El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha afirmado este martes, tras la presentación en Vitoria del Centro Memorial de Víctimas, que el «homenaje imperecedero» a los damnificados del terrorismo forma parte de una política de Estado que «exige unidad». El lehendakari, Iñigo Urkullu, por su parte, ha reclamado «una nueva política de Estado» para consolidar la convivencia después del cese definitivo de la actividad de ETA.
Rajoy y Urkullu han planteado estas reflexiones en el marco de los actos organizados este martes en Vitoria con motivo de la presentación del proyecto del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo que se ubicará en la capital alavesa.
Antes de sus intervenciones, ambos dirigentes han participado en el descubrimiento de la placa de este centro, cuya construcción aún no se ha iniciado. Tras descubrir la placa del Memorial, Urkullu y Rajoy –junto con numerosas personalidades y dirigentes institucionales– han visitado la exposición 'En pie de foto: la mirada de la víctima».
Con motivo de la visita a la muestra, ambos dirigentes han ofrecido sendos discursos. Urkullu, que ha precedido a Rajoy en el uso de la palabra, ha subrayado que la «empatía y la solidaridad» con los afectados por el terrorismo, y con los de ETA, «en particular», es un «imperativo ético y democrático». Además, ha reclamado «una nueva política de Estado» para consolidar la convivencia tras el cese definitivo de la actividad de ETA.
«Dignidad y Jusiticia»
Rajoy, por su parte, ha manifestado que, «si hay una política de Estado en nuestro país, una política que exige unidad y continuidad, ésa es el homenaje imperecedero a las víctimas y la preservación de los valores de dignidad y de justicia que ellas encarnan».
El presidente del Ejecutivo español ha asegurado que el Centro Memorial es el reflejo del «compromiso político y moral» de su gobierno con los afectados por el terrorismo. De esa forma, ha explicado que este espacio –que se ubicará en la antigua sede del Banco de España en Vitoria– se dedicará a «preservar y difundir los valores democráticos y éticos» que representan las víctimas del terrorismo.
El centro, según ha dicho, será la «casa común de la democracia y de sus valores», y contribuirá a «fijar la verdadera historia del terrorismo, especialmente la de ETA». Además, ha subrayado la importancia de lograr la «completa deslegitimación moral y política» de ETA.
Relato y «falsas equidistancias»
Según ha explicado, el Memorial es una garantía para evitar que los terroristas, con «falsas equidistancias», logren «adueñarse de un relato que pertenece sólo a las víctimas».
Rajoy ha reconocido la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como de los jueces y fiscales, en defensa del Estado de Derecho y de la libertad frente al terrorismo. También ha subrayado la contribución de numerosos intelectuales y medios de comunicación en la deslegitimación del terrorismo, así como el trabajo de los legisladores para desarrollar normativas de protección a las víctimas que se han convertido en «referencia» para otros países.
Al margen de ETA, el presidente del Gobierno también se ha referido al terrorismo yihadista. Rajoy ha destacado que la actividad terrorista adquiere «múltiples formas y coartadas», y ha puesto como ejemplo los recientes atentados cometidos por fundamentalistas religiosos en París o Túnez. «La amenaza no cesa, hay que estar preparados y vigilantes«, ha afirmado, para añadir que los demócratas deben «permanecer unidos y sin fisuras» en este terreno.
Sin apoyo «suficiente»
Por su parte, el lehendakari, tras reconocer que en las décadas de 1970 y 1980, los afectados por el terrorismo no tuvieron «el suficiente apoyo», ha recordado que las instituciones vascas ya realizaron en su día un ejercicio de «autocrítica» e impulsaron iniciativas como la Ley de Reconocimiento y Reparación a las víctimas del Terrorismo.
El presidente del Gobierno vasco ha destacado que la sociedad en Euskadi «ha sufrido», por lo que «necesita una política positiva en favor de una convivencia normalizada». «La memoria es un derecho de la sociedad; canalizarlo es un deber de las instituciones públicas», ha asegurado.
Urkullu ha defendido la necesidad de desarrollar políticas públicas de memoria, pero ha reconocido que estas políticas «necesitan diálogo, acuerdo y colaboración entre instituciones».
El lehendakari ha recordado que ya han pasado tres años desde que ETA decretó el cese definitivo de su actividad terrorista, y ha asegurado que «nunca hemos tenido una oportunidad como la que ahora disfrutamos».
«Nuestra responsabilidad es propiciar los acuerdos básicos que nos permitan confluir, colaborar y convivir», ha manifestado. En su opinión, este «nuevo tiempo» es «una oportunidad para consolidar la paz y fortalecer convivencia».
El presidente del Ejecutivo vasco ha manifestado que este objetivo «nos demanda altura de miras y poner en común una política de Estado». Urkullu ha asegurado que «es necesaria una nueva política de Estado porque no es suficiente con coexistir», sino que «es necesario convivir».
«Pasar de la coexistencia a la convivencia demanda comunicación. Por eso, este día podría y debería ser el primer paso de un nuevo ciclo de cooperación y acuerdo», ha manifestado, en una apelación a la búsqueda de un acercamiento de posturas con el Gobierno central en materia de paz y convivencia.
«Derrota policial de ETA»
La presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Mari Mar Blanco, que también ha intervenido en el acto, ha advertido de que, tras la «derrota policial de ETA», es necesario acabar con la «legitimación» del terrorismo.
Además, ha confiado en que el Centro Memorial ayude a evitar la «equidistancia entre víctimas y verdugos«. Blanco ha destacado que, pese al sufrimiento causado, los terroristas no lograron su objetivo de «poner de rodillas» al Estado de Derecho. Además, ha afirmado que el Memorial ayudará a difundir los valores éticos y democráticos que encarnan los damnificados por el terrorismo.
«Homenaje necesario»
Por su parte, el diputado General de Álava, Javier de Andrés ha subrayado que el Memorial «es un homenaje necesario y debe aspirar a ser un mensaje de convivencia y de respeto a los derechos humanos para quienes no solo no los disfrutaron», sino que, además, no recibieron «el abrigo de una sociedad unida que condenara a la mano que los había vulnerado».
El alcalde de Vitoria, Javier Maroto, ha afirmado que «aunque la acción armada de ETA ha cesado, la falta de libertad se deja sentir todavía en muchos rincones de nuestra tierra».
Durante esta ceremonia, un grupo de ciudadanos ha proferido gritos de «chorizo y ladrón» contra el presidente del Gobierno, al que también han reprochado que el Memorial no incluya a los cinco obreros que murieron el 3 de marzo de 1976 en Vitoria por disparos de la Policía. En el caso de Urkullu, le han calificado de «siervo de España».