El jefe superior de la Policía de Ceuta, Alfonso Sánchez, ha asegurado este lunes que los Servicios de Información del Cuerpo mantienen abiertas «varias actuaciones» de características «similares» a la que en agosto permitió localizar y detener en Melilla a una joven ceutí de 14 años que tenía la intención «de emprender viaje a Irak como miembro de la organización terrorista Estado Islámico».
Durante su alocución con motivo de la celebración de los Santos Ángeles Custodios, el mando ha dado cuenta del «refuerzo de los controles» acometido desde su llegada a la ciudad autónoma, hace seis meses, para «detectar individuos con interés en el marco de las investigaciones contra el islamismo radical».
El pasado mes de mayo la Policía cifró en 21 el número de personas que habrían viajado desde 2012 a Irak o Siria para unirse a las filas de organizaciones de inspiración yihadista. No obstante, solamente sobre nueve se habían presentado denuncias de desaparición por parte de sus allegados, ocho de ellas ante la Guardia Civil, una relacionada con otro menor de edad.
Según Sánchez, en lo que va de año se ha controlado a 15.449 y 13.528 vehículos en la frontera del Tarajal por este motivo. Además, se ha prestado atención a 30.213 personas que han pernoctado en los establecimientos hosteleros de Ceuta.
En la Estación Marítima de la que parten los barcos que unen la ciudad norteafricana con Algeciras se ha vigilado a 30.890 viajeros y en el puerto deportivo se ha hecho lo propio con «2.901 tripulantes y 1.338 barcos».
En lo que va de 2014 los Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax) han ejecutado 477 búsquedas «preventivas» y ha desarrollado 101 dispositivos.
El jefe superior ha citado «el yihadismo, las bandas organizadas y los flujos migratorios» como los tres «fenómenos muy singulares» que en Ceuta «pueden operar negativamente en el sentimiento de seguridad ciudadana».
«Todos ellos deben estar en la mente de quienes quieran no solo combatir la delincuencia sino triunfar», ha advertido, «en el objetivo de ofrecer a los ciudadanos cotas cada vez más razonables de seguridad». La operación desarrollada el pasado viernes en Melilla por la Comisaría General de Información de la Policía Nacional en colaboración con las autoridades marroquíes supuso el sexto golpe en apenas 15 meses contra las redes yihadistas de captación y envío de terroristas a lugares de conflicto como Siria, Irak, Mali, Libia o el Sahel.
El 21 de junio de 2013 las Fuerzas de Seguridad arrestaron a ocho españoles residentes en la barriada del Príncipe Alfonso acusados de formar parte de una red vinculada con filiales de Al Qaeda. El pasado 24 de junio otro vecino de la zona fue arrestado y puesto en prisión provisional por la Audiencia Nacional al considerar que existía «una real peligrosidad de que pueda llevar a cabo una acción terrorista en España» pero pocos días después fue liberado.
En diciembre de 2006 el Príncipe fue también escenario de la primera operación de estas características en la ciudad, la denominada 'Operación Duna', que se saldó con 11 detenidos por su presunta relación con una trama vinculada a Al Qaeda. Todos ellos fueron absueltos de pertenencia o colaboración con organización terrorista al estimar que no había quedado «acreditado» que hubiesen decidido «pasar a la acción».
«Bien dotados» frente al ébola
Sánchez también se ha referido a la «alarma sanitaria suscitada por la epidemia de ébola», ante la que considera que la Policía Nacional está «bien dotada» tras la incorporación de «mascarillas con filtro de carbono y quirúrgicas, recipientes dosificadores de gel alcohólico desinfectante, gafas contra riesgos biológicos y monos de protección personal».
Además, la Jefatura Superior ha establecido «un protocolo de actuación preventiva» con Cruz Roja para que los voluntarios de la institución humanitaria realicen una revisión sanitaria a los inmigrantes irregulares que acceden a Ceuta nada más ser localizados.
El Equipo de Respuesta Inmediata ante Emergencias (ERIE) de Cruz Roja ha atendido durante el pasado fin de semana a un total de 11 indocumentados de origen subsahariano. Uno de ellos fue trasladado al Hospital Universitario «para un mayor control», aunque recibió el alta posteriormente y, como los demás, ha entrado en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrante (CETI) local.