El asesor fiscal del expresidente de la Generalitat Joan Anton Sánchez Carreté ha negado este lunes que sus vínculos con la familia Pujol le ayudasen para lograr en 2009 el indulto en uno de los casos en que ha sido condenado por delito fiscal.
En su segunda comparecencia ante la comisión sobre fraude del Parlament, Sánchez Carreté se ha acogido tanto al «secreto profesional» como al derecho de defensa de los Pujol para no dar detalles de su papel como representante desde 1983 del expresidente ante Hacienda ni sobre las cuentas que la familia ha tenido en el extranjero.
«Usted está intentando que yo cometa un delito», ha respondido a uno de los diputados, cuando le han interpelado sobre la regularización que hicieron en julio del año pasado varios miembros de la familia Pujol.
El asesor, que apareció en la lista Falciani, no ha querido tampoco dar detalles sobre este extremo y se ha limitado a decir que en 1991 tenía una cuenta bancaria fuera de España sin concretar la cantidad y se ha amparado en que por ley esta información es «confidencial».
Ha cargado también contra Falciani: «Es otro Javier de la Rosa», ha dicho, comparándolo así con el empresario, y ha acusado al primero de robar datos para venderlos y hacer negocios.
Carreté fue indultado por el Gobierno de Zapatero tras ser sentenciado por un caso de venta de centrales hidroeléctricas; además, fue condenado a pagar una multa como condena dentro del caso Hacienda, de soborno a inspectores de la Agencia Tributaria.
Corrupción, «reflejo de la sociedad»
A preguntas de los diputados, el asesor fiscal ha considerado que «la corrupción es un reflejo de lo que sucede en la sociedad» y ha sostenido que en España hay un abuso de la utilización de la figura del delito fiscal como arma recaudatoria.
Carreté ha declarado después de que en su primera cita con la comisión se hubiese negado declarar y esta segunda comparecencia ha comenzado con un incidente: el presidente de la comisión David Fernández (CUP) ha suspendido la sesión durante unos minutos, visiblemente molesto, para explicarle por qué se le citaba.