«En 2014 se cruzó una línea roja bélico-informativa, en Siria: la de la utilización clara de los periodistas como arma de guerra, más aún como propaganda de guerra”, dijo la presidenta de Reporteros Sin Fronteras España, Malén Aznárez, este 10 de febrero en Madrid, durante la presentación del Informe Anual de la organización correspondiente a 2014.
En la presentación del documento, Aznárez estuvo acompañada del periodista iraní Ehsan Mehrabi y del informador radiofónico sirio Majid Al-Bunni, ambos exiliados en Alemania tras ser detenidos en sus países, además de Francisco Ruiz Antón, director de Políticas Públicas y Relaciones Institucionales para España y Portugal de Google, entidad patrocinadora del informe. La periodista Pepa Bueno, de la Cadena SER, actuó un año más como moderadora del acto.
El Informe Anual, elaborado cada año por la Sección Española de RSF, evalúa el estado de la libertad de información en el mundo; 118 países en 2014. El “balance es estremecedor” explicó la presidenta de Reporteros Sin Fronteras.
“Tenemos reciente la masacre de periodistas y humoristas en Charlie Hebdo, el horror y sinrazón de la violencia yihadista”, recordó Aznárez, y cómo los enemigos de la libertad de información -radicales religiosos, gobiernos autoritarios, grupos criminales, e incluso “algunos gobiernos democráticos cada día más controladores”- han aprovechado para reavivar el debate sobre “hasta donde debe llegar la libertad de información” para intentar poner límites.
El documento recoge nuevas dimensiones en el odio de los violentos hacia los periodistas. Siria se ha convertido en un “agujero negro para la información”, en palabras de Aznárez “allí ya no hay información, hay propaganda”. Los asesinatos de periodistas ante las cámaras por parte del ISIS han tenido “enormes repercusiones para el reporterismo de guerra”, añadió, “y lo peor es que el ‘modelo sirio’ se ha convertido en un modelo a seguir, lo hemos visto rápidamente en Irak y luego en Ucrania y Libia”.
Los conflictos que estallaron o continuaron en 2014 – Siria, Palestina, Ucrania, Irak y Libia- son los que más vidas de periodistas se cobraron: 36 de los 66 asesinados el año pasado. La presidenta de Reporteros Sin Fronteras-España apuntó a Ucrania y Palestina: la primera, por la brutalidad con que se ha atacado a los informadores; la segunda, porque la operación “Margen Protector” de Israel contra Gaza, se cobró la vida de 16 periodistas, internautas y colaboradores..
“Centenares de periodistas encarcelados -178- y el incremento en todos los apartados, asesinatos, secuestros y encarcelamientos, que han sufrido los internautas y blogueros”, son otros signos de identidad del año 2014 en materia de libertad de información, así como “el aumento de asesinatos de mujeres periodistas: seis perdieron la vida trabajando, el doble que el año anterior”, explicó Aznárez.
Y lo mismo podemos decir del exilio forzoso, con más del doble -el 106% – de informadores obligados a huir de sus países para salvar la vida en 2014. Al menos 139 periodistas y 20 internautas se pusieron en contacto con RSF cuando huían de sus países, lo que indica que fueron muchísimos más”, ha dicho la presidenta de RSF.
El año pasado también fue notable en el aumento de la caza y captura del internauta. A la lista de perseguidores tradicionales de blogueros e internautas encabezada por China o Vietnam se unieron países como Arabia Saudí, Bahréin o Mauritania, donde “las altas condenas de cárcel estuvieron acompañadas de castigos medievales, como la flagelación en público”. Ejemplo de ello es el internauta saudí apadrinado en España Raef Badawi, condenado a diez años de cárcel y mil latigazos en público, citó Aznárez.
Retroceso de las libertades en España
La Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como ‘Ley Mordaza’, recientemente aprobada y aún pendiente de pasar por el Senado, es uno de los pasos atrás que España dio en materia de libertad de Información durante 2014. La norma penaliza las imágenes no autorizadas de las fuerzas de seguridad, lo que acarrea “problemas por ejercer el periodismo en la calle”, explicó la presidenta de RSF-España.
La Ley de Transparecia, “muy limitada y muy inferior a leyes similares del entorno europeo”, o la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial, son otros “retrocesos lamentables” en España. Para Aznárez, la limitación de la Justicia Universal en esta última, que en teoría “da carpetazo al ‘caso Couso’”, o las dificultades para cubrir manifestaciones, desahucios o las acciones de los inmigrantes en las vallas de Ceuta y Melilla son otros síntomas de deterioro de la libertad de información en España.
La presidenta de RSF-España apuntó también a “la utilización partidista y progubernamental de los Servicios Informativos” en la televisión pública por parte del gobierno popular, “plasmada en la denuncia de censura y manipulación informativa que efectuaron más de mil trabajadores de RTVE”.
“Vamos a tener que defender de nuevo la democracia, el derecho a preguntar, a dibujar, a contar con independencia lo que pasa” fue la reflexión de la periodista Pepa Bueno, de la Cadena SER. Recordó que nada más salir de 2014, un año tan dañino para el periodismo que parecía “que ya no se podía ver nada más”, 2015 abrió con una “brutal inauguración”, la masacre contra la revista francesa Charlie Hebdo.
Testigo de férreo control de los medios en Irán
Dos testimonios en primera persona ilustraron las amenazas, ataques e intimidaciones recogidos en el Informe Anual 2014 de Reporteros Sin Fronteras: los de los periodistas Ehsan Mehrabi, de Irán, y Majid Al-Bunni, de Siria, ambos detenidos en sus países y exiliados en Alemania.
