El Gobierno de Mariano Rajoy no pierde comba. Y menos aún cuando se trata de hacer sangre de los problemas que acucian a sus principales rivales políticos. La elección de Alfonso Alonso como ministro de Sanidad a escasas semanas de arrancar un importante año electoral no fue casual. El exalcalde de Vitoria ha demostrado sobradamente sus dotes comunicativos, primero como portavoz parlamentario en el Congreso de los Diputados, y ahora como titular de una cartera ministerial. Él mismo lo ha reconocido este miércoles en el desayuno informativo que ha protagonizado en la capital: no es ministro de Sanidad por saber de la materia, sino por saber comunicar.
La pregunta era obligada. Este miércoles, uno de los fundadores de la formación con la que el PP se disputaría el poder en los próximos comicios, según alertan la mayoría de las encuestas, incluidas las que internamente maneja Mariano Rajoy, confirmó las informaciones publicadas el 24 de noviembre por estrelladigital.es y reconoció que su empresa ‘Caja de resistencia Motiva 2 Producciones' percibió 425.150 euros a finales de 2013. El concepto de esta importante cantidad: informes enviados a países latinoamericanos para los que prestaba servicios de asesoría.
«¿Qué opinas de Podemos?», se le ha preguntado directamente este jueves a Alonso. Otro ministro, menos acostumbrado a lidiar en estas plazas, se hubiera remitido al argumentario oficial: la estabilidad política como garante de la prosperidad y el bienestar. Alfonso Alonso, el ministro más político de Rajoy -después de la caída de Gallardón y Mato-, un 'popular' acérrimo' y consciente de que España ya está de campaña, ha preferido poner la nota de color y dar el titular del día. «Les veo más caribeños que nunca», ha dicho de manera irónica el ministro de Sanidad. «Ya sabíamos que las ideas venían de Venezuela pero ahora sabemos que el dinero también», ha rematado.
Andalucía y el futuro de Santamaría
Aprovechando que Alonso es un ministro que se moja, este jueves, durante su intervención en la conferencia-coloquio organizada Fórum Europa, también se le ha preguntado por dos cuestiones políticas de máxima actualidad: el posible adelanto electoral en Andalucía y las candidaturas del PP para las próximas elecciones municipales y autonómicas.
Sobre Andalucía, ha aprovechado para criticar el pacto de Gobierno al que llegaron en 2012 IU y PSOE para arrebatarle el bastón de mando en la Junta al PP, que resultó la formación más votada, aunque no alcanzó la mayoría absoluta. Los 'populares' ya dan por asegurado el adelanto electoral en Andalucía; y así lo ha demostrado Alonso: «Estamos viendo ahora la dificultad que tiene para llegar a puerto. No van a llegar a puerto y por lo tanto es una coalición que no va a cumplir su propósito y eso es un fracaso en la acción de gobierno». Según el ministro de Sanidad, el PSOE está intentando despistar a los españoles lanzando «hipótesis» como la de que «esto corresponde a una acción astuta de debilitar a su propio partido en Madrid». «Pero la realidad es que esto no se parecen en nada a lo que preocupan a los andaluces, que quieren propuestas y un proyecto serio para su comunidad», ha rematado.
Sobre las candidaturas del PP, y en concreto sobre el futuro de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, que ha sido la encargada de presentar a su amigo -declarado públicamente «sorayo»-, ha dicho que en estas cuestiones es más bien «rajoyo». Según Alonso, Mariano Rajoy suele «acertar» en los nombramientos. «Estoy convencido de que se van a tomar las mejores decisiones», ha espetado. Durante su discurso, se ha referido a Santamaría como «presidenta del Gobierno», rápidamente ha rectificado y ha salido del paso diciendo que se trataba de un «lapsus», pero cuando se le ha preguntado sobre la posibilidad de que Santamaría se convierta en la candidata del PP a la Alcaldía de Madrid o a la presidencia del Gobierno, Alonso ha rebajado el tono y se ha limitado a decir que no cree que la vicepresidenta tenga «encomendado ahora un trabajo distinto del que está haciendo magníficamente durante los últimos tres años».