martes, noviembre 26, 2024
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El mundo en 160 fotos

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A veces la grandeza del ser humano se mide por su capacidad de adaptarse a situaciones límite, por convertir en cotidiano lo impensable. Los fotoperiodistas de World Press Photo nos acercan al día a día de hombres y mujeres inmersos en circunstancias que, a pesar de verlas plasmadas en una fotografía, nos resulta difícil imaginar. Fotos que también nos permiten adentrarnos en formas de vivir y lugares donde las personas o la naturaleza forjan historias singulares.

Una de esas realidades que exige ponernos en la piel de los otros es la que cuenta una fotografía de Elena Chernyshova, donde unos bañistas se relajan tomando el sol a la orilla de un lago. La imagen no tendría nada de particular si no se tratara del lago Dolgoe, en Norilsk, la segunda urbe más grande del círculo polar ártico que ostenta el lamentable honor de estar entre las diez más contaminadas del planeta. Una ciudad que no tiene un sólo árbol vivo en un radio de 48 kilómetros debido a la lluvia ácida. Durante 250 días al año alcanza los 50 grados bajo cero y, consecuencia de la polución, la nieve que cae es negra. En tiempos de la URSS fue un gulag en el que murieron 17.000 personas.

Las fotografías son auténticas cargas de profundidad que nos conmueven sin paliativos

Historias como ésta hacen necesario leer las cartelas que acompañan cada instantánea. Sólo así descubriremos el cómo y el porqué de cada foto. En algunos casos, estas fotografías son auténticas cargas de profundidad que nos conmueven sin paliativos. Un ejemplo es la capturada por Maciek Nabrdalik que refleja la desolación de Nicolette, una niña que vive en un orfanato de Varsovia junto a sus cuatro hermanos.

Por otro lado, encontramos fotos que nos hablan de gentes olvidadas y marginadas. Entre las imágenes del neozelandés Robin Hammond, observaremos a un curandero coránico que intenta paliar las dolencias de los denigrados enfermos mentales en Mogadiscio, capital de la golpeada Somalia, recitando versos sagrados. Otros fotógrafos nos dan noticia de personas que, desencantados de la sociedad, se retiran a vivir como ermitaños en los bosques de Ucrania. Así como de los 6.200 indios Sioux que aún habitan la reserva Spirit Lake en Dakota del Norte o la severa discriminación que sufren gays y lesbianas en la República Democrática del Congo.

La violencia en sus distintas modalidades y las tragedias ocupan un espacio relevante en la exposición. Situaciones a las que los fotoperiodistas se enfrentan en su tarea de relatar con imágenes lo que sucede en el mundo. Escenas de violencia doméstica en Ohio, de los narcos en México, de las bandas en El Salvador (cuyas víctimas son identificadas por la ropa con la que fueron enterrados), de terrorismo en el centro comercial Westgate de Nairobi o en Boylston Street durante la Maratón de Boston y, por supuesto, de la guerra en la República Centroafricana, Siria, Gaza… 

El tifón que asoló Filipinas, los incendios forestales en Tasmania y otros sucesos de actualidad están aquí presentes. Al igual que otras catástrofes en las que el binomio mínimo coste/grandes beneficios enseña su cara más amarga. Es el caso del derrumbe del edificio Rana Plaza de Bangladés donde se ubicaban cinco infra-fábricas que confeccionaban ropa para conocidas marcas occidentales. Las fotos de Taslima Akhter y Rahul Talukder dan testimonio del desastre en el que murieron más de mil personas.

Podremos enterarnos que el culturismo es una actividad popular en Egipto

Asimismo, la muestra recoge temas más distendidos y curiosos. De esta manera, podremos enterarnos de que el culturismo es una actividad popular en Egipto y un orgullo para las familias, por lo que las madres posan complacidas ante la cámara (alguna totalmente cubierta con el burka) con sus fornidos hijos que enseñan los trabajados torsos. Del mismo modo, conoceremos que los ciudadanos rusos que viven a orillas del Mar Negro pueden practicar nudismo, algo que estuvo prohibido durante el régimen soviético, o que el 28% de los niños ingleses de entre 2 y 15 años sufren de sobrepeso.

El primer premio de este año ha sido para la foto Señal del norteamericano John Stanmeyer, en la que las pantallas encendidas de los móviles de inmigrantes africanos tratando de obtener cobertura en una playa de Yubuti se asemejan a estrellas en el cielo nocturno. La foto de una novia bereber de Pau Barrena y un cortometraje de David Airob y David Ramos sobre una forma primitiva de fútbol que se juega en Florencia, han sido los trabajos premiados de autores españoles.          

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