viernes, noviembre 1, 2024
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Un informe del Ejército alerta sobre el envejecimiento de la tropa

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Un informe interno del Ejército de Tierra considera que su escala de tropa tiende al envejecimiento, por lo que aconseja «tomar medidas» para «renovar y rejuvenecer» sus filas. Para ello, propone forzar la salida de aquellos militares que no hayan firmado contratos de larga duración, aunque también de los que sí lo hayan hecho, así como reducir la permanencia para poder ofertar mayor número de plazas año a año y que así pueda acceder gente más joven.

El documento, elaborado por el Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC) y al que ha tenido acceso Europa Press, concluye que la tasa de permanencia de la tropa es «elevada» –más del 95 por ciento–, lo que unido a la considerable reducción del número de efectivos de tropa –de los 60.000 que establecía el modelo de profesionalización de la Ley de Tropa y Marinería a los aproximadamente 53.000 que existen hoy en día debido a los recortes presupuestarios– ha hecho que el envejecimiento de la tropa se haya adelantado.

«De mantenerse la permanencia en el 95 por ciento la reposición anual deberá ser pequeña y por lo tanto se reducirán los menores de 26 años, aumentarán los comprendidos entre esta edad y los 39 años», explica el documento.

Este texto elaborado en el Ejército de Tierra advierte de que «la consecuencia más grave de la alta retención es que habrá que cesar anualmente a muchos soldados por cumplir los 45 años de edad sin adquirir la condición de permanentes, con las implicaciones económicas, sociales y políticas que esta medida tiene».

Elevado gasto en pensiones

Según cálculos de las asociaciones profesionales de militares, el Estado deberá desembolsar casi 10.000 millones de euros a lo largo de unos 20 años para pagar las pensiones de los miles de soldados y marineros que habrán tenido que dejar las Fuerzas Armadas por haber cumplido 45 años y no haber accedido a la condición de militares de carrera.

Los militares que cumplen su contrato al llegar a los 45 años abandonan las Fuerzas Armadas con derecho de hasta dos años de paro y con una asignación anual de 7.200 euros hasta la jubilación, de ahí ese importante desembolso que tendrá que asumir el Estado en los próximos años.

El Mando de Adiestramiento y Doctrina del Ejército de Tierra considera que una tasa de permanencia del 87 por ciento sería la «ideal», puesto que, según sus cálculos, «en ella toda la tropa adquiriría la condición de permanente o abandonaría filas antes de cumplir los 45 años de edad sin ser necesario cesar a nadie» por edad.

Dificultar contratos y reducir la permanencia

Así pues, este documento considera «necesario tomar medidas que propicien la salida de aquellos que aún no hayan firmado contratos de larga duración y también de aquellos que ya lo hayan hecho y reducir progresivamente la permanencia con la finalidad de poder ofertar mayor número de plazas para nuevo ingreso, renovando y rejuveneciendo la clase de tropa y reduciendo los ceses forzosos al cumplir las condiciones establecidas por la ley».

Para reducir la permanencia, el informe recomienda «dificultar el acceso a los contratos de larga duración, facilitar la salida al mercado laboral» de aquellos que tienen contrato y, consecuentemente, aumentar la oferta de plazas de nuevo ingreso.

Además, plantea volver a la redacción original de la Ley de Tropa y Marinería de 2006, dejando la edad máxima de ingreso en 27 años de edad y no en 29 como se estableció en la reforma que llevó a cabo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2008 como medida para luchar contra el paro ya en época de crisis.

La experiencia es un grado

A pesar de todo, el informe ofrece una visión positiva del «envejecimiento» de la tropa reconociendo que, según los expertos, la «edad de oro de las personas», en la que los individuos «ofrecen las mayores aportaciones sociales», se sitúa entre los 30 y los 39 años, por lo que considera que la presencia de soldados y marineros cada vez más en esta franja de edad «no debe ser motivo de pérdida de operatividad».

Eso sí, remarca que el aumento de la tropa en esta franja de edad «no debe comprometer el cumplimiento de las misiones siempre y cuando se conserve la condición física «con buenos sistemas de entrenamiento y las debidas medidas de seguridad e higiene en el trabajo».

Asimismo, recuerda que «la experiencia es un grado» y que los individuos que superan los 40 años de edad «funcionan mucho mejor en aquellas tareas rutinarias que han realizado durante años». «El adulto de 40 años o más es capaz de desarrollar mecanismos y conductas compensatorias que le hace funcionar con una eficacia laboral general mejor que los más jóvenes», admite.

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