El perito judicial nombrado a propuesta de Adif para investigar el accidente de tren de Angrois, José Luis Pinel, envió el pasado martes su informe definitivo sobre el caso al juzgado, más de 20 días después del límite de plazo fijado por el magistrado e indicando que ratificaba como definitivo el informe provisional, concluido hace más de medio año, en el que consideraba al maquinista único responsable del siniestro.
Según el escrito de 23 de febrero que remitió a instancias judiciales, al que ha tenido acceso Europa Press, el perito señala que el informe pericial provisional –de 20 de junio de 2014– «ha de entenderse emitido con el carácter de definitivo», al tiempo que indica que un técnico de Adif ha colaborado con este documento «en lo que se refiere a cuestiones relativas a señalización ferroviaria».
El informe provisional elevado a definitivo está fechado el 30 de enero, un día antes del límite fijado por el juez Andrés Lago Louro para que los peritos entregasen sus informes definitivos. Sin embargo, como recoge una providencia del propio magistrado, Adif no remitió este informe hasta el 24 de febrero, más de 20 días después de la conclusión del plazo. El resto de las partes los entregaron dentro del periodo indicado por el juez.
En el documento, José Luis Pinel concluye que la única causa del accidente fue el exceso de velocidad causado por la «desatención» del maquinista de sus funciones y defiende la línea y los sistemas de seguridad como «correctos».
Según los datos que el perito ha analizado para este informe, recogidos por Europa Press, la decisión de Fomento de cambiar el ancho de vía en este tramo fue «correcta y adecuada» y con ella «la línea ha mantenido sus niveles de calidad».
«No hubo razones económicas para decidir el cambio de ancho, al contrario, se mantuvo íntegro todo el equipamiento previsto en la línea», asegura el perito, para quien «tampoco el plazo influyó en la decisión».
Asimismo, hace hincapié en que «en la red de alta velocidad española existen varios ejemplos» similares al de este tramo, que «respeta estrictamente la reglamentación y normativa de seguridad ferroviaria vigente», y recuerda que «el trazado de la curva de Angrois no fue cuestionado en fase de información en ninguna de las 300 alegaciones recibidas».
El informe del perito propuesto por Adif establece el exceso de velocidad como «única causa del accidente» tras no hallar en «la infraestructura, instalaciones o señalización de la línea relaciones de causalidad» con el mismo. «No se ha encontrado ninguna causa, sobre el estado y comportamiento de la infraestructura, vía y catenaria en el lugar del accidente que pueda relacionarse con él», indica José Luis Pinel.
Paralelamente, el perito afirma que «durante el período de explotación de la línea 082 no se recibieron en Adif sugerencias ni observaciones de personal de conducción de Renfe» acerca de «la conveniencia o necesidad de incrementar las medidas de seguridad» ni «observaciones» acerca de «ningún aspecto genérico o concreto de la línea», por lo que «puede concluirse que no se trata de ninguna compleja, singular o novedosa conexión ferroviaria».
«El tiempo transcurrido entre la contestación a la llamada telefónica y su fin es, a los efectos de conducción, como tiempo en blanco: el maquinista desatiende todas sus obligaciones durante casi dos minutos. No hay sistema de ayuda a la conducción que supere una prueba semejante», asegura el perito.
En el informe, el perito reconoce que los ámbitos normativos de RGC y PTO en la zona «tienen cierto solape», aunque justifica esta cuestión vinculándola a «la distancia de frenado».
Además, determina que «las informaciones recogidas en el Cuadro de Velocidades Máximas y en el Libro Horario son correctas, suficientes y acorde con la práctica habitual, que durante décadas ha servido correctamente para la conducción».
Finalmente, el perito de Adif dedica parte de su informe a la desconexión del ERTMS embarcado, que se produjo a raíz de los «fallos» detectados en las «primeras semanas de explotación» de la línea. A raíz de estos problemas, se tomó la decisión de desconectar este dispositivo «de forma preventiva a petición de Renfe», recoge Pinel.
«La solicitud indicaba el plazo de un mes para que Bombardier solucionase los problemas detectados. A día de hoy no se han vuelto a conectar los equipos embarcados», se limita a concluir.