El miembro de Resistencia Galega Xurxo Rodríguez ha confesado este martes en el juicio celebrado en su contra en la Audiencia Nacional que planeó atentar en el año 2012 contra la sede del PP en la localidad pontevedresa de Moaña.
Rodríguez, al que se acusa de colocar dos artefactos explosivos en una instalación de antenas de radio, telefonía y televisión situadas en el Monte Sampaio de Vigo (Pontevedra), ha reconocido ante el tribunal que disponía, para llevar a cabo esta acción, de una bomba proporcionada por responsables de la organización que se encuentran «en la clandestinidad».
Para planear el ataque realizó seguimientos y controles del edificio que alberga la sede formación junto a otro de los acusados, Hector José Naya. Ambos tomaron fotografías de la entrada y apuntaron los movimientos habituales del personal y la seguridad con la que contaba el partido.
Rodríguez se enfrenta junto a Naya y un tercer acusado, Diego Santín, a una petición fiscal de 17 años de prisión y 10 de libertad vigilada por la comisión un delito de participación en organización terrorista y otro de colocación de artefactos explosivos.
Durante su declaración en la vista oral ha confesado que llevó a cabo la colocación de un total de cuatro bombas en la instalación de antenas situada en el Monte Sampaio en colaboración con los otros dos imputados.
«Fue idea mía», ha asegurado en respuesta las preguntas formuladas por el fiscal Marcelo Azcárraga. Rodríguez ha precisado que había recibido instrucción de la organización para llevar a cabo «sabotajes» y que fue él quien propuso a sus dos compañeros llevar a cabo esta acción.
Para ello, Naya fabricó dos artefactos que contenían pólvora y estaban adosados a recipientes con gasolina, ha reconocido, además de concretar que se desplazó el 3 de agosto de 2012 a las instalaciones propiedad de la empresa Red de Banda Ancha de Andalucía en el vehículo de Santín. Colocaron las bombas bajo una torre de telefonía móvil y bajo una antena de radio, dice el fiscal.
Estos primeros artefactos no explotaron por lo que Rodríguez ayudó a Naya a fabricar otros dos dispositivos que colocaron un día después junto a los que ya se encontraban allí. Estos últimos sí funcionaron y deflagraron provocando desperfectos por importe de 11.197 euros. El fiscal solicita que los tres acusados hagan frente a una fianza de responsabilidad civil por importe de 12.197 euros.
Rodríguez envió después, desde un ciber-café de Pontevedra, un comunicado por mail a varios medios de comunicación. Ha explicado que lo hizo por iniciativa propia ante el peligro de que los dos artefactos que no explotaron dañaran a algún trabajador. «Por la responsabilidad que tenía, podía asumir estos asuntos», ha dicho.