miércoles, noviembre 27, 2024
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El Rey insiste en el compromiso de la ONU con la soberanía nacional

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El Rey Felipe VI ha reivindicado este miércoles en su estreno mundial ante la Asamblea General de la ONU el compromiso de este organismo con principios como los de la «soberanía nacional» e «integridad de los Estados».

En un discurso en el que ha pedido el voto para la candidatura de España a ingresar en el Consejo de Seguridad de la ONU en el bienio 2015-2016, ha subrayado que España ha demostrado «siempre» su «apoyo incondicional» al sistema de Naciones Unidas así como su «responsabilidad activa» con los principios que en esta Asamblea «todos» –ha dicho– reconocen.

Principios que, ha enumerado, abarcan desde «la libertad, la justicia» y la «igualdad» hasta la «soberanía nacional, independencia y la integridad de los Estados».

España quiere estar en el Consejo de Seguridad de la ONU «para servir más y mejor a la comunidad internacional», ha afirmado el Rey, que ha puesto en valor la participación de 130.000 miembros de las Fuerzas Armadas españolas en operaciones de mantenimiento de la paz en los últimos 25 años o los 30.000 millones de dólares que los españoles han aportado a la cooperación al desarrollo en los últimos 14 años.

En su intervención, el monarca se ha referido expresamente al continente africano y a los pequeños estados insulares, precisamente dos de las áreas en las que más ha centrado su campaña España, que compite con Turquía y Nueva Zelanda por dos de los puestos no permanentes que quedarán libres para el grupo regional al que pertenecen estas regiones.

Como hizo ayer durante su intervención en la Cumbre del Clima, Felipe VI ha alertado sobre el riesgo que el cambio climático representa para la supervivencia de estos pequeños países insulares, mientras se ha referido a Africa como «un continente de presente y de futuro» en el que surgen por doquier «nuevos ejemplos de innovación y creatividad».

«Creemos en Africa y lo demostramos con hechos», ha dicho, reivindicando la «solidaridad del pueblo español» con las víctimas de la epidemia de Ébola.

En relación con otras áreas del planeta, Felipe VI ha defendido una «Europa más unida y cohesionada»; se ha referido a Iberoamérica como una «hermandad» para España en el ámbito internacional y ha hablado del Mediterráneo, Oriente Próximo y el mundo árabe como «espacios muy cercanos, no solo en lo geográfico, sino también en lo cultural y lo afectivo».

Una región, esta última, en la que España tiene una «voluntad» firme de «contribuir a la estabilidad de la región» y donde, ha señalado, se «sufre en algunas sociedades el azote de una barbarie intolerable; una violencia criminal y atroz que amenaza a todas las sociedades del planeta y a los mismos valores de la civilización humana universal».

Prevención de conflictos

El Rey ha pasado de puntillas por los conflictos que copan la actualidad internacional y se ha limitado a hacer un llamamiento general a la prevención y resolución de los conflictos por la vía de la diplomacia.

«Vivimos tiempos marcados por la proliferación de conflictos; algunos de ellos especialmente devastadores y con efectos indiscriminados sobre las poblaciones civiles. Nuestro objetivo primordial ha de ser prevenir las guerras; y cuando no lo consigamos, entonces proteger y asistir a los inocentes y damnificados. No debemos nunca cejar en nuestro empeño de resolverlas mediante la diplomacia y todos los instrumentos que otorga la Carta de Naciones Unidas», ha dicho.

«Sobre todo –ha insistido– no perdamos la esperanza y recordemos que a pesar de todo el anhelo de concordia puede y debe prevalecer sobre los odios más enquistados».

Pero los conflictos armados no son las únicas amenazas a la comunidad internacional, ha advertido el Rey. También son víctimas del mal «cada niño atrapado en situaciones de violencia, cada mujer vejada o limitada en sus derechos simplemente por serlo, cada enfermo que fallece por falta de medicamentos, cada anciado abandonado» o «cada familia sin alimento y sin esperanza por una injusta distribución de la violencia».

España, diversa y solidaria

Felipe VI ha reservado una parte de su discurso a presentar España como una nación «renovada, pero fiel a sí misma y a sus compromisos internacionales». Y ha descrito a la sociedad española como «un ejemplo de compromiso con la dignidad de las personas, solidaria con los más desfavorecidos», con un «profundo sentido de la igualdad», que «rechaza el fanatismo, la violencia y la intolerancia y ama la paz».

«Es una sociedad diversa en su cultura y sus lenguas, capaz de superar dificultades con entereza y con sentido de la responsabilidad; y que demanda integridad y ejemplaridad como valores cívicos intrínsecos a la democracia. La española es una sociedad fuerte y generosa, con empuje, de la que me siento verdaderamente orgulloso», ha añadido.

El Rey también ha reivindicado la «gran obra política» que construyeron los españoles durante la Transición, cuando se dotaron de un «sistema» desde el que articularon «un Estado social y democrático de Derecho que ampara a todos los ciudadanos y a los distintos territorios de España en su diversidad política, geográfica, cultural y lingüística.

Sin mención a Gibraltar

La cuestión de Gibraltar –que suele ser recurrente cuando es el presidente del Gobierno el que habla en el debate general– no ha estado presente en el discurso del Rey.

Uno de los rivales de España en la campaña, Nueva Zelanda, es miembro de la Commonwealth, por lo que una mención al contencioso con Reino Unido podría restar votos a nuestro país. La batalla se dilucidará en una votación en la Asamblea General –donde cada país representa un voto– el próximo 16 de octubre.

El debate se ha iniciado con los discursos del secretario general de la ONU y del presidente de la Asamblea General. A continuación han comenzado a desfilar por el atril los jefes de Estado. Felipe VI ha hablado en cuarto lugar, tras las intervenciones de los presidentes de Brasil –que por tradición es el primer jefe de Estado en hablar en el debate general– EEUU y Uganda, pues un ugandés ha sido elegido presidente de la Asamblea.

Esta buena posición en el turno de intervenciones ha sido una deferencia de Naciones Unidas para con el monarca español, que se debe a su reciente proclamación y a la cercana relación que mantiene España con la ONU, organización de la que es su noveno contribuyente.

Felipe VI también ha aprovechado su discurso para reivindicar la pujanza del español y pedir que esta lengua asuma «ampliamente su definición formal de idioma oficial en la ONU, como lengua de trabajo y de plena presencia y representación».

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