El Ministerio de Sanidad insiste en que el traslado a España del segundo religioso español, Manuel García Viejo, infectado por ébola no representa «ningún riesgo». «Prácticamente riesgo nulo», ha insistido la directora de Salud Pública, Mercedes Vinuesa, en la rueda de prensa concedida este lunes en Madrid para explicar la repatriación del segundo español afectado por la letal enfermedad. Y que según ha informado el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, se encuentra «en estado grave» y con una «importante deshidratación». No obstante, y según ha confirmado el Gobierno, no está previsto que el religioso reciba el suero experimental Zmapp (el tratamiento que recibió Miguel Pajares), puesto que las existencias están agotadas.
El director médico del Hospital San Juan de Dios de la ciudad de Lunsar (Sierra Leona), que ha ingresado en el Complejo Hospitalario La Paz-Carlos III a las 3.46 horas de este lunes, repatriado desde una zona endémica del virus. A su ingreso, se ha procedido a su motorización y se le ha realizado una extracción de sangre para el estudio de hemograma, bioquímica y coagulación. También se le ha realizado otra extracción para realizarle las pruebas específicas del ébola y malaria o paludismo, que han sido remitidas al laboratorio de alta seguridad del Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad.
El tratamiento que recibirá el religioso español aún es una incógnita. Según ha asegurado Vinuesa, la Agencia Española de Medicamentos lleva desde el pasado sábado trabajando con todos los organismos internacionales para conseguir los tratamientos que ya existen. «Estamos redoblando todos los esfuerzos para conseguir el fármaco», ha insistido la directora de Salud Pública, que sí ha querido dejar claro que todos los tratamientos que actualmente existen no están «comercializados», ni «probados». Aún así, Sanidad ha asegurado que estudiará todas las opciones posibles. «Los médicos que le tratan están evaluando los tratamientos disponibles y evaluando su aplicación. Cuando los expertos tomen una decisión se le ofertará al paciente. Y en función de lo que éste decida, nos pondremos en contacto con la Agencia de Medicamentos», ha explicado Antonio Alemany.
Una de las opciones sería administrarle suero «convaleciente» de otros pacientes que hayan superado la enfermedad, aunque la eficacia de estos posibles tratamientos no está probada, ha advertido el Ministerio de Sanidad. «Hay tratamientos experimentales que no están comercializados. Se está acelerando el proceso dada la situación, pero aún no hay nada demostrado», ha insistido el Gobierno, que ha recordado que la letalidad de la enfermedad es del 49%.
Segunda repatriación en menos de dos meses
El avión medicalizado del Ejército del Aire que transportaba al religioso Manuel García Viejo, infectado de ébola, aterrizó en la base aérea de Torrejón de Ardoz en torno a las 03.15 horas y desde allí el religioso español fue trasladado al hospital Carlos III, donde permanecerá ingresado.
Toda la operación de repatriación del religioso fue planificada y dirigida desde el Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa y ejecutada con personal y medios del Ejército del Aire, al igual que la de los días 5 y 6 de agosto pasados en que se procedió a la evacuación desde Monrovia (Liberia) del sacerdote Miguel Pajares, también de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, y de la monja de origen guineano y pasaporte español Juliana Bonoha.
El T.10 de transporte táctico fue adaptado para la misión de evacuación sanitaria durante la noche del sábado en la base aérea de Torrejón (Madrid), inmediatamente después de su llegada de Zaragoza. La medicalización ha consistido básicamente en la instalación de una cámara proyectada para aislar y mantener estabilizado al enfermo de ébola. El avión transporta una segunda cámara de reserva, ya montada, y otra más sin montar, con carácter preventivo, así como material médico diverso con un total de 1200 Kg.
Las tripulaciones, sanitaria y de vuelo, iban protegidas con monos impermeables que cubren de los pies a la cabeza, más gafas, mascarilla, guantes y calzas, para aislarlas de fluidos o partículas contaminantes en el área de trabajo próxima al paciente, que previenen el contagio.
Para esta evacuación se desplazó en el avión dos tripulaciones de vuelo, integradas cada una de ellas por un piloto, un copiloto, un navegante y un operador de cargas (ocho personas en total) del Ala 31, más dos equipos médicos de la UMAER formados por un Comandante médico, un Capitán enfermero y un auxiliar de enfermería (6 en total, todos ellos asimismo militares del EA).
García Viejo es médico especialista en medicina interna y diplomado en medicina tropical, y pertenece a la OHSJD desde hace 52 años. Asimismo, ha dedicado los últimos 30 años a trabajar en África, y desde hace 12 años es el director médico del Hospital San Juan de Dios en Lunsar.
La de García Viejo será la segunda repatriación desde África que haga el Gobierno de un español infectado por ébola. El primero fue el también religioso Miguel Pajares, que fue trasladado a España desde Monrovia (Liberia). El sacerdote Pajares falleció el pasado 12 de agosto en el complejo hospitalario Carlos III de Madrid, donde estaba siendo tratado por el «suero milagroso», el medicamento ZMapp llegado de Estados Unidos. Pajares llegó a España junto con la hermana Juliana, que dio negativo en los test del ébola.
Preparación cuestionada del hospital Carlos III
La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) ha advertido de que el Hospital Carlos III de Madrid no ha sido objeto de «actuaciones de recuperación» como hospital de infecciosos y de que «ni siquiera cuenta ya con un laboratorio» de análisis de muestras.
«Desgraciadamente, desde el caso anterior de ébola atendido en el Hospital Carlos III, no se han llevado a cabo actuaciones de recuperación de las características del mismo y así se vuelve a tratar un caso de un virus muy agresivo en un hospital que ni siquiera cuenta ya con un laboratorio capacitado para analizar muestras», ha indicado la federación.
Para la federación, la política de «privatización del sistema sanitario público llevada a cabo por el PP, con criterios sólo económicos, lleva a desastres como desmantelamiento del Hospital Carlos III como hospital de infecciosos», lo que, a su juicio, supone «un grave riesgo para el abordaje de situaciones epidémicas».
Por otra parte, espera que en el caso de García Viejo «se tenga prudencia antes de importar y autorizar la utilización de un medicamento de composición desconocida, del que se tiene una experiencia mínima en humanos». «No ha seguido los ensayos clínicos precisos, por lo que se desconocen sus posibles efectos secundarios y su eficacia real en personas», ha alertado la federación, en alusión al medicamento utilizado en el padre Miguel Pajares, quien finalmente falleció como consecuencia del virus del ébola.
Por todo ello, ha exigido «información sobre los costes de la operación de repatriación» y el mantenimiento del Hospital Carlos III como hospital de tratamiento de enfermedades infecciosas y tropicales, su dotación completa para poder abordar estas enfermedades, así como «una explicación de por qué se intentó prescindir de un centro de estas características».