Un guante posado un momento en una cara valió para que Teresa Romero se infectara. La noticia no pudo sino alarmar más a sus vecinos, que han visto cómo nadie se hacía cargo de la desinfección de las zonas comunes del inmueble en el que vive la auxiliar de enfermería enferma de ébola. Desde esta madrugada, cuatro días después de que saltara la alarma por ébola, por fin operarios enviados por Sanidad han acudido a hacerlo.
La desinfección de una zona presuntamente contaminada por el virus del ébola es mucho más compleja que una desinfección normal. En este caso se está usando una solución a base de lejía y las tareas las lleva a cabo la empresa Ferroser, que ya se ocupó del box y zonas de peligro del hospital de Alcorcón.
Tambien ha sido ahora, cuatro días después, cuando la Consejería madrileña de Sanidad se ha ocupado de informar a los vecinos. Tal como ha informado estos días Estrelladigital.es, entre los habitantes de este inmueble se ha vivido una verdadera pesadilla de miedo e incertidumbre, ya que nadie de Sanidad se ponía en contacto con ellos para informarlos sobre el virus y la posibilidad de contraerlo en su relación de vecindad con una infectada.
Tambien ha sido ahora, cuatro días después, cuando la Consejería madrileña de Sanidad se ha ocupado de informar a los vecinos
La situación llegó a tal punto, que la administradora de la finca valoró contratar a una empresa por su cuenta para que limpiara las zonas comunes del inmueble. Sin embargo, esta limpieza es complicada, requiere medidas de seguridad y ha de hacerlo una empresa especializada.
También la limpieza del box y zonas de paso de Teresa Romero en el hospital de Alcorcón se retrasó varios días. La ambulancia en la que s ela trasladó de su domicilio al hospital tardó 12 horas en ser desinfectada, en las que se trasladó a otros siete enfermos que no sabían que en ese mismo habitáculo había viajado una infecytada por ébola en fase aguda.
La limpieza de zonas comunes ha venido seguida de la desinfección de la vivienda de Teresa Romero y Javier Limón, su marido. También está previsto hacer labores de desinfección de las zonas en las que la pareja paseaba a su pero, Excalibur, sacrificado ante la sospecha de que también estuviera infectado por el virus del ébola.