Los preferentistas han encontrado un sitio aún mejor para protestar contra su injusta situación. De Génova, 13 -sede nacional del Partido Popular-, y donde nadie parecía darse por aludido, a Don Ramón de la Cruz, 33 -domicilio personal de Rodrigo Rato-, y uno de los principales responsables de su situación. Este martes, el exvicepresidente del Gobierno abandonaba su casa a primera hora del día no sólo asediado por la nube de periodistas que le acompaña desde la semana pasada, sino también por dos docena de afectados por el fraude de las preferentes.
El expresidente de Bankia ha abandonado su domicilio acompañado de varios guardias de seguridad privada que le protegen desde hace varios días. Rato, como cada mañana, se ha dirigido en coche a su despacho, que se encuentra a escasos 300 metros. Aunque esta vez, además de periodistas ha tenido que lidiar con un grupo de preferentistas enfadados. Insultos, golpes en el coche y pancartas con mensajes claros en los que exigen a Rato que «page las responsabilidades que tiene que asumir ante la Justicia». Él ha guardado silencio.
El 'caso Rato' explotaba definitivamente la semana pasada, cuando la fiscalía anunciaba una investigación al exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional por supuestos delitos de fraude, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales. ¿El origen de las pesquisas? haberse acogido a la amnistía fiscal aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy.
Aunque el ambiente lleva caldeado desde hace tres años. En julio de 2012 ya fue citado para declarar como imputado por la Audiencia Nacional por su gestión al frente de Bankia, una de las principales entidades en las que se fraguó el famoso fraude de las preferentes. De los 392.266 perjudicados que hay en total en España, 238.000 casos pertenecen a esta entidad. Y en octubre del año pasado saltó el escándalo de las tarjetas 'black'. Su caso fue especialmente llamativo. Además de las compras que cargó en ropa, bebidas alcohólicas, perfumes, instrumentos musicales o restaurantes de lujo, Rato llegó a retirar en metálico 16.000 euros, a un ritmo de 1500 euros a la semana.