Jornada de huelga general en el sistema educativo de Madrid. «Universidad, pública y de calidad», el lema más coreado y escuchado.
La Universidad ha parado este martes, con un seguimiento que fuentes sindicales cifran alrededor del 60% en la mayor universidad de Madrid, total en algunas facultades (Filología y Periodismo), parcial en otras (Derecho) y con mínimos incidentes en otras (Historia), con una fuerte presencia policial.
La convocatoria ha sido total en Madrid, para todos los niveles educativos, mientras que en el resto de España afectaba sólo a la Universidad. La movilización iba dirigida a estudiantes, profesores y personal de administración y servicios.
Varios cientos de manifestantes, mayoritariamente estudiantes aunque también con presencia de profesores y de personal administrativo, han recorrido esta mañana el campus de la Universidad Complutense y han acabado la marcha en el Rectorado, donde han puesto de manifiesto las más de 30.000 firmas conseguidas en referéndum este mes de marzo contra la reforma educativa de Wert en todos los centros universitarios de la Comunidad de Madrid. En la concentración destacaban banderas verdes (color símbolo de la defensa de la educación pública) y de Comisiones Obreras.
La principal reivindicación de la huelga y los concentrados era la derogación del Real Decreto aprobado el pasado febrero por el Ministerio de Educación que establece el sistema universitario 3+2, tres años de grado y dos de máster. Los manifestantes también pedían participación en las decisiones de política educativa.
«Esto se enmarca en una protesta contra la política educativa del Gobierno del PP y en especial de la educación superior», ha declarado a Estrella Digital Jesús Escribano, representante de Comisiones Obreras y profesor de la Facultad de Matemáticas.
«Ya llevamos años de reconversión del sistema universitario, de pérdida de puestos de trabajo y de presupuestos y ahora en una segunda fase con el Decreto 3+2, junto con otros en marcha de creación de centros universitarios privados», señala Escribano.
Una vez en el Rectorado, los estudiantes han leído a sus puertas un manifiesto en el que han reiterado que «toda la comunidad educativa nos oponemos al 3+2, no vamos a permitir que esa reforma se aplique. Conseguimos 32.000 votos contra la reforma y por una nueva ley que garantive la educación pública», han declarado.
«Esto no acaba aquí, no hemos venido a quejarnos, hemos venido a pedir la derogación de la reforma y abrir un proceso de debate en el que la comunidad educativa decida el futuro de la universidad pública. El ministro Wert no ha pactado con la comunidad universitaria, sí ha consultado a expertos, bancos y grandes empresas, es a ellos a los que nuestro ministro rinde cuentas», afirmaban. «Ministro Wert, es urgente que se siente a dialogar».
Añadieron «al rector Carrillo, no nos vale con una declaración contraria o una moratoria del 3+2, la neutralidad significa ser cómplice. Pedimos a la Universidad que se niegue a aplicar la reforma».
Al llegar los manifestantes al Rectorado se ha retirado la policía que escoltaba la marcha y ha aparecido el propio rector de la Universidad Complutense, José Carrillo, que ha escuchado el manifiesto leído por los estudiantes y ha tomado también la palabra para defender su rechazo a la reforma educativa del Gobierno.
El rector José Carrillo ha recogido el guante y el mismo megáfono de los manifestantes: «La Complutense no tiene ninguna intención de aplicar el 3+2, hemos sido los primeros en criticarlo y entendemos que no es una solución para mejorar sino una propuesta de recortes y de financiación pública, lo que hay detrás es un recorte de más de 1.000 millones de euros a la universidad pública».
El rector ha añadido que «no vamos a ser cómplices de ese recorte. Lo que ha planteado la Conferencia de Rectores es una moratoria de dos años para hacer un estudio sobre los efectos reales de la aplicación de la reforma y el 3+2 en la universidad pública».
«A Wert le queda poco», ha sentenciado Carrillo ante las peticiones de los estudiantes de facilitar un debate con el ministro de Educación y el propio rector, que ha insistido en su rechazo total de la reforma universitaria, tal y como se manifestó en el Consejo de Rectores del pasado mes de junio.