Las papeletas con las que los soldados andaluces en el exterior han votado en las recientes elecciones autonómicas, la batería de misiles Patriot desplegada por España en Turquía, los fondos históricos de la exposición sobre la fragata Mercedes tienen algo en común: han sido transportados por la multinacional UTi.
Las grandes empresas externalizan la gestión de la logística y también lo hace el Ministerio de Defensa, probablemente la mayor organización pública del país por plantilla, número de instalaciones, personal destacado en el extranjero, necesidad de transporte de materiales.
Precisamente el Ministerio de Defensa acaba de firmar a finales de febrero, tras un largo y complejo proceso de contratación, un nuevo Acuerdo Marco para el servicio de operador logístico para las Fuerzas Armadas con la multinacional UTi, 4.600 millones de dólares de facturación y 20.000 trabajadores en todo el mundo, 500 en España, un centenar dedicados exclusivamente a Defensa.
El convenio, de duración de dos años prorrogables, por un valor estimado de 137 millones de euros, consta de dos lotes. El primero da cobertura a la contratación centralizada de los servicios logísticos necesarios para el despliegue, sostenimiento y repliegue de las Fuerzas Armadas que participan en operaciones fuera de España. El segundo comprende todos aquellos servicios de carácter logístico necesarios para las Fuerzas Armadas cuando no pueden efectuarlos con sus medios propios, incluidas aquellas tareas de apoyo y asesoramiento en los procesos de transporte, gestión aduanera y de comercio exterior, tanto a nivel nacional como internacional.
Más de 200 blindados, una docena de helicópteros, 800 contenedores fueron transportados por tierra, mar y aire
El acuerdo UTi-Defensa, que persigueun ahorro económico y una agilización de los procedimientos administrativos, se enmarca en el proceso en marcha de concentración de la contratación en el Ministerio de Defensa, también en la concentración de los militares en tareas militares y en la colaboración público-privada de la que se habla más de lo que se practica.
La multinacional UTi trabaja con el Ministerio de Defensa desde hace 36 años… y con muchos otros. Aunque el trabajo con las Fuerzas Armadas -incluida desde este año la Unidad Militar de Emergencias- concentra alrededor de un 20% de su actividad en España, UTi gestiona también el transporte y la logística de empresas emblemáticas como Alcatel-Lucens, ONO, Ford, Toyota, Grupo Vips, RBA, Samsonite, Gocco, Indra o el fabricante de neumáticos Continental.
Con todo, durante muchos años UTi podrá exhibir su participación en la gestión y transporte de «una operación de dimensiones sin precedentes», en palabras de su director de Desarrollo de Negocio de Defensa y Aeroespacio en España, Carlos Medina, en referencia al repliegue militar de España desde Afganistán. Para encontrar una operación similar habría que remontarse a la salida de España del Sáhara Occidental en 1975 o incluso antes.
El Estado Mayor de la Defensa fue el responsable con la empresa UTi de diseñar el plan de repliegue del contingente español en Afganistán, desarrollado principalmente en 2013 aunque con actividad en 2012 y 2014, «el mayor reto logístico al que se han enfrentado las Fuerzas Armadas españolas en la historia contemporánea», afirma Medina.
El reto era desmantelar el mayor contingente militar español en el exterior en las últimas tres décadas, presencia iniciada en enero de 2002, que llegó a tener más de 1.500 militares y dos bases principales, la que construyó España en Qala-i-Nau, capital de la provincia bajo responsabilidad española durante una década, y Herat, sede del aeropuerto principal en toda la zona oeste del país.
Entre ambas ciudades, 150 kilómetros que recorrieron por tierra 13 convoyes interminables en longitud y tiempo de trayecto, entre 12 y 16 horas. Desde la base de apoyo avanzado de Herat y su aeropuerto, con todo el material embalado y clasificado, entró en servicio UTi a través de cuatro rutas de evacuación.
El material transportado incluyó 131 blindados ligeros Lince, 67 RG-31, una docena de helicópteros y 800 contenedores cada uno con una capacidad de carga de 24 toneladas.
El material más sensible voló directamente los 6.000 kilómetros de distancia entre Herat y la base aérea de Torrejón en Madrid. En 24 vuelos de gigantes del transporte aéreo alquilados a compañías especializadas se transportaron los helicópteros, armamento y municiones, electrónica y aquello de mayor importancia o valor económico.
Los vehículos de mayor volumen, que no pueden ser transportados en contenedores, siguieron otra ruta aérea, la más utilizada, que comunicó el oeste de Afganistán con los Emiratos Árabes, y desde allí por barco durante varias semanas hasta el puerto de Valencia.
Más complicadas aún fueron las otras dos rutas, una en avión desde Herat a Bakú (Azerbaiyán) más luego un tramo terrestre de 1.000 kilómetros hasta Georgia, y en barco por el mar Negro durante más de un mes hasta Castellón.
La otra, probablemente la más peligrosa, recorrió 1.500 kilómetros por tierra atravesando gran parte de Afganistán hasta el puerto paquistaní de Karachi, y una nueva singladura atravesando el Canal de Suez hasta el puerto de Valencia.
Los medios aéreos utilizados fueron los gigantes del transporte Ilyushin 76 y Antonov 124, capaces de tragarse desde helicópteros de ataque (imagen), de transporte Chinook o hasta tres contenedores de 20 pies.
UTi acaba de firmar un nuevo acuerdo como operador logístico de las Fuerzas Armadas
El coste de toda la operación para el presupuesto público nunca ha sido explicado en detalle por el Ministerio de Defensa, aunque referencias indirectas del ministro Pedro Morenés permiten calcular una factura de 400 millones de euros, divididos en varias anualidades, sumando costes propios de las Fuerzas Armadas y externalizados. Por ejemplo, el personal militar no se traslada siguiendo este sistema de operador logístico.
Dos de las últimas actuaciones de UTi con el Ministerio de Defensa sorprenden por sus peculiaridades.
Este mes de marzo, 660 militares censados en Andalucía pudieron ejercer su derecho al voto con las papeletas transportadas por UTi a Afganistán, Estonia, Líbano, Mali, Irak, Turquía y Yibuti, así como a cinco buques de la Armada. Las próximas citas electorales, municipales y autonómicas en mayo, catalanas en septiembre, generales en noviembre, requerirán un dispositivo similar de reparto y recogida de papeletas.
Otro ejemplo del último mes en el que ha operado también UTi para el Ministerio de Defensa ha sido en el transporte desde Alemania a la base aérea de Incirlik (Turquía) de elementos de las nuevas baterías de misiles Patriot adquiridas recientemente por el Ejército de Tierra para su despliegue, en el marco de la contribución de España a la OTAN, en las cercanías de la frontera con Siria. Una vez más fue un gigante Antonov el que trasladó una estación radar y una unidad de suministro de energía táctica.
«En la logística de combate no entramos, es misión propia de las Fuerzas Armadas, que no deben perder su know-how», aclara Medina aludiendo al reparto de tareas. En un momento de restricciones presupuestarias y de unos ejércitos cada vez más profesionalizados y tecnificados, los militares se centran en su función primera. Para el resto, apoyo externo.