Vitoria Cristóbal Araujo, “Vicky”, cesó como concejala encargada de Relaciones Institucionales en el Ayuntamiento de Majadahonda hace unas semanas. Acababa la carrera política, y puede que algo más, de quien consiguió a la vez ser estrecha colaboradora de Francisco Granados y Narciso de Foxá. Victoria Cristóbal, que llegó en su cénit político a directora de la Agencia Madrileña para la Emigración, ha estado además implicada en la trama de espionaje político contra Ignacio González.
Foxá fue el elegido por Francisco Granados para sustituir al anterior alcalde de Majadahonda porque, según se ha sabido por el sumario de la ‘Operación Púnica’, el anterior edil había decidido “cortar el flujo de dinero” a sus jefes. La operación supuso un verdadero motín entre concejales, cuando se estaba tramitando una importante operación urbanística en el Ayuntamiento.
Victoria Cristóbal formó parte del equipo de asesores de Francisco Granados en la Consejería de Interior y Justicia de la Comunidad de Madrid. Desde ahí ascendió a la dirección de la Agencia de Emigración, donde estuvo hasta que este organismo fue cerrado por el Ejecutivo madrileño. Para entonces ya estaba en el equipo de Narciso de Foxá, con el que empezó a trabajar en 2011, como concejala. En su equipo se convirtió rápidamente en una estrechísima colaboradora, muy cercana además en lo personal.
Pero el papel en la vida política de esta atractiva periodista no ha quedado en sus cargos públicos. Un detective de la agencia Método 3 aseguró que fue ella quien encargó en la habitación de un hotel madrileño, el espionaje político al hoy presidente de Madrid, Ignacio González, encarnizado rival de Francisco Granados. Victoria Cristóbal declaró al juez que no hizo encargo alguno, si bien tuvo que reconocer su parentesco con uno de los propietarios de la controvertida agencia de detectives que también espió a Alicia Sánchez Camacho y la novia de Pujol jr.
Los vínculos de la íntima colaboradora de Narciso de Foxá con Granados no quedan ahí. Victoria Cristóbal no solo ha seguido manteniendo una estrechísima amistad con el hoy encarcelado exconsejero Granados, sino que ha hecho negocios en su círculo. Cristóbal compró su actual vivienda –una piso en el caro barrio de Justicia de Madrid, a pocos pasos de la sede del PP en Génova– a una empresa de Ramiro Cid Sicluna, uno de los principales imputados en la ‘Operación Púnica’.
Cid Sicluna está acusado de pagar comisiones a Granados y su amigo David Marjaliza. No solo eso, Granados compró al llamado “señor del ladrillo de Valdemoro” sus tres viviendas en Valdemoro. La amistad entre ambos saltó violentamente a la luz púbica cuando alguien prendió fuego en el garaje de Granados al coche que usaba su mujer. Se trataba de un mini, que aún estaba a nombre de una de las sociedades de Ramiro Cid Sicluna.
Pocas semanas después de que saltara el escándalo de la ‘Operación Púnica’, Victoria Cristóbal abandonaba la política y dejaba de trabajar con Narciso de Foxá. Oficialmente Cristóbal alegó que lo hacía para dedicarse con más intensidad a su actividad privada –no tenía dedicación exclusiva en el Ayuntamiento y cobraba por dietas de asistencia–. Fuentes municipales aseguran que la cercanía entre Narciso de Foxá y Victoria Cristóbal ya no era tan evidente. “Es probable –aseguran las mismas fuentes del consistorio– que tuviera entonces más complicado explicar a Narciso su relación con Granados”.