sábado, septiembre 21, 2024
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Sáenz de Santamaría pide a Zapatero coordinar mejor su agenda exterior con el Gobierno

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Después de la tormenta siempre llega la calma; y así ha sido. El Gobierno de Mariano Rajoy da por zanjada la crisis más importante que se ha producido con un expresidente durante esta legislatura -reconocen en Moncloa-, y que explotó el día de antes tras conocerse la reunión mantenida por el exlíder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, y el que fuera su ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, con el líder cubano Raúl Castro en La Habana a espaldas del Ejecutivo de Rajoy. «Ahora toca mirar al futuro», ha llegado a decir este viernes la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros cuando ha sido preguntada por esta cuestión. Una actitud que contrasta con la del actual jefe de la diplomacia española, José Manuel García Margallo, que este jueves, indignado con la situación, tildó de «desleal» e «inoportuna» una reunión que se producía casi tres meses después de que él viajara a La Habana y no consiguiera reunirse con el presidente cubano.
 

La vicepresidente, por su parte, ha optado por rebajar el tono. «Lo importante ahora es que no se vuelvan a producir situaciones como ésta», ha advertido la 'número dos' de Rajoy, que sí ha aprovechado la comparecencia de este viernes para instar públicamente a la oficina del expresidente Zapatero a coordinarse mejor con el Gobierno en lo que a su agenda exterior respecta. «Hay que reforzar la interlocución», ha espetado Santamaría, según la cual, cuado personas de «relevancia como un expresidente y un exministro visitan ciertos lugares de trascendencia», la posición que trasladen en sus mensajes tiene que estar «entroncada dentro de la acción exterior del Gobierno». Y Cuba y Bolivia -la otra parada prevista en la gira de Zapatero- lo son destinos «sensibles» a ojos de La Moncloa. «La prudencia se impone», ha sentenciado Santamaría para dejar claro que reuniones como las de este jueves no se pueden volver a producir sin el consentimiento del actual Gobierno.
 
Un mensaje que la oficina de Zapatero ha captado a la perfección. Según ha explicado el equipo del expresidente, del viaje estaba perfectamente informado el Gabinete de Rajoy. No así como de la reunión con Raúl Castro, que según los socialistas, no se conoció hasta que Zapatero y Moratinos ya estaban en la isla. La reivindicación de Margallo es que tenía que haberse producido una llamada previa a la reunión con el presidente cubano para poder haber coordinado el mensaje. Sin embargo, no fue hasta el final de la misma cuando el exministro de Exteriores se puso en contacto con Margallo para informarle de su contenido y avanzarle ya el contenido de su viaje a Bolivia.  Moncloa ha optado por pasar página y no hacer más sangre con la cuestión. Por delante, sólo el «futuro», ha insistido la vicepresidenta, que ni siquiera ha querido coger el testigo del director de comunicación de la campaña 'popular', Pablo Casado, que llegó a afirmar que con esta visita Zapatero «avalaba la dictadura» de los Castro.

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