Ehsan Mehrabi trabajó como durante 15 años como corresponsal parlamentario en Teherán para varias publicaciones reformistas, entre ellas el diario Etemade Melli, afín a uno de los rivales de Ahmadineyad en las elecciones presidenciales de 2009. Tras la disputada reelección del presidente iraní, cubrió las protestas para el servicio en persa de la BBC, por las que fueron detenidos varios periodistas. El 7 de febrero de 2010, lo detuvieron “por colaborar con programas en persa de medios extranjeros, algo que las autoridades consideran espionaje”, narró el periodista.
Tras conducirle a una prisión de la inteligencia, “me interrogaron toda la noche, hasta el mediodía del día siguiente y me llevaron a una celda de aislamiento”, explicó Mehrabi. Su cautiverio duró 84 días en los que fue interrogado 40 veces, humillado y privado de ver a su familia. “Pasé 64 días en aislamiento”.
“Los agentes me amenazaban con arrestar a mi mujer”, añade para explicar que tanto a sus parientes como a los de su esposa les fue aplicado el llamado “castigo familiar”. Su esposa y su hermano fueron despedidos de sus trabajos y “tres años después de cumplir condena, mis familiares seguían teniendo problemas” para trabajar o ser aceptados en la universidad.
“El Estado de Irán controla los medios y no tolera a esa pequeña parte de medios no gubernamentales, que tienen mayor influencia que los medios estatales a pesar de su corta vida”, apuntó. Colaborar con medios extranjeros en persa se considera un delito en Irán porque el estado mantiene el monopolio de la radiotelevisión. “Hace cinco años, servicios de medios extranjeros en persa como el de la BBC o Voice of America rompieron ese monopolio”.
En 2011 sería de nuevo encarcelado en una celda colectiva en la que muchos compañeros de cautiverio murieron por falta de atención médica. Huyó del país tras ser puesto en libertad y hoy vive junto a su esposa en Alemania, donde le concedieron asilo por razones humanitarias.
En Siria, el periodismo es enemigo de todos
El joven periodista sirio Majid Al-Bunni, de 26 años, encarna el espíritu del periodismo independiente en Siria, al margen del gobierno y de los rebeldes, y, por esa misma razón, atrapado entre todos los fuegos. Entre 2008 y 2010 compaginó sus estudios universitarios con un trabajo como redactor en la radiotelevisión nacional siria, donde, dice, lo que se emite es “pura propaganda”.
Fue detenido el 16 de noviembre de 2011 por sus ideas políticas y puesto en libertad tras 48 horas después con el cuerpo lleno de cardenales y una pierna tan malherida que necesitó dos meses y medio de fisioterapia. Decidió que debía huir y, al acabar los estudios, se instaló en Turquía tras pasar por China y Malasia.
En 2012, comenzó a trabajar para una radio independiente siria, Baladna (Nuestro país). “Es una radio comunitaria donde intentábamos mantenernos al margen de las noticias militares y acercarnos a la gente y a sus problemas cotidianos”, explicó Al-Bunni.
“Tuvimos muchos problemas por la objetividad e independencia que intentábamos aplicar a nuestros programas, siempre hubo amenazas del régimen sirio, de grupos extremistas y de algunos partidos políticos étnicos”, dijo. Como ejemplo, el juicio en rebeldía contra el director de la emisora y, al mismo tiempo, la amenaza de muerte del Estado Islámico (ISIS) cuando intentaron obtener un permiso de emisión.
La emisora fue objeto de un devastador ataque informático por parte de los partidarios del régimen de Al-Assad. Tras esta experiencia, aprendieron a protegerse, a diversificar sus conexiones. No tenían apoyo financiero, hasta que, en 2013, la emisora fue invitada por la organización MICT, que apoya a radios independientes en el exilio, a viajar a Alemania para participar el proyecto Syrnet de emisión para Siria. Al-Bunni tuvo un programa en directo.
Tras cancelarse las emisiones, Al-Bunni decidió pedir asilo en Alemania. En la actualidad vive en Berlín, donde sigue trabajando con la MICT y sigue en contacto con sus colegas sirios. Ha visto caer, asesinados, secuestrados o encarcelados, a muchos amigos y compañeros. “Los activistas y periodistas son el grupo más atacado”, recordó.
Sociedad libre e informada
“Google, desde sus inicios, ha mantenido un compromiso profundo e inequívoco con la libertad de información, la libertad de prensa” manifestó Francisco Ruiz Antón, director de Políticas Públicas y Relaciones Institucionales de la entidad para España y Portugal.
Ruiz Antón recordó los muchos valores que la entidad comparte con Reporteros Sin Fronteras, entre ellos, el rechazo a “las amenazas en Internet y la censura en la Red, una realidad que, desgraciadamente, es algo más común de lo que pensamos en muchas partes del mundo en las que se actúa impunemente contra periodistas, blogueros y proveedores de información”.
El representante de Google destacó la importancia de la labor periodística para la democracia y lamentó que “no todos consideran un ejercicio enriquecedor el intercambio libre de ideas y conocimientos”, lo que se han visto reflejado recientemente en el atentado contra Charlie Hebdo o el ataque informático contra una película que disgustaba a determinado régimen, ambas con una reacción de asistencia inmediata por parte de su compañía.
“Google ha sido y sigue siendo víctima de ataques y de censura, sólo en lo que llevamos de año ya hemos sufrido más de una decena de interrupciones de servicios como YouTube, Google Sites, Gmail o Picasa en países como Irán, Turquía o China entre muchos otros”, explicó Ruiz Antón para recordar que no sólo perjudican a la empresa, sino también a los usuarios. El Informe de Transparencia de Google ofrece información sobre los ataques en tiempo real.
“Estamos convencidos de que un mundo libre depende de una Internet libre y abierta”, apuntó el representante de Google.