El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, ha afirmado este jueves que «las conversaciones con alguien que puedan declarar algo en un proceso» podrán tener «significación política», pero no «trascendencia estrictamente penal» para el proceso en cuestión.
Torres-Dulce se ha expresado así, en una entrevista en la Ser, preguntado por un SMS que Jorge Moragas, jefe de gabinete del presidente del Gobierno, le envió a Victoria Álvarez, la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola. «Si dieses una entrevista y lo contases todo salvarías a España y yo te haría un monumento», le dijo Moragas, según los diarios digitales Vozpopuli y Eldiario.es.
«Hay dos planos, las actividades políticas, o preprocesales, correctas, lícitas, éticas o no éticas, respecto a los hechos, y luego las actividades procesales», ha remachado.
En todo caso, el fiscal ha querido ser prudente hasta que se confirme lo que ha calificado de «invasión de la intimidad de esa comunicación» algo que, además, ha afirmado que siempre le «preocupa».
Además, ha pedido que no se «mezclen» más hechos de los que derivan de las actuaciones judiciales. Así, ha recordado que hay hechos bajo investigación judicial, que en ellos ha aparecido «algunas de las personas» mencionadas en las conversaciones –en alusión a Álvarez– y que antes o después se conocerán los hechos.
Eso sí, ha admitido que no es buena la sospecha de que el aparato del Estado actúa en función de cada circunstancia y que cualquier sospecha de interferencia en la Justicia «no resulta especialmente positiva» para la credibilidad de las instituciones.
En este punto, ha aprovechado para insistir en su reivindicación de potenciar el papel investigador de la Fiscalía, con «absoluta imparcialidad». A su juicio, si la Fiscalía tuviese más protagonismo en la investigación de los delitos y pudiera «gobernar desde el primer momento» el proceso en vez de depender de lo que aportan otros organismos –la Agencia Tributaria o las Fuerzas de Seguridad– podrían establecer «con más nitidez las reglas del juego» y «los campos de responsabilidades en la preparación de los delitos».