Cero sorpresas. Tal y como estaba previsto, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, no se ha salido ni una línea del guión predeterminado. La Junta Directiva Nacional -el órgano más importante entre congresos- que ha reunido este martes en Génova a más de medio centenar de dirigentes 'populares' estaba destinada a un claro objetivo: cerrar filas después de unas semanas de cuchilladas internas y aclarar prioridades de cara a los comicios del 24 de mayo. Luego ya se verá.
«Lo obvio es lo real». Así ha arrancado el líder de los conservadores un discurso que ha durando en torno a 40 minutos y le ha servido para establecer los dos principales objetivos para este 2015: consolidar la recuperación de la economía española y ganar las tres elecciones previstas este año (municipales y autonómicas, catalanas y generales). «En política conviene distinguir lo importante de lo que no lo es. Conviene tener claros los objetivos y no distraerse con asuntos irrelevantes«, ha advertido Rajoy en clara referencia a los graves líos internos que durantes las últimas semanas han copado las portadas de todos los medios de comunicación. «No debemos de enredarnos en cosas que importan a 25», ha insistido en otro momento de su intervención.
Mariano Rajoy no ha pasado por alto los enfrentamientos que actualmente existen en el seno de la formación y que mantienen en pie de guerra al PP de Castilla-La Mancha y al PP andaluz. Como telón de fondo: las últimas elecciones andaluzas, donde el PP obtuvo los peores resultados en 25 años y perdió 17 escaños. Aunque el origen se remonta a tiempo atrás. La enemistad entre María Dolores de Cospedal y Javier Arenas se agudizó con el estallido del 'caso Bárcenas' y desde entonces mantiene dividido al PP. Este martes, Cospedal y Arenas, sentados cada uno a un lado del líder, no se han cruzado ni una sola mirada. Rostro muy serio el de la secretaria general del PP que únicamente se ha relajado cuando Rajoy, al final de su intervención, ha agradecido a todos su trabajo, y únicamente ha mencionado el nombre de su 'número dos' en Génova.
Un espaldarazo muy importante a su gestión, tan cuestionada en los últimos meses, por un sector cada vez más amplio que considera que su doble condición de secretaria general y presidenta de Castilla-La Mancha está perjudicando a la formación. Aún así, Rajoy ya advirtió este lunes, en una entrevista concedida a RNE, que no tiene previsto hacer ningún cambio. «Al menos no antes del 24 de mayo», completan fuentes 'populares'. Por el momento, el líder conservador, y a pesar de las encuestas que ya advierten de una debacle 'popular' en municipales y autonómicas, está convencido de que si el partido es capaz de convencer a sus desencantados de los «resultados obtenidos» volverán a ganar este año.
Por ese motivo, Rajoy ha optado este martes por un discurso que él mismo ha calificado como relato de lo importante. Lo ha hecho ante medio centenar de compañeros y ha arrancado el aplauso de todos ellos en más de una docena de ocasiones. Lo ha hecho cuando ha recordado a los suyos que al PP le ha tocado gobernar en «el peor momento de nuestra historia democrática», pero que aún así, tres años después, «España se ha convertido en el país de la zona euro que más va a crecer este año». Se ha felicitado por «el magnífico dato del paro» que se conoció este lunes. Y aunque ha insistido en que «aún queda mucho por hacer» -lema de su campaña de este año-, ha instado a los dirigentes presentes este martes en Génova en que deben de transmitir a todos los desencantados en sus localidades o regiones que la «persistencia en sus políticas económicas» facilitará que al «final de la próxima legislatura haya 20 millones de españoles trabajando».
Aunque sin duda alguna, los aplausos más fuertes se han producido en dos momentos claves de su discurso, que ha sido el único que Génova ha ofrecido en abierto, como suele ser habitual en este tipo de cónclaves. Cuando ha hablado de unidad y de responsabilidad. Para ello ha echado mano de uno de esos juegos dialécticos que tanto le gustan a él. «No voy a hacer un llamamiento a la unidad, porque éste es un partido unido. Y tampoco lo voy a hacer a la responsabilidad, porque derrochamos responsabilidad», ha zanjado. Y cuando se ha referido a uno de los principales lastres del partido, la corrupción. Este martes, el CIS ha vuelto ha advertir de que se trata de una de las principales preocupaciones de los españoles. Ante esta situación, Rajoy ha recomendado a los suyos que recuerden a los ciudadanos indinados «y con razón» por esta situación que ellos están «igual de humillados y abochornados».
La Junta Directiva Nacional es el órgano más importante de los 'populares', aunque Rajoy sólo la ha convocado desde que está en La Moncloa en dos importantes ocasiones. Una en 2013, tras el estallido del 'caso Bárcenas. Y otra ahora, cuando el PP se enfrente a unas de las elecciones más decisivas de su historia. Este martes, el líder 'popular' ha sido capaz de reunir en la sede nacional a un importante número de 'barones' autonómicos que decidieron ausentarse durante el último Comité Ejecutivo Nacional en el que se discutieron los resultados de Andalucía. La primera fila ha estado ocupada por los líderes de Madrid, País Vasco, Cataluña, Andalucía, Galicia y Extremadura -estos dos últimos ausentes en muchos Comités Ejecutivos- y por los ministros que forman parte de este órgano como es el caso de Soraya Sáenz de Santamaría, Fátima Báñez, Cristóbal Montoro y José Manuel García Margallo.
Aunque también ha habido destacadas ausencias. El líder balear, José Ramón Bauzá, y el riojano, Pedro Sanz, no han acudido. Así como tampoco ha asistido el polémico alcalde de Valladolid, León de la Riva, y de nuevo candidato del PP a la misma Alcaldía, quien ha asegurado que ya «no tiene edad para hacer de palmero de nadie». Además del discurso de Rajoy, Cospedal y Floriano (el director de campaña del PP) también han pronunciado sendos discursos. El debate final ha sido a puerta cerrada y según fuentes 'populares' ningún crítico con la actual dirección ha tomado la palabra este martes. A la salida, la consigna oficial ha imperado. «El PP es un partido unido», coreaban todos.