El arquitecto valenciano Santiago Calatrava ha declarado este martes ante el juez que el expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps le llamó para pedirle un edificio «emblemático» que albergase el Centro de Convenciones de Castellón y que, posteriormente también Camps garantizó que se llevaría a cabo el proyecto en tres fases por un importe de 180 millones de euros.
Así lo ha asegurado los medios el diputado autonómico de EUPV Ignacio Blanco, formación que ejerce la acusación popular en este caso, tras finalizar la declaración de Santiago Calatrava en calidad de imputado en el juzgado de Instrucción número 5 de Castellón dentro de la causa en la que se investigan supuestas irregularidades en relación con el proyecto de construcción del Centro de Convenciones de la capital de La Plana.
Por este diseño, en cuyo contrato se había estipulado un precio de 60 millones de euros, el Consell pagó al ingeniero 2,7 millones de euros en concepto de redacción del plan director, anteproyecto y proyecto básico, aunque el centro no se construyó por la crisis económica.
Por su parte, Calatrava, que ha declarado durante más de una hora ante el juez, ha declinado hacer declaraciones a los medios. No obstante, ha emitido un comunicado en el que asegura que su estudio realizó un «intenso» trabajo para desarrollar el proyecto, siguiendo las pautas del encargo realizado por la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana (SPTCV).
El trabajo se desarrolló durante un periodo de más de un año y, según el arquitecto, dio lugar «a más de 350 bocetos y acuarelas, más de 300 planos de arquitectura, 15 informes y memorias», con una participación de un amplio equipo de profesionales aunque «por cuestiones devenidas de la situación económica nacional no se llevó a su fase de ejecución».