Tomás Gómez se afianzaba en la pista hacia las elecciones autonómicas. Pasado el primer golpe del ‘caso Púnica’ y una vez esquivado que la Fiscalía pidiera su imputación por el tranvía de Parla, el silencio le posicionaba en la casilla de salida. Pero el miedo seguía en la sede del PP.
Gómez hizo negocios durante su época como alcalde de Parla con David Marjaliza, uno de los cabecillas de la operación Púnica y amigo íntimo del también detenido, Francisco Granados. La preocupación por lo que pudiera aparecer en la prensa hasta que el BOE publicara la lista de candidatos autonómicos estaba instalada en la sede de Callao. El PSM temía que la notica bomba que le expulsara de la carrera electoral saltara en las semanas previas a la cita del 24 de mayo. Los socialistas no podían quitarse de la cabeza los 58.000 euros que pagó David Marjaliza para financiar un catering en Parla durante una convención en la que participó José Luis Rodríguez Zapatero en 2003, como publicó EstrellaDigital.es.
La factura fue emitida por la sociedad ‘Contratas de Servicios, Parcelaciones y Construcciones SA’, empresa perteneciente en su totalidad a ‘TPC Gestiones y Consulting Inmobiliario’, propiedad de David Marjaliza.
El constructor consiguió una jugosa porción de suelo público en Parla tras el pago del catering. El consistorio de Tomás Gómez le adjudicó el lote 2.08 por importe de 5 millones de euros a la mercantil ‘Pirámides del Sur, Sociedad Cooperativa Madrileña’. El negocio consistió en dos parcelas –la H.4.a.b y la H.4.c.b- donde hoy se levantan dos urbanizaciones residenciales.
Tomás Gómez, ajeno de momento a la investigación del juez Eloy Velasco, disminuyó sus apariciones en la prensa desde que saltó el caso. Una complicada posición a tres meses de las elecciones. El magistrado sí imputó al delfín de Tomás Gómez y entonces alcalde de Parla, José María Fraile. Según las investigaciones judiciales, el consistorio habría adjudicado presuntamente un contrato de 50 millones de euros a la trama a cambio de que cubriera el pago de una comisión.
El secretario de Organización del PSOE, César Luena, ha alegado precisamente este miércoles al anunciar la destitución de Gómez que la investigación del tranvía de Parla y la operación Púnica “perjudican al PSOE y producen un deterioro grave de la imagen pública del partido, además de inestabilidad orgánica”. La mancha de las dos P (Púnica y Parla) cayó sobre Gómez.
Acorralado por el sobrecoste del tranvía de Parla
Tomás Gómez está acorralado por la Justicia por el sobrecoste de 40 millones de euros en las obras del tranvía de Parla. La Fiscalía pidió el pasado mes de diciembre la imputación de todo su equipo de Gobierno mientras era alcalde de Parla por la aprobación del sobrecoste de la construcción del tranvía. Gómez se libró de dicha imputación ya que, en el momento de la votación celebrada en 2006, se ausentó de la Junta de Gobierno. El secretario general de los socialistas madrileños aseguró que, al celebrarse la votación en fechas navideñas, “estaría cantando villancicos con los padres y niños de cualquier colegio”. Pese a la excusa, su gestión en Parla está bajo lupa. Con la dimisión de Fraile una vez salpicado por la operación Púnica, la actual alcaldesa Beatriz Arcerecillo aseguró que iba a realizar una auditoría de las cuentas del Ayuntamiento.
Con la prepotencia como acompañante hasta en el último momento, Tomás Gómez ha asegurado este miércoles tras conocer su destitución que la culpa es de Pedro Sánchez, el diario El País y del PP. Asegura que fue el consorcio de Transporte de la Comunidad de Madrid presidido por entonces por María Dolores de Cospedal quien adjudicó las obras del tranvía. No se da por enterado de su destitución.