Si se instalase un almacén de gas en el Parque Natural de Doñana, una red de conductos, tubos y pozos repletos de combustible fósil atravesaría las tripas del espacio protegido. El subsuelo quedaría agujereado por la actividad industrial y la obra permanecería escondida bajo las más de cien mil hectáreas de marismas y bosque que componen el espacio natural más emblemático de nuestro país. Se inyectaría y se extraería el material químico y Doñana se convertiría en un depósito de gas natural. Ese es el plan de la empresa Petroleum Oil & Gas España, filial de Gas Natural Fenosa, que según denuncia la organización WWF, pretende abrir catorce pozos de extracción y veinte kilómetros de nuevos gasoductos. “El almacenaje y distribución es uno de los focos de ‘crecimiento’ que se ha fijado la empresa a partir de 2015, como reconoce Gas Natural en su memoria del ejercicio pasado. Y Doñana es una pieza clave”, explica WWF en su página web.
La relación de Gas Natural con el Parque Natural de Doñana se remonta a la década de los años ochenta puesto que desde 1988 la compañía tiene permiso para extraer gas. Pero ahora se agotan las reservas y las licencias, por eso, distintas organizaciones ecologistas creen que el objetivo es adquirir el material para almacenarlo en las cavidades y seguir obteniendo beneficio. Han dado la voz de alarma y denuncian que la actividad que pretende llevar a cabo la empresa es “nueva” y “distinta” a la que viene haciendo hasta el momento. “Quiere inyectar gas, gas que no hay aquí, que van a comprar en otro lugar, probablemente en Argelia, que se va a guardar allí como una reserva estratégica. Esto es una actividad novedosa y distinta a la que inicialmente se desarrollaba y que está a punto de caducar. La nueva actividad no tiene fecha límite, la empresa no ha señalado que quiera hacerlo durante un número concreto de años y eso también es motivo de preocupación”, asegura Juan José Negro, director de la Estación Biológica de Doñana. Cree además que para la empresa es “una oportunidad de negocio”. “Si ellos consideran que es posible almacenar gas se van a ahorrar depósitos en superficie que suelen ser muy caros en comparación con inyectar directamente el gas en el terreno”, añade.
Por otro lado, los posibles riesgos que puede generar la actividad también son motivo de preocupación. La sombra del proyecto Castor, que provocó alteraciones en Castellón, sobrevuela el parque y desde WWF piden más explicaciones. “No tenemos otra información que la proporcionada por la empresa. No hay especialistas independientes que nos predigan sobre como se comportaría la zona de almacenamiento con la inyección de gas nuevo, no hay expertos que se hayan pronunciado de forma independiente a la empresa. La empresa quiere almacenar el gas y obviamente no reconoce ningún tipo de problemas”, critica Negro.
Por su parte, la Estación Biológica de Doñana cree que puede haber problemas en el subsuelo. “Lo que más miedo da no es tanto las hectáreas que se vayan a sacrificar. La mayor preocupación que tenemos es que haya alteraciones en el subsuelo, posibles movimientos de tierra. Deberíamos tener la garantía de que el riesgo es cercano a cero. Además, existe algún riesgo de accidente por tratarse de combustibles fósiles. Doñana es una zona protegida y una actividad que incluye el uso de combustibles fósiles nunca estuvo en los planes del parque”, señala Negro.
Desde WWF consideran que existen cuatro grandes riesgos. En un primer lugar el denominado “riesgo sísmico”. La organización recuerda que el caso del almacén Castor provocó cerca de 400 terremotos en la provincia de Castellón. Por otro lado apelan al riesgo de contaminación por hidrocarburos en caso de accidente o rotura de tuberías. El riesgo de explosión también forma parte de sus preocupaciones y creen que podría llegar a producirse por una simple fuga de gas. Por último, la alteración y fragmentación del hábitat. En concreto se refieren a “especies muy amenazadas” como el lince ibérico, el águila imperial o la nutria. “Nosotros entendemos que no se puede poner en marcha porque los riesgos no se han evaluado correctamente y vulnera la normativa. Si hay que llevarlo a los tribunales, lo llevaremos a los tribunales”, asegura Juanjo Carmona, portavoz de WWF.
El nuevo proyecto cuenta con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente, sin embargo, la Junta de Andalucía todavía no se ha pronunciado al respecto. De hecho, es el gobierno regional el que debe establecer un informe que aclare que los planes de Gas Natural no afecta a la Red Natura 2000, la red de conservación europea a la que pertenece el parque. La que sí ha querido dejar clara su postura ha sido la Comisión Permanente de Consejo de Participación del Espacio Natural de Doñana, que ha votado en contra del proyecto. Con doce votos a favor, dos en contra y dos abstenciones el órgano participativo ha dicho ‘no’ y ha dado un informe negativo contra el almacén de gas en el parque.