Según fuentes de la investigación, no se descarta que en un estudio más minucioso sí que se encuentren restos, debido a que en el análisis que realizaron en su día fue aprovechando una orden de embargo sobre el vehículo. Eso le permitió a la Policía llevarse el coche del negocio en el que se encontraba expuesto después de que se lo vendiese el presunto pederasta. Pero no tuvieron mucho tiempo.
Aquella orden de embargo constaba aún por error en el registro ya que la deuda había sido subsanada. Eso lo sabían los investigadores y por tanto eran conscientes de que el dueño del negocio iría a reclamarlo. Por ello no podían dañar el coche ni dejar evidencias de que se había hecho una inspección forense. No podían dejar pistas de la investigación ya que su sospechoso aún no había sido detenido. En esos días se encontraba ya en Santander huyendo de la presión policial.
Estos inconvenientes, unido a la posibilidad de que el coche fuese lavado antes de ser expuesto para su venta, es la explicación que se dan los encargados del caso para explicar la ausencia de restos biológicos en su interior. Los especialistas de la Policía examinaron especialmente el lugar en el que se habría sentado la menor en función de la descripción que ofreció a los agentes. Pero no han encontrado nada significativo.
Estos datos no preocupan en exceso a la Policía, puesto que hay testigos que sí que vieron a Antonio Ortiz en el Citroën Xsara, además se piensa que podría haber usado más de un coche y la Policía trabaja sobre esa hipótesis.