Segundo aviso de la semana del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al principal líder de la oposición, Pedro Sánchez: «Mucho me temo que usted no va a llegar a La Moncloa». Ya lo hizo este martes en la sesión de control al Gobierno en el Senado, cuando puso en duda que el PSOE pueda ganar las próximas elecciones generales; y lo ha vuelto a hacer un día después en el Congreso. Una dura réplica que llega unos días después de que las encuestas (CIS y Metroscopia) hayan reflejado el hundimiento de los socialistas en las próximas jornadas electorales; y de que se haya puesto en duda el liderazgo de Sánchez internamente, con la amenaza implícita de que Susana Díaz está dispuesta a arrebatarle el trono. Así de fuerte es cómo ha arrancado la primera semana de trabajo parlamentario ordinario tras el parón navideño que se ha extendido durante más de mes y medio.
En plena campaña electoral ya -la primera cita será el 22 de marzo en Andalucía-, el presidente del Gobierno no desaprovecha todas las oportunidades que su cargo le brindan para sacar los colores al que históricamente ha sido su principal rival político. Comenzó el año afeando al secretario general del PSOE en una sesión extraordinaria en el Congreso por su «obsesión» por competir con Podemos e Izquierda Unida para hacerse un hueco en la izquierda más extrema. Continuó pocos días después, durante la celebración de la Convención Nacional del PP, cuando su partido ignoró por completo a los socialistas y puso de manifiesto que su principal preocupación es la formación liderada por Pablo Iglesias. Y esta semana ya ha sido el remate. Rajoy ha puesto de manifestado durante dos días seguidos que no tiene ninguna confianza en que Sánchez pueda gobernar.
El presidente del Gobierno lleva varios meses poniendo de manifiesto públicamente lo que echa de menos a Alfredo Pérez Rubalcaba. «Yo ya le dije que no debía de abandonar. Él era un verdadero hombre de Estado», llegó incluso a reconocer Rajoy en una conversación informal con los periodistas en la última copa de Navidad que celebró en La Moncloa. Hoy ya no sólo se atreve a meter el dedo en la llaga de Sánchez con esta odiosa comparación, sino que ha dado un paso más: «Mucho me temo que usted no va a llegar al Gobierno de España», ha llegado a decir Rajoy este miércoles en la sesión de control al Gobierno en el Congreso. Lo que el presidente no ha aclarado es si no confía en el PSOE, o por el contrario, en las posibilidades de su líder, inmerso en una importante vorágine de críticas procedentes desde sus propias filas, que se ha agudizado aún más tras la firma de su primer pacto de Estado con Rajoy en materia antiterrorista.
La educación ha sido la excusa de los dos rifirrafes que Gobierno y PSOE han protagonizado esta semana. Este martes fue el turno del secretario general del Grupo Socialista en el Senado, Óscar López, que aprovechó su intervención para cargar duramente contra la gestión de Rajoy en estos tres años, dijo que el programa electoral con el que el PP se presentó en 2011 a las elecciones era «papel mojado» y habló de «legislatura perdida». Un discurso muy en la línea del pronunciado este miércoles por Sánchez, que ha arremetido contra la «falta de oportunidades» que a su juicio general la reforma educativa llevada a cabo por el Gobierno de Rajoy. «Diferencia entre los estudiantes de primera y los de segunda», ha rematado Sánchez, según el cual si el PSOE llega a gobernar, una de las primeras medidas que llevarán a cabo será anular las diferentes reformas educativas que ha implantado el Gobierno 'popular'. «Sus reformas durarán tan poco como su gobierno, hasta el próximo mes de noviembre», ha espetado el líder socialista, que ha recibido el fuerte azote de Rajoy cuando éste ha puesto en duda de que él vaya a gobernar.
Dicho esto, el presidente del Gobierno ha vuelto a defender sus políticas. «Son demasiados los niños que abandonan los estudios, demasiados los nefastos informes de PISA y demasiados los jóvenes que no encuentran trabajo debido a su baja cualificación. Había dos opciones. Una, no hacer nada, que es lo que ustedes proponen. Otra intentar hacer reformas, que es lo que hemos hecho. Las únicas reformas educativas que se han aprobado en los últimos 30 años han sido socialistas; y los resultados no han sido buenos. Yo quiero una educaión gratuita y universal, pero también de calidad. Ese es el sentido», ha zanjado Rajoy, que ha vuelto a insistir en que su Gobierno ha sido el que más «aumentado» la partida para becas.
La guerra de las cifras
Una defensa a ultranza de su trabajo que el líder del Ejecutivo ya había tenido que hacer este miércoles durante las dos preguntas que le habían formulado anteriormente. Primero frente al portavoz de la Izquierda Plural, Cayo Lara, que le ha preguntado sobre los problemas de pobreza en España y alertado sobre los «dramas» que sus políticas están generando. Lara se ha referido en concreto al último informe de la organización EAPN que sitúa a un 27% de españoles en riesgo de exclusión. Y después contra el catalán Josep Antoni Duran y Lleida que le ha afeado por el «abuso propagandístico» que está haciendo últimamente de los datos económicos obtenidos. A ambos les ha vuelto a responder con sus cifras en la mano.
“Usted describe un país que no conozco. Describe el peor país del mundo y no es verdad porque vamos claramente a mejor”, le ha respondido a Lara antes de indicarle que España ha crecido económicamente en 2014 y lo hará en 2015; que el año pasado hubo 487.000 parados menos y este año «también habrá menos»; que ha garantizado las «pensiones»; que ha gastado «casi 100.000 millones en estos tres años en seguro de desempleo»; que ha firmado con los agentes sociales» un acuerdo para ayudar a las personas que están en situaciones de más dificultad»; y que ha creado el fondo contra la pobreza infantil. «Según Eurostat, después de cuatro años de crecimiento continuado de la pobreza, en 2013 ya se produjo una inflexión con datos más positivos. Por tanto, vamos claramente a mejor», ha insistido Rajoy.
Sobre el «abuso propagandístico» del que le ha acusado Duran, el presidente ha defendido que las previsiones son «positivas»: con un incremento «del PIB previsto del 2% y un aumento de la afiliación a la Seguridad Social de 600.000 personas. También ha insistido en que las cifras del sector exterior cerrarán «en positivo», que subirá la demanda interna, que la inflación se contendrá y que se mejorará de la competitividad. «Es mejor ser prudente, pero en principio las previsiones para 2015 son positivas y creo que ése es el dato que más nos debe animar. Somos moderadamente optimistas pero todavía queda mucho por hacer», ha concluido Rajoy.