La última gran crisis interna vivida en el PP de Madrid ya encontró su primera víctima: María Dolores de Cospedal. Hacia ella han ido dirigidos todos los dardos envenenados que han salido silenciosos desde las entrañas de la formación para culparle del último gran enfrentamiento vivido entre la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, y la dirección nacional. Nadie se atreve a hacer declaraciones con los micrófonos y las cámaras encendidas, pero entre bambalinas y con susurros, muchos 'populares' sí mencionan su nombre para identificarla como la principal culpable de todos los males que acechan al PP.
Desde que estallara el 'caso Bárcenas', Cospedal se ha colocado en el centro de la diana. Y muchos de sus compañeros recurren a su doble condición de secretaria general y presidenta de Castilla-La Mancha para justificar esta tensa situación. Una importante presión que lleva soportando dos años, y probablemente el principal motivo que le llevó a dar entender la semana pasada en un Foro organizado por Abc que podría estar dispuesta a dejar de ser la 'número dos' del PP si volvía a ganar las elecciones en Castilla-La Mancha. Unas polémicas declaraciones que no le quedó más remedio que matizar un día después.
«Yo ni me he planteado ni me planteo dejar mi responsabilidad como secretaria general y más en un momento tan importante y un año tan importante para mi partido y para España como este que estamos viviendo», aseguró el pasado miércoles en una entrevista en Onda Cero. El día de antes había reconocido como «una opción» la posibilidad de dejar la Secretaría General del PP si resultaba reelegida presidenta de Castilla-La Mancha el próximo 24 de mayo, pero según Cospedal ese comentario no se trataba más de que de «una obviedad».
Una polémica que el presidente de la formación también se ha visto obligado a zanjar. «Es seria, competente y fiable y quiero que siga siendo mi secretaria general», ha espetado Mariano Rajoy este lunes en una entrevista concedida también a Onda Cero. El presidente del PP ha destacado que Cospedal ha sido secretaria general del partido en un momento muy difícil, desde que la eligió en 2008, y que además se ha dedicado «en cuerpo y alma» a Castilla-La Mancha.
Una doble condición que en el caso de Cospedal defiende, y que sin embargo no comparte tanto para la Comunidad de Madrid. El presidente Rajoy ha entrado de lleno en el último incendio desatado en el número 13 de Génova: La conveniencia o no de que Esperanza Aguirre siga siendo presidenta del PP de Madrid si gana la alcaldía de Madrid. Después de un intenso cruce de informaciones que llegó incluso a hacer tambalear la candidatura de Aguirre, el acuerdo parece estar cerrado: la 'popular' abandonará la segunda planta de Génova si consigue el bastón de mando en Madrid. Pero aún así el presidente del PP ha querido dejar clara cuál es su postura a este respecto: hay que «volver a un modelo» en el que el presidente del PP de Madrid no sea ni el alcalde de la capital ni el presidente de la Comunidad de Madrid, de forma que estos dos últimos cargos se dediquen a sus funciones institucionales. «Ésta era una tradición en el PP de Madrid», ha espetado, dejando claro que no quiere ni a Aguirre ni a Cristina Cifuentes para ese cargo.
Uno de los motivos esgrimidos internamente es que Rajoy quiere controlar al PP madrileño, algo prácticamente imposible si Aguirre sigue al frente de la formación. La lideresa madrileña ya ha dejado claro que no quiere imposiciones de la dirección nacional para elaborar sus listas de cara a las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo. Y el presidente ya le ha advertido: «elaborar las listas electorales es una de las cosas más difíciles de hacer porque hay que elegir entre personas y nunca se sabe si se acierta».
Sobre la decisión de apartar a Ignacio González, Rajoy ha admitido que «era lo mejor», pero ha asegurado que no ha tenido nada que ver con la posibilidad de que en plena campaña pudieran aparecer informaciones sobre posibles casos que le afectasen, como la 'operación Púnica' o el 'caso de ático'. «Un gobernante tiene que tener en cuenta lo que dice la gente y la opinión pública, pero también hay otras decisiones que las tiene que tomar el propio gobernante», ha zanjado.
Los SMS a Bárcenas
Sobre corrupción, más de lo mismo. Rajoy ha vuelto a insistir en que él desconocía la supuesta contabilidad B que llevaba el extesorero 'popular' Luis Bárcenas, ha recalcado haber tomado medidas para que un caso como éste no se vuelva a repetir, ha empatizado con la indignación de los españoles a este respecto, pero ha asegurado que pese al escándalo que supuso para la opinión pública saber que el presidente del Gobierno animaba al exsenador del PP mediante SMS a «ser fuerte», no dejará de utilizar su teléfono personal para mandar mensajes. «Seguiré mandando SMS por teléfono porque confío en la gente y no voy a condicionar mi vida a acontecimientos que me hayan podido ocurrir. Confío en la gente y sigo mandando SMS porque no me puedo quedar aislado del mundo», ha insistido Rajoy cuando se le ha preguntado sobre si se le habían quitado las ganas de volver a mandar SMS.