El embajador James Costos ha querido agradecer este fin de semana el trabajo y la cooperación de las tropas instaladas en España a través de un vídeo colgado en la web de la embajada de Estados Unidos en España y en su cuenta de Facebook, así como en un comunicado escrito cuyo contenido coincide parcialmente.
Costos señala en el vídeo que «todas las fuerzas de Estados Unidos destacadas en España, de los Marines, la Armada y la Fuerza Aérea, en Rota, Morón y Torrejón, desarrollan un papel fundamental para la seguridad de los ciudadanos de Estados Unidos y de nuestros aliados».
El embajador recuerda que desde que tiene «el privilegio de representar» a su país en España, cargo que ocupa desde septiembre de 2013, han llegado a España dos destructores norteamericanos a la base de Rota (Cádiz), que atracaron en febrero y julio de 2014, como componente del escudo antimisiles cuyo objetivo es «proteger a los aliados europeos y a las fuerzas norteamericanas en la región». Para el próximo 30 de abril está prevista la llegada de un tercer destructor, despliegue que se completa con un cuarto buque este otoño, cada uno con 250 militares embarcados, a los que se añaden sus familias.
Por escito el embajador recuerda que «Estados Unidos ha solicitado al Gobierno español que considere permitir el estacionamiento permanente y a largo plazo» de la unidad de marines en Morón, «y para ello ha iniciado conversaciones para realizar una enmienda al Acuerdo de Cooperación de Defensa, que gobierna nuestra relación militar bilateral. Mientras estas discusiones siguen en curso, apreciamos la extensión del acuerdo temporal». Recordando al presidente Obama, Costos concluye que “la cooperación de seguridad entre Estados Unidos y España nunca ha sido más fuerte”.
Este viernes el consejo de ministros prorrogó la presencia de 1.100 marines en la base de Morón por un año, una fuerza de reacción rápida mirando a África que EEUU desplegó en 2012. Como recuerda el embajador, EEUU quiere fijar por escrito y reconocer de forma permanente en el convenio de Defensa con España el incremento de la presencia militar y sus nuevas funciones. El problema es que el calendario aprieta y la modificación del convenio requiere su ratificación por el Congreso español.
Los límites de personal militar de EEUU en España han sido superados por la realidad
El actual convenio data de 1988, fue reformado en 2012 para introducir el papel de Rota en el escudo antimisiles -negociado a caballo entre dos legislaturas de distinto signo político- y establece un nivel de personal permanente autorizado de 4.500 militares y 1.000 civiles, más 2.250 con carácter temporal, que la realidad ha superado con creces.
EEUU pidió autorización en 2012 y se le concedió para la presencia temporal en Morón de 550 marines y ocho Bell-Boeing V-22 Osprey (aeronaves de rotores basculantes), que se convirtieron en 1.100 y 17 aeronaves un año después y ahora se quiere elevar a 3.000 y fijarlo por escrito.
Ampliación de número y cometidos
Dice Moncloa tras el consejo de ministros del viernes que «atendiendo a la situación de inestabilidad internacional, en 2014 Estados Unidos solicitó que el despliegue temporal en la Base Aérea de Morón de la Frontera de una Fuerza de Infantes de Marina de los Estados Unidos continúe por un plazo indefinido, que se incrementen los niveles máximos de fuerza y aeronaves autorizados y que se amplíen las misiones y cometidos a desempeñar por esa Fuerza para asegurar no sólo la protección de los ciudadanos e instalaciones estadounidenses, sino también los de España y los de los demás miembros de la OTAN en África, Europa y Oriente Medio, así como apoyar el adiestramiento conjunto con las fuerzas armadas españolas. A fin de acomodar dicho despliegue por tiempo indefinido, es preciso proceder a una enmienda del Convenio de Cooperación para la Defensa».
