El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, presumirá en el Debate sobre el estado de la Nación de haber dado la vuelta a la situación económica en estos tres años, pasando de ser un país «al borde del rescate» a liderar el crecimiento en la Unión Europea, un mensaje que servirá al PP de palanca electoral para los comicios de mayo. De hecho, resaltará la necesidad de mantener la actual senda reformista para consolidar la recuperación, pondrá en valor sus medidas para luchar contra la corrupción y defenderá la vigencia del actual modelo constitucional.
El jefe del Ejecutivo acudirá al Congreso con un listado de datos de coyuntura que, a su juicio, acreditan la reactivación de la economía española, aunque aún no haya llegado al bolsillo del ciudadano y la tasa de paro siga en el entorno del 24%. Para contrarrestar ese panorama, se reserva el anuncio de medidas sobre empleo y otras relativas a la agenda social.
Rajoy lleva varios días preparando este 'duelo' parlamentario -los distintos Ministerios le han facilitado fichas con el detalle de sus actividades–, que será el último de esta legislatura y el primero contra el socialista Pedro Sánchez. Además, se produce en un escenario preelectoral, a un mes de las andaluzas y con otras cuatro citas a lo largo del año. Pese a todo, cuenta con gran experiencia en estas lides porque será su noveno debate, ya que antes de llegar a La Moncloa afrontó seis como líder de la oposición.
En un momento en el que las encuestas recogen un crecimiento de la desafección ciudadana y de la abstención, el presidente subrayará que solo la continuidad de sus reformas permitirá afianzar el nuevo impulso de la actividad económica, según han indicado a Europa Press fuentes del Ejecutivo.
También pondrá en valor la estabilidad política, algo que, según el Gobierno, ha permitido devolver a España «credibilidad» en Europa y «prestigio como país». Ante el ascenso creciente de partidos como Podemos -tanto el CIS como los datos propios del PP lo sitúan como segunda fuerza política–, alertará del peligro de «tirar por la borda» el sacrificio de muchos españoles.
De hecho, ése es uno de los mensajes en los que el Gobierno y el PP harán girar sus campañas en los próximos meses, subrayando que los populismos solo ofrecen «confusión y ocurrencias» mientras que el PP, pese a sus «errores» es sinónimo de «estabilidad, seguridad, moderación, Constitución, libertad e igualdad entre los españoles», como dijo hace un mes en la convención de su partido.
La agenda social
Rajoy llevará al Congreso algunos anuncios, sobre todo en el capítulo relativo a la llamada agenda social. Aparte de concretar aspectos de la leyes sobre protección de la infancia -que se aprobaron este viernes en Consejo de Ministros–, se prevé que ofrezca más pistas sobre el plan de familia que prepara el Gobierno o el destinado a frenar la desigualdad laboral entre hombres y mujeres.
Las propuestas se extenderán al ámbito del empleo. De hecho, la propia vicepresidenta avanzó el vieres que uno de los ejes del debate será el «refuerzo de la creación de empleo» y las reformas estructurales. En este último apartado incluirá la reforma de las administraciones públicas o la de la Justicia, con medidas pendientes como la revisión del sistema de tasas o la modificación de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
En opinión del jefe del Ejecutivo, la mejor política social es crear empleo. Por ello, subrayará que tras iniciar la recuperación en 2014 con la creación de más de 400.000 puestos de trabajo, el mercado laboral va a seguir mejorando y augurará de nuevo 600.000 puestos de trabajo más en 2015. En materia fiscal, destacará cómo su reforma fiscal está beneficiando a las familias y prometerá más bajadas impositivas.
En una legislatura marcada por el 'caso Gürtel' y el llamado 'caso Bárcenas' que afecta al extesorero del PP, Rajoy hará un repaso de las medidas que ha impulsado su Ejecutivo para «regenerar la democracia», desde la Ley de Transparencia hasta las normas que están aún en tramitación parlamentaria como la Ley del Alto Cargo, la Ley de control económico-financiero de los partidos, la reforma del Código Penal que tipifica por primera vez el delito de financiación ileal y el endurecimiento de las sanciones por conductas corruptas.
