontento que a finales de agosto se produjo una manifestación a la que acudieron alrededor de mil personas para pedir la desaparición de este centro.

«Es un sinsentido que en un barrio en el que la mayoría de la población es inmigrante esté esta gente repartiendo bocadillos de mortadela”

Los comerciantes de la zona, la mayoría, de origen asiático y latino, también tienen mucho miedo. La primera reacción ante la presencia de la prensa es la de no querer opinar ni hablar sobre el tema: “No quiero hablar porque pueden tomar acciones contra mí. Imagina que vienen una noche y me prenden fuego a la tienda”, comenta un comerciante.

Otro vecino de Tetuán reconoce a EstrellaDigital.es que el barrio está sumido en el miedo. “La gente no quiere opinar por miedo a represalias”. Piensa que la creación de este hogar en Tetuán es porque en este distrito madrileño hay muchos inmigrantes, sería por tanto un acto reivindicativo para hacerse notar. Lo que este joven tiene claro es la inseguirdad y desconfianza con la que se vive en este barrio de la capital. “A mí me miran mal por la calle por estar rapado, y no tengo nada que ver con ellos”, relata.

Además carga contra las autoridades políticas, las cuales no están haciendo nada por solucionar el problema. “Se está intentando vender que es una lucha entre extrema izquierda y  extrema derecha, cuando no es así”, aclara otro vecino.

“No quiero hablar porque pueden tomar acciones contra mí. Imagina que vienen una noche y me prenden fuego a la tienda”

Tensión, incertidumbre y temor es lo que se vive en los alrededores de la calle Bravo Murillo de Madrid. Un problema que, para la mayoría de vecinos, debe ser solucionado por las autoridades policiales y políticas. La mirada de los agentes de la UIP aparcados en la puerta del «Ramiro Ledesma» no llega más allá de un par de manzanas. En las calles y las tiendas no se siente protección, sino miedo.

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -