El presidente del PP, Mariano Rajoy, desvela el secreto mejor guardado de las últimas semanas. Ignacio González no será el candidato del PP en las próximas elecciones autonómicas a la Comunidad de Madrid. No estaba previsto que el anuncio fuera a hacerse este viernes, pero finalmente el jefe ha dado luz verde al Comité Electoral Nacional, presidido por Alicia Sánchez-Camacho y reunido durante todo este viernes, para que haga públicas las candidaturas más esperadas. Lo ha hecho a través de un comunicado oficial, a última hora de este viernes; y en pleno arranque de la campaña electoral andaluza. Es evidente que Rajoy no quería ruido: Esperanza Aguirre será candidata del PP a la Alcaldía de Madrid, Cristina Cifuentes a la Presidencia de la comunidad; y el tercero en discordia, el actual presidente madrileño, se queda fuera de la carrera electoral pese a su insistencia.
Las últimas informaciones sobre su ático en Marbella, su enfrentamiento con un comisario de la Policía y la polémica surgida en torno a las supuestas primas a jueces cuyo pago fue encargado a la empresas Indra por su Gobierno, han acabado de golpe y porrazo con sus aspiraciones. Hasta hace un mes, era la única apuesta asegurada en el feudo madrileño. Durante la última Convención Nacional del PP, ninguno de sus compañeros dudaba de que él iba a ser el elegido. Tanto es así, que aunque inicialmente no estaba previsto, González intervino en la clausura del cónclave 'popular' junto a Rajoy. Su convencimiento era pleno. Nunca se atrevió a decirlo en alto, pero en un encuentro mantenido con las periodistas durante la Convención, su cara lo manifestaba. Por entonces, la que no tenía la plaza asegurada era Esperanza Aguirre.
Ni Rajoy ni su entorno la querían cerca, pero la realidad de las encuestas internas se ha ido imponiendo poco a poco. Internamente, y en concreto en lo que al sector marianista respecta, desde el principio rechazó un tándem Aguirre-González para Madrid. Existía un miedo atroz a que el aguirrismo volviera a hacerse con el poder del importante feudo madrileño. Y en base a esta idea se han precipitado los últimos acontecimientos. Las encuestas que maneja el PP no registran mayorías absolutas, pero sí alertan de que la mejor candidata para el Ayuntamiento de Madrid es Esperanza Aguirre. Siguiendo con la teoría de la conspiración, si la presidenta de los 'populares' madrileños era la opción menos mala para la alcaldía, y los marianistas no le permitían formar un tándem con su delfín, González irremediablemente comenzaba a estorbar.
Hay quien hace días que habla de «fuego amigo», y González ya se ha sumado sin pestañear a esta teoría. Una de las teorías más extendidas que circulan por el PP es que las últimas informaciones surgidas en torno a González no son casuales. El presidente de la Comunidad ha intentado por todos los medios convencer a través de mensajes públicos a su presidente de que no se dejara intoxicar por esta situación. Pero su esfuerzo ha sido inútil. Rajoy ha optado por la opción menos polémica. Cristina Cifuentes era otro de sus activos, representa «regeneración», o así al menos lo entienden en el partido, y aunque cuenta con el mismo problema que González (nunca ha sido validada por unas urnas), por lo menos la delegada del Gobierno en Madrid no arrastra escándalos a sus espaldas que puedan emborronar la campaña del 24 de mayo. Máxime, cuando los socialistas optaron por quitar a Tomás Gómez -con un historial también un tanto turbio- y poner en su lugar a Ángel Gabilondo, de intachable trayectoria.
Menos cuidado, sin embargo, demuestra tener Rajoy con la elección de Aguirre, a quien la 'Operación Púnica' aún podría salpicarle más. Un motivo que los conspiranoicos también emplean para alimentar su teoría. Si la única razón para apartar a González fuera la oscura aúrea que le rodea, Aguirre tampoco sería una candidata idónea. Pero es evidente que en lo único que piensan ahora los conservadores es en recuperar a los descontentos y frenar el 'efecto Ciudadanos'. Y en el PP nadie duda de que Aguirre es la mejor apuesta para ello.
Un premio que le llega después de ser durante tres años el principal azote de Rajoy, y hacer una oposición más dañina que el Partido Socialista. González, por su parte, había conseguido tener una buena relación con el sector marianista gracias a la relación cercana que mantiene con la secretaria general, María Dolores de Cospedal. Ni la dirección del PP (a excepción de una tibia Cospedal), ni el presidente del Gobierno han salido en su defensa. Y su mentora, Esperanza Aguirre, tardó tres días en darle su apoyo. La presidenta del PP de Madrid no ha dudado en dejar caer a su delfin, y más aún cuando ésta era la única opción que tenía para cumplir uno de sus sueños políticos: ser la alcaldesa de la capital del reino.
Más suerte, sin embargo, han tenido otros nombres igual de polémicos que el del presidente de la Comunidad de Madrid. Rajoy sí ha dado luz verde a las polémicas candidaturas de Juan José Imbroda para Melilla, pese a haber sido imputado esta semana por el Tribunal Supremo. De Francisco Javier León de la Riva para Valladolid, pese a que se sentará en el banquillo de los acusados un mes antes de las elecciones por un delito de desobediencia relacionado con el 'caso de los áticos de Zorrilla'. Y de Francisco Javier Lacalle para Burgos, pese a ser el alcalde de una ciudad que el año pasado se convirtió en epicentro de un importante terremoto político por la nefasta gestión de las obras del famoso bulevar de Gamonal.