El expresidente de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán ha confirmado que abandonará todos sus cargos en el PSOE «para evitar la presión al partido» y no entorpecer la investidura de Susana Díaz al frente del Ejecutivo andaluz.
«No quiero ser un obstáculo. No puedo ni debo someter al partido a esta presión. La situación actual en Andalucía es delirante porque la primera fuerza le saca un 15% a la segunda y, sin embargo, no puede gobernar», ha explicado Griñán en una entrevista a 'El País' recogida por Europa Press.
Griñán no renovará como senador, un cargo que dejará cuando la cámara sea renovada, previsiblemente en mayo, después de las elecciones andaluzas celebradas en marzo. El expresidente del PSOE se marcha convencido de su inocencia y la de su antecesor en la Junta, Manuel Chaves, ambos imputados por el caso de los ERE.
El exjefe del Ejecutivo andaluz ha insistido en lo que ya declaró ante el Tribunal Supremo el pasado 9 de abril. «No hubo un acuerdo para llevarlo a cabo, pero sí un fraude. Es evidente; si no, la Junta de Andalucía, cuando era presidente, no habría comenzado a reclamar el dinero. Ha habido concesiones mal concedidas y ha habido intrusos», asegura.
Sobre su gestión, ha sostenido que no recibió directamente ