Lo más cerca que puede ver los 5.000 griegos que viven en España las tarscendentales elecciones en su país es viendo a Pablo Iglesias, el Alexis Tsipras español, en la tele. No pueden votar, a causa del especial sistema electoral heleno, que solo permite el sufragio presencial. La comunidad griega en España se concentra en Madrid, Cataluña, Islas Baleares (muchos de ellos en Mallorca) y la comunidad valenciana.
Maria Mandroulia, griega, lleva en España seis años y es profesora de idiomas. Aunque afirma que “desafortunadamente” no podrá votar este fin de semana, su favorito a las generales es Tsipras: “Syriza será un verdadero cambio, esperemos que gane”. Maria ve mucha similitud entre el partido de Tsipras y el de Pablo Iglesias. Considera que ambos “comparten las mismas ideologías, son anticapitalistas, socialmente anticonformistas y activistas”: “Se podría decir que los dos partidos son innovadores de la izquiera europea. Ambos quieren desendeudar los países y nacen de la crisis. Syriza ya existía, pero Podemos evolucionó con la crisis económica”, afirma.
“Pablo Iglesias y Alexis Tsipras se ayudan mutuamente. Los dos son líderes jóvenes, fotogénicos y utilizan los medios de comunicación de forma parecida. Ambos buscan un cambio radical. Sus objetivos son la censura de las injusticias y la defensa de las pérdidas de la crisis”, declara Mandroulia sobre la alianza entre los dos líderes de inspiración revolucionaria.
La canciller Angela Merkel “amenaza” con la suspensión del programa de rescate y la salida de Grecia de la Unión Europea si Tsipras se convierte en presidente electo. Sin embargo, la alemana declaró que no quiere “influir en la decisión de los helenos a la hora de votar”.
Ante esto, Maria defiende que esta semana “no será la definitiva”, sino que habrá que esperar a las negociaciones si Syriza consigue alzarse con el poder: “Tsipras afirma que Grecia va a permanecer en la zona euro. Si gana, pedirá una conferencia con Podemos para hablar del débito y eliminar la deuda de todos los países en tesituras difíciles”.
Las circunstancias de los emigrantes griegos aquí residentes no distan mucho de las del resto de españoles. Maria, que vino a España por motivos sentimentales, confiesa que su situación a nivel de profesional podría ser mucho mejor: “Actualmente trabajo por cuenta propia como profesora de idiomas, así que no puedo quejarme, pero la situación podría ser mejor”. Ahora verá cómo se juega el futuro de su país desde el otro extremo del Mediterráneo.