«Declaración institucional». Dícese de uno de esos vocablos o eufemismos que Moncloa suele utilizar con los medios de comunicación para convocarles a una de esas comparecencias tan insultantes para los periodistas: un discurso cerrado sin opción a preguntas.
#Cmin Declaración institucional de @marianorajoy tras el Consejo de Ministros extraordinario. Directo a las 12:30 en http://t.co/ckZ6ozlDtF
— La Moncloa (@desdelamoncloa) septiembre 29, 2014
Esta es la convocatoria oficial que el gabinete de comunicación lanzaba pocos minutos después de que terminara este lunes el Consejo de Ministros extraordinario en el que el Gobierno de Mariano Rajoy daba luz verde a los dos recursos que ha presentado ante el Tribunal Constitucional para anular la ley de consultas catalana y la convocatoria del referéndum independentista del 9 de noviembre. ¿El objetivo? convocar a los medios de comunicación a escuchar en el Palacio de la Moncloa lo que el presidente tenía que decir a la opinión pública a este respecto.
Ya era raro que después de que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, concediera este sábado una rueda de prensa, Rajoy decidiera volver a comparecer. Pero la acotación utilizada por la Secretaría de Estado de Comunicación de «declaración institucional» ha acabado por desconcertar a los medios de comunicación. Muchos de ellos descartaron acudir a Moncloa -en contra de lo que habitualmente hacen todos los viernes- como rechazo a una política de comunicación mordaza que impide a los periodistas ejercer libremente su profesión.
No es la primera vez que en Moncloa y en Génova 13 se hacen este tipo de convocatorias sin preguntas. Fueron habituales, por ejemplo, durante el sonado y escandaloso 'caso Bárcenas'. Cuando nadie quería dar la cara y explicar las controvertidas informaciones que durante semana fueron publicadas en los medios de comunicación. Cómo olvidar a Rajoy hablando a los periodistas y a la opinión pública parapetado por un plasma. Entonces, el equipo de comunicación del PP ya argumentaba a los periodistas que criticaron duramente la 'política de las no preguntas' que Génova instauró de sorpresa, que nunca convocó a los medios de comunicación a una rueda de prensa, sino a seguir en directo el discurso que el presidente del PP iba a dar a su Comité Ejecutivo.
En esta ocasión, la intención de Rajoy volvió a ser la misma. Puesto que las preguntas ya fueron contestadas el pasado sábado por su 'número dos', el presidente -que estaba volviendo de China cuando Mas convocó la consulta- únicamente se limitaría a contestar en primera persona a Artur Mas a través de la televisión. Pero nada de preguntas, o al menos eso es lo que hasta la fecha significaba «declaración institucional», puesto que si no Moncloa hubiera convocado una rueda de prensa.
Este periódico se puso en contacto con el departamento de prensa de Moncloa unos minutos antes de la comparecencia, para decidir si finalmente acudía o no, e igualmente jugaron al despiste. «Es una declaración institucional, no sé si habrá preguntas», aseveraban. Los antecedentes no hacían presagiar que finalmente el presidente permitiría preguntas. Claro que tampoco han faltado condiciones.
A las 12.30 en punto ha comparecido Rajoy. Quince minutos de discurso milimétricamente preparado y cuando nadie lo esperaba, de hecho, muchos medios de comunicación habían decidido no acudir a escuchar a Moncloa un discurso cerrado, Rajoy ha concedido a los periodistas la palabra. Tres preguntas y «sólo sobre este asunto», les ha exigido el presidente. Y así fue. Libertad Digital, El País y La Vanguardia fueron los tres 'elegidos'. Y ninguno se salió del guión.
De esta manera, Mariano Rajoy vuelve a poner en evidencia que su política de comunicación es un auténtico desastre. Y que el departamento capitaneado por la secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez de Castro, contiene importantes fisuras. ¿Quién decide lo que finalmente se hace en una comparecencia pública? En Moncloa habitualmente se encogen de hombros cuando se plantean este tipo de cuestiones, para ellos controvertidas.
Las comparecencias públicas del líder del Ejecutivo son escasas, por lo que es incomprensible que se intenten hacer sin preguntas. Las apariciones del líder del Ejecutivo en los medios de comunicación son estelares. Y para colmo, la relación entre los medios de comunicación y el gabinete de comunicación del presidente Rajoy nunca ha sido fácil.
No fue fácil cuando la Secretaría de Estado de Comunicación intentó romper el pacto que durante diez años imperó en La Moncloa para preguntar al presidente del Gobierno durante las visitas de los líderes internacionales. Hasta la fecha, son los periodistas los que pactan las preguntas que se hacen y los medios que las formulan. Pero la intención era que Moncloa decidiera qué medio hacía la pregunta -sin necesidad de ser pactada entre todos- y evitarse así las preguntas incómodas en tiempos revueltos. Las críticas de los periodistas impidieron que esto se llevara a cabo, pero lo cierto es que ha habido consecuencias: desde entonces han descendido considerablemente este tipo de comparecencias.
De hecho, tal y como está previsto en la agenda oficial de Rajoy, este miércoles a las 12.30 horas recibirá en el Palacio de la Moncloa al presidente de la República de Honduras, Juan Orlando Hernández. Hasta el momento, el palacio presidencial aún no ha convocado a los periodistas a una mísera rueda de prensa.