El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, pedirá este martes a la Junta Directiva Nacional de su partido «máximo esfuerzo, máxima dedicación y máxima unidad» para afrontar las próximas citas electorales, y ha dejado claro que no piensa hacer «cambios» en el partido porque está «contento de cómo está funcionando el partido y de la unidad que se está manteniendo».
«No va a haber cambios y lo diré mañana en la Junta Directiva. El Gobierno está funcionando bien y el partido también está funcionando muy bien», ha dicho en una entrevista en RNE en la que ha subrayado que la dirección actual es la que llevó al PP a ganar las elecciones generales en 2011 y a obtener sus mejores resultados en las municipales y autonómicas de ese año.
«Siempre se pueden hacer pequeños ajustes, pero en lo sustancial no va a haber cambios. Yo estoy satisfecho de cómo están funcionando las cosas», ha remachado.
Rajoy ha evitado entrar en el cruce de acusaciones publicadas en los últimos días entre distintos responsables del partido, fundamentalmente entre Castilla-La Mancha y Andalucía y ha optado por destacar que su partido «tradicionalmente ha estado unido y ha funcionado bien» aunque puedan surgir «discrepancias» sobre temas concretos.
Eso sí, ha pedido que se hable de las preocupaciones de los españoles, que son «sus pequeños problemas o grandes problemas» de su vida diaria –el empleo, la pensión, la salud o la educación– y ha defendido que «las discusiones de partido, de unos y de otros, no aportan nada».
«No es la gran preocupación del presidente del partido y del Gobierno, mi gran preocupación es ser capaz de mantener el ritmo de crecimiento económico y del empleo», ha respondido.
El jefe del Ejecutivo ha insistido en que no tiene intención de adelantar las elecciones generales, y en que tampoco se ha planteado ni ha pedido informes sobre la posibilidad de apurar la legislatura al máximo, de manera que lo normal es que tengan lugar a finales de 2015, aunque aún no ha decidido la fecha concreta.
También ha confirmado que, aunque depende del PP, su voluntad es volver a intentar ser candidato del PP y repetir como presidente del Gobierno, porque aunque han sido años «de enorme dureza» cree que «lo peor que le puede ocurrir a España» es volver a la política económica de 2008-2011, que «dejó a España al borde de la quiebra».
¿Último mandato?
Rajoy ha esquivado la pregunta de si, en caso de ganar las elecciones, sería su último mandato en la Moncloa, replicando que en el mundo hay «muchos modelos» sobre la limitación o no de mandatos de los dirigentes y que en Europa no existe en ningún país. «No es una tradición europea ni un tema que deba preocuparnos en estos momentos», se ha limitado a decir.
Según ha dicho, afronta las elecciones municipales y autonómicas «con espíritu optimista» y con el objetivo de «ganar» y ser primera fuerza política en ambas. Según su análisis, los 'populares' que han gobernado en comunidades autónomas y ayuntamientos han trabajado bien en el «momento más difícil» y confía en que la sociedad sabrá entender que las medidas adoptadas han servido para «superar la gravísima crisis».
Rajoy ha dicho ser consciente de que las decisiones «muy difíciles» y «contrarias» a su propio programa que ha tenido que adoptar tendrán coste político, pero se ha justificado en que «al PP le ha tocado bailar con la más fea» y superar una situación de déficit, decrecimiento, paro y prima de riesgo «por los aires».
Por eso, ha afirmado que, más que hablar de otros partidos, la preocupación del PP es «explicar bien» lo que ha hecho en estos años y advertir de que «las cosas no están completas». En cuanto al resto de fuerzas políticas, ha asegurado que las respeta a todas por cuanto tienen apoyo ciudadano y que «si aportan cosas positivas bienvenidos sean y si aportan cosas negativas ojalá no sean tenidos muy en cuenta por los ciudadanos».
«Yo me ocupo de lo mío, que ya es bastante»
Rajoy ha respondido así cuando se le ha preguntado si el PP ha cambiado de estrategia y ha decidido rebajar sus críticas a Ciudadanos. A su modo de ver, entre partidos siempre hay críticas y los ciudadanos «son inteligentes» y saben distinguir lo importante del «clásico debate político». «Cualquier fuerza política me parece muy respetable pero yo me ocupo de lo mío que ya es bastante», ha zanjado.
En todo caso, ha asegurado que él está dispuesto a acordar «con cualquiera» cuando se trata de asuntos de Estado que deben estar fuera del «debate partidario» y ha puesto como ejemplo el pacto contra el yihadismo alcanzado con el PSOE –a petición de éste, ha puntualizado–.
Por último, ha dicho no saber si Podemos se está desinflando en las encuestas, pero ha hecho hincapié en que es un partido «de izquierda muy extrema» que recoge votos de IU y otros partidos y ha enmarcado su ascenso en la emergencia en toda Europa de «partidos que salían de la nada» con motivo de la crisis.
Gobernar es más difícil que comentar
Sin embargo, ha advertido de que «gobernar es muy difícil» y «hablar y comentar es bastante más fácil, sobre todo cuando no se tiene responsabilidad de decidir». A su juicio, todo el que es «nuevo», como Podemos, Ciudadanos o «antes UPyD», tiene «el beneficio de la duda», pero «gobernar es muy difícil» y el PP puede presentar un bagaje que demuestra que «se puede confiar en él».
Según ha dicho, no conoce personalmente al líder de Podemos, Pablo Iglesias, aunque no tendría inconveniente en hablar con él –«yo hablo con todo el mundo», ha dicho–. «Andaremos por sitios diferentes», se ha limitado a decir.