Dado el escenario marcadamente electoral, habrá que confiar en que el Debate sobre el estado de la Nación no convierta los casos de corrupción que afectan a prácticamente todos los partidos del arco parlamentario en un arma arrojadiza, como ha ocurrido en algunas sesiones plenarias de esta legislatura.
Defensa de la Constitución
Rajoy también pondrá el acento en que el actual marco constitucional ha sido «referencia de solidez y continuidad en tiempos de incertidumbre» y ha permitido «afrontar con dinamismo el proyecto reformista más ambicioso de nuestra historia reciente», lo que, en su opinión, refrenda la «vigencia del que, sin lugar a dudas, representa el mayor logro institucional de la Historia contemporánea de España», según reza en la comunicación que el Gobierno ha remitido a la Cámara Baja.
También defenderá el actual modelo de las autonomías y criticará la deriva soberanista en la que, según el Gobierno, se haya inmerso el presidente de la Generalitat, Artur Mas, que ha anunciado la convocatoria de elecciones en Cataluña para el próximo 27 de septiembre, un adelanto electoral que en opinión de Rajoy es la constatación de un «fracaso» en su gestión.
Como en ediciones anteriores, destacados cargos del PP se desplazarán al Congreso para escuchar in situ la intervención de Mariano Rajoy. Por lo pronto, está previsto que acuda la secretaria general del partido y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, así como la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, han informado a Europa Press fuentes 'populares'.
Pedro Sánchez debuta en el debate
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, reprochará al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante el Debate sobre el estado de la Nación su «desconexión» con la calle y cuestionará su «euforia» ante la recuperación llevando al Congreso «la realidad de los hogares españoles».
Según han informado fuentes socialistas, Sánchez centrará su estreno en este debate de política general, el primero que asume como líder del principal partido de la oposición, en desmontar la «euforia del Gobierno con la realidad», poniendo encima de la mesa «los datos que demuestran» que España vive «una realidad de desigualdad».
Sánchez hablará del aumento de la pobreza en España –el país de la OCDE donde más ha crecido la desigualdad– y de la «dilapidación de derechos sociales y laborales» de la que culpa al PP y acusará al presidente del Gobierno de «maquillar un balance contable por motivos electoralistas».
El máximo dirigente del PSOE no niega que la situación en España está mejorando, pero cree que no es gracias a Rajoy, sino a pesar de él y sus políticas, con las que está atacando a la clase media y trabajadora con sus reformas. Sánchez considera que el PP gobierna para unos pocos y aprieta a la mayoría, con las reformas laboral, fiscal y del sistema público de pensiones.
Y contrapondrá esta manera de gobernar con la «agenda para la recuperación justa» que quiere liderar en la próxima legistura, que quiere que sea la de «la España de las oportunidades».
Sánchez cree que ahora es el momento de salir de la crisis «con justicia social, recuperando los derechos de la clase media y trabajadora», y de renovar el pacto constitucional, para convertir España en un Estado federal.
Pero también defenderá que hay una «oportunidad» de regenerar la vida política, «extirpando la corrupción de las instituciones y trabando un nuevo contrato con los ciudadanos basada en la transparencia y en la honradez intransigente».
Sánchez volverá a sacar pecho previsiblemente de las medidas de transparencia aprobadas por su partido desde que llegó a la Secretaría General y de su nuevo Código Ético. E incidirá en que ya ha demostrado que no le «temblará el pulso para echar a ningún corrupto».
Es de esperar que el presidente del Gobierno le responda atacando con el asunto de los ERE en Andalucía, especialmente tras la citación por el Tribunal Supremo de los expresidentes Manuel Chaves, diputado en el Congreso, y José Antonio Griñán, senador.
Sánchez ya ha dicho que si se les imputa un delito tendrán que dejar su escaño, tal y como exigió la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, yendo un paso más allá de las normas internas de los socialistas, que fijan la exigencia de responsabilidades en la apertura de juicio oral.