El 'y tú más' ha sido la estrategia a la que insistentemente ha recurrido el PP cuando los partidos de la oposición, especialmente el PSOE, le sacaba los colores con asuntos de corrupción o con su gestión. Y ahora también le vale para analizar resultados electorales. El PSOE de Susana Díaz revalida su trono en Andalucía, logra que ninguno de los últimos escándalos de corrupción le pase factura, obtiene para su partido el mismo número de diputados que José Antonio Griñán en 2012 y encima arrebata la primera posición al Partido Popular en el Parlamento andaluz. El PP, por su parte, logra sus peores resultados en 25 años, pierde 500.000 votos y pasa de 50 a 33 escaños en tres años. Y el análisis que el presidente de la formación Mariano Rajoy ha hecho este lunes ante su Comité Ejecutivo, más vacío que de costumbre -11 'barones' autonómicos han evitado ir a Génova a hacerse la foto de la debacle andaluza-, es que el verdadero fracaso de estas elecciones lo encarna Susana Díaz por «obtener el peor resultado de la historia del PSOE en su mejor feudo».
El malestar interno en el Partido Popular es evidente, pero Rajoy parece no querer enterarse. Mientras algunos de sus ministros como José Manuel García Margallo y José Manuel Soria, y el presidente del Congreso, Jesús Posada, reconocían públicamente el fracaso, el líder 'popular' optaba por el discurso fácil y optimista. Los resultados obtenidos este domingo ni estaban ni se les esperaba en sus encuestas internas. Y lo único que acierta a decir Rajoy es que el PSOE está peor, cuando la victoria de Susana Díaz es indiscutible a todas luces. Es cierto que los socialistas han obtenido el peor resultado en porcentaje de voto de la historia autonómica (el 35%), pero no es menos cierto que el PSOE ha conseguido soportar mejor el embiste de las nuevas formaciones que los 'populares', pese a los escándalos de corrupción que pesan sobre sus espaldas después de más de 30 años de Gobierno.
En el PP existe un cierto pavor a analizar los resultados electorales con objetividad, y la estrategia desplegada ha sido la de echar balones fuera. La realidad es que Juanma Moreno ha perdido 17 escaños; Susana Díaz ha mantenido sus 47; y que Ciudadanos y Podemos han sumado 24 diputados. «Nuestros votantes se han ido a la abstención y a otras formaciones», ha acabado reconociendo el vicesecretario de Organización, Carlos Floriano, después de mucha insistencia de los periodistas en la rueda de prensa posterior al Comité Ejecutivo. Aunque el diagnóstico que desde el principio intentaba 'vender' el 'popular' es que la principal víctima del ascenso de Ciudadanos no ha sido el PP, sino UPyD. Aún así, fuentes del PP aseguran que en la reunión a puerta cerrada que el presidente Rajoy ha mantenido con los 'suyos' no ha hecho mención expresa a ninguna de las dos fuerzas emergentes.
Rajoy se ha centrado en insuflar ánimo, en animar a «ponerse las pilas y seguir trabajando», y en mostrar su convencimiento de que el PP «va a ganar las elecciones municipales y autonómicas». Por ello, ha optado por disfrazar alguno de los datos obtenidos en positivos. El PP ha perdido en todas las capitales de provincia, pero la dirección se agarra al hecho de que al menos han quedado en primer lugar en todas las ciudades andaluzas de más de 100.000 habitantes. Por otro lado, y aunque el PP insiste en que los resultados no son «extrapolables» a futuras convocatorias, Rajoy sí se ha agarrado a los resultados obtenidos en las pasadas europeas y ha destacado que su formación ha recuperado 300.000 votos en la región.
Cero autocrítica. Según el diagnóstico desgranado por Floriano, el resultado se debe a dos circunstancias. En primer lugar, al desgaste que sufren los partidos que están en el Gobierno en tiempos de crisis. Para ello ha puesto de ejemplo las elecciones departamentales en Francia, donde los socialistas también han salido damnificados. Y en segundo lugar, la irrupción de fuerzas emergentes. Dos circunstancias que parece muy probable que se mantengan en los próximos comicios, pero que aún así el PP insiste en que los resultados de este domingo no pueden servir para pronosticar los futuros. «Todo es muy volátil», ha sido la pobre explicación de Rajoy. Aunque la única certeza hasta el momento es que el PSOE ha sido la fuerza política más votada en Andalucía pese al desgaste de más de tres décadas en el Gobierno regional y que ha resistido mejor el envite de Podemos y Ciudadanos que el PP.
Rajoy no reconoce errores. Todo es fruto de la casualidad y de las circunstancias. El presidente sigue convencido de que Juanma Moreno fue la mejor apuesta y así lo ha confirmado este lunes ante el Comité Ejecutivo Nacional. «Es un excelente político, con mucha proyección y cuenta con todo mi apoyo«, ha zanjado Rajoy, que no parece dispuesto ni a asumir ni a pedir ninguna responsabilidad por este desgaste electoral. Ahora lo importante es que se forme Gobierno ya en Andalucía, tal y como apremió el propio Moreno este domingo tras reconocer su fracaso, aunque Susana Díaz no lo tiene fácil. El apoyo de IU ya no es suficiente, aunque tampoco está claro que lo vuelva a tener.
Según fuentes 'populares', está previsto que el equipo de Juanma Moreno vote «no» a la investidura de la lideresa socialista. El presidente Rajoy había prometido en campaña que dejaría gobernar a la lista más votada, pero desde el PP advierten de que eso no pasa por apoyar ni con el sí ni con la abstención la investidura de Díaz. Según dichas fuentes, a lo que el PP se ha comprometido es a no pactar. Es decir, a no «confabular» con otras formaciones para construir una «mayoría alternativa» a Díaz, como sí ocurrió en 2012 con Javier Arenas tras el pacto de PSOE e IU. Aunque lo cierto es que tampoco puede. Los 'populares' deberían de convencer a Podemos y Ciudadanos. Algo que parece improbable.