Los últimos casos de corrupción que salpican al PP han sumido en el desánimo a numerosos dirigentes del partido, que consideran que es necesario que Mariano Rajoy tome la iniciativa con un «gesto interno» para recuperar el pulso y reforzar la imagen de la formación.
A menos de siete meses para las elecciones municipales y autonómicas, cargos del PP consultados por Europa Press han coincidido en expresar su preocupación por el goteo de casos de corrupción que afectan al partido. Así, a la reaparición judicial de la trama Gürtel o los 'papeles de Bárcenas', se ha sumado el caso de las tarjetas opacas de Caja Madrid o la operación contra el ex-consejero de la comunidad de Madrid Francisco Granados.
En esta tesitura, fuentes 'populares' consideran que no es suficiente con pedir perdón y apuntan a la necesidad de impulsar el partido para insuflar aliento en las filas del PP y presentarlo como una formación «renovada» que concurre a los comicios con el mensaje de ser un partido «limpio».
«O hacemos algo o nuestros votantes no nos irán a votar»
El análisis de estos cargos es que si siguen de brazos cruz no nos irán a votar» los votantes del PP, «hartos» de escándalos y «cabreados» con algunas medidas del Gobierno, se van a quedar en casa en las municipales y autonómicas de 2015. «O hacemos algo ya, o tenemos a nuestros votantes tan desmotivados, que no irán a votar», avisa uno de los consultados.
Algunos dirigentes echan en falta el mensaje de regeneración democrática que abanderó José María Aznar en los años 90 ante los casos de corrupción que sacudían al PSOE. «O refundamos de nuevo el PP o se acaba con la marca PP», asegura un miembro de la Ejecutiva, que cree que deben pisar la calle y «dejar la moqueta».
Entre las bases del PP cunde la depresión por las encuestas y no ocultan su temor ante los datos que puede arrojar la próxima encuesta del CIS. «A este paso, Podemos se convierte en primera fuerza política», resume gráficamente un parlamentario.
¿Cambios en la estructura de Génova?
Sin embargo, no hay unanimidad sobre las recetas que deben aplicarse para recuperar el pulso del partido. Algunos hablan de un congreso extraordinario con la elección de caras nuevas antes de las elecciones del 24 de mayo, una idea que otros descartan de plano alegando que un cambio en ese sentido perjudicaría a María Dolores de Cospedal y la necesidad de que el PP mantenga la plaza de Castilla-La Mancha.
Otros defienden una remodelación ceñida exclusivamente a cambios en los segundos niveles, los vicesecretarios generales, aprovechando que Esteban González Pons ocupará en breve la portavocía del partido en Bruselas.
También están los que opinan que lo más adecuado sería acometer una crisis de Gobierno para dar un impulso al Ejecutivo, que tiene algunos ministros «tocados» por su gestión. Sin embargo, los consultados coinciden en que Rajoy es poco dado a los cambios y no ven factible que respalde ninguna de esas iniciativas.
Un histórico dirigente incluso defiende la convocatoria de una Junta Directiva Nacional, máximo órgano del partido entre Congresos, para que tanto Mariano Rajoy como Esperanza Aguirre salgan con una «imagen reforzada» ante el fuerte malestar ciudadano que ha provocado la corrupción.
Medidas contra la corrupción
Sin embargo, otras fuentes del PP consideran que más que hablar de actuaciones en el seno del PP que puedan conllevar cambios en la estructura, lo que hay que hacer es aprobar leyes y medidas en el Parlamento que pongan coto a la corrupción y acorralen a los corruptos.
«Tenemos que adoptar medidas de carácter extraordinario para llegar a la gente y que sean eficaces para una auténtica regeneración interna de los partidos y de la vida política», expone un histórico dirigente del PP, que admite que el partido debería haberse dotado antes de unas «reglas de juego internas para detectar y limpiar al PP de posibles corruptos».
La necesidad de aprobar ya las leyes anticorrupción es una exigencia generalizada en el PP. «Eso es lo que tenemos que hacer y hacer pedagogía ante la gente en vez de acuchillarnos las ingles», subraya un miembro de la dirección 'popular', que atribuye las peticiones de «cambio en la estructura» a los «nervios» que hay entre algunos cargos a no repetir en las listas electorales.