La decisión del Gobierno de este viernes se puede considerar por tanto un parche, que permite ganar tiempo, pero poco: «El despliegue actual de la Fuerza militar de Estados Unidos en la Base Aérea de Morón se basa en una autorización que expira el próximo 19 de abril y no resulta posible concluir antes de esa fecha las negociaciones en curso», reconoce Moncloa, para acordar la anteriormente citada enmienda del Convenio de Cooperación para la Defensa y los eventuales trámites que incluyen la autorización parlamentaria para su ratificación. Por ello el Consejo de Ministros ha aprobado la autorización de una nueva prórroga de un año.
Otro consejo de ministros autorizó el 23 de enero a los Ministerios de Asuntos Exteriores y Cooperación, y de Defensa, a negociar conjuntamente con los Departamentos de Estado y Defensa de Estados Unidos el correspondiente Protocolo de Enmienda.
La ventana para firmar un nuevo convenio se reduce a mayo-septiembre, entre elecciones
De las negociaciones, lo poco que trasciende es la disposición muy favorable del Gobierno Rajoy a estrechar relaciones y la existencia de contactos informales del Ministerio de Defensa con los grupos parlamentarios de la oposición.
El pasado miércoles el Congreso rechazó una moción del grupo Izquierda Plural que defendía denunciar el convenio y reconvertir las bases militares en civiles, además de pedir una actitud más activa al Ministerio de Defensa sobre el empleo civil español en las bases, que se ha reducido en 240 personas mientras la actividad se disparaba en los últimos años.
Precisamente los argumentos públicos tanto de Gobierno como de oposición a menudo se centran más en aspectos laborales o la carga de trabajo que pueden conseguir los astilleros públicos Navantia que en las repercusiones de política exterior y de seguridad de las relaciones entre los dos países.
Por una parte, la diputada Isabel Pozuelo del Grupo Socialista defendía el 15 de abril en el Congreso la relación en Defensa con EEUU «en un plano de igualdad y respeto», reconocía «consultas informales» con el Gobierno sobre el nuevo convenio, aunque pedía mayor transparencia sobre «los términos de negociación entre las dos administraciones» y la comparecencia de los ministros de Exteriores y Defensa para informar a la Cámara.
El ministro de Defensa, Pedro Morenés, hacía pública su posición en el Parlamento el pasado marzo, su apoyo a las bases de utilización conjunta «por la solidaridad en la estabilidad del mundo y la propia defensa de España».
Añadía Morenés que «en los últimos años estamos profundizando y casi confluyendo en el análisis de los riesgos y amenazas», más en concreto sobre «la preocupación por la inestabilidad en el área mediterránea, en el Sahel y en el Golfo de Guinea», y este acercamiento e intereses comunes «nos llevan a tener una disposición muy favorable a profundizar en esta nueva oportunidad de negociación que se nos ha abierto ahora».
Los partidos muestran más interés por el empleo español civil en las bases que por la estrategia de seguridad
El ministro de Defensa resumía la relación bilateral en que «tenemos que garantizar la seguridad y la defensa, nuestra y de nuestros aliados, y para eso lo más importante es tener aliados fuertes que compartan nuestros principios, nuestros ideales y nuestra manera de entender el mundo».
De lo anterior se deduce que Gobierno-PP, PSOE y al menos UPyD apoyarían modificar el convenio de Defensa con EEUU entre mayo y septiembre de este año, en medio de precampañas, campañas y elecciones municipales, autonómicas, catalanas y semanas antes de las generales.
La presente legislatura vuelve a finalizar con un asunto de la máxima importancia entre España y Estados Unidos en materia de Defensa, como ya ocurrió en 2011 cuando el Gobierno de Zapatero y Chacón se despidió aprobando semanas antes de las elecciones la participación de la base naval de Rota como eje del componente naval del escudo antimisiles de Estados Unidos y la OTAN.
El Gobierno de Rajoy acaba también mandato, por tanto, con unas negociaciones en marcha con Estados Unidos, con la presión de firmar antes de la celebración de las elecciones generales en previsión de unos resultados que pudieran ser menos favorables que los actuales hacia la presencia militar norteamericana en España.