lunes, septiembre 23, 2024
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Mas sigue adelante con un falso referéndum y plantea plebiscitarias

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En resumen, menos consenso, camino distinto y medios propios que eviten la actuación del Gobierno de Mariano Rajoy. El presidente catalán, Artur Mas, ya ha dejado claro que no está dispuesto a saltarse la ley, pero tampoco a mostrarse como un fracasado ante sus votantes. El proceso independentista en Cataluña se ha paralizado ante el bloqueo del Tribunal Constitucional y la falta de acuerdo del bloque proconsulta -CiU, ERC, La Cup, ICV-EUiA- en la hoja de ruta. Sin embargo, Mas sigue presentándonse ante la opinión pública como un superviviente.

«Mismo objetivo pero por otra vía». Lejos de abandonar la carrera, el presidente de la Generalitat sigue con un simulacro de consulta acogiéndose a competencias del Gobierno autonómico en participación ciudadana. Insistiendo en que el planteamiento actual es su opinión personal, ni siquiera la del Gobierno de la Generalitat, reconoce que este lunes se rompió el consenso entre los partidos proconsulta que confía en que recupere, quedándose al margen en su traje institucional de presidente.

Mas ha reconocido un doble fracaso: la ruptura del consenso soberanista, o al menos en un referéndum independentista, y que «la consulta no se celebrará de acuerdo con el decreto que yo mismo firmé en septiembre por el recurso del Gobierno español y la suspensión del Tribunal Constitucional». «Mantenemos el compromiso de consultar al pueblo de Cataluña, aunque no tengamos el mismo consenso político que hace 24 horas», ha señalado, añadiendo que «el consenso político es siempre el eslabón más débil de la cadena, y ahora se ha desencajado, de los partidos depende que vuelva a encajar».

La solución que ha encontrado es acogerse a un «marco jurídico preexistentre», competencias que la Generalitat ya tiene en participación ciudadana. Se trataría de este modo de una consulta devaluada, en la que podrán votar todos los mayores de 16 años, pero que carece de la suficiente fuerza jurídica y de reconocimiento internacional. Ese escenario deseado -la convocatoria de unas elecciones plebiscitarias- lo aplaza para más adelante y está aún cogido con alfileres. En sus propias palabras, «está más verde que maduro».

«La consulta que se celebrará el 9 de noviembre y la que se habría celebrado no se puede considerar definitiva, porque la consulta definitiva con plenas y totales garantías solo se podrá celebrar a través de unas elecciones que supongan un referéndum de facto y que a efectos internacionales sea reconocido», afirma, «de modo que se pueda interpretar en todo el mundo como una victoria o una derrota».

Se refiere el presidente a unas elecciones ordinarias, para cuya convocatoria tiene competencias plenas, «en las que algunos partidos decidan tener una candidatura conjunta y un programa conjunto y si obtienen mayoría absoluta se habrá ganado el referéndum». «La consulta del 9 de noviembre es la consulta anticipada a la definitiva, previa a la definitiva, y por eso es tan importante», añade Mas, que espera una alta participación para que se refuerce su visión del proceso.

«Ahora necesitamos a más gente que nunca, el éxito del proceso democrático y la transición nacional pasa porque el 9 de noviembre haya una muy alta participacion», ha señalado. «El Gobierno sigue adelante y lo hará con medios propios». En cuanto a la logística, Mas confía en contar con más de 20.000 voluntarios, con 920 municipios que apoyaron el denominado derecho a decidir, se pedirá ayuda a ayuntamientos, y se ha tenido especial cuidado en evitar la ley de protección de datos por la utilización del censo. El registro de votantes se hará el mismo día 9 entre los que acudan a la consulta.

Mas ha sido especialmente crítico con el Gobierno de Mariano Rajoy y el Estado, a los que ha definido como los principales «adversarios» de Cataluña. «Cuando alguien te agrede de esta forma como está haciendo el Estado español yo creo que estamos actuando en legítima defensa».

Los aros por los que Mas no pasará

Si algo ha quedado claro es que Mas sólo ve una opción para salir de este bache en el que se ha metido: Elecciones plebiscitarias -lista y programa únicos para declarar la independencia de Cataluña-. Ni la reforma constitucional, ni una declaración unilateral de independencia está entre sus planes.

La propuesta socialista no convence al presidente catalán. «Eso en todo caso lo tiene que hacer el Estado central», ha advertido Mas. «Siempre que los socialistas nos plantean esta solución les decimos lo mismo. En qué consiste, cómo nos afectará y si cuenta con el apoyo del PP. Porque si no es así no sirve de nada». Y la propuesta de declaración unilateral de independencia de los republicanos tampoco. «Somos un país serio y la única forma de hacernos respetar a nivel internacional es celebrando un referéndum. Una opción que el estado Español no permite si no es a través de elecciones plebiscitarias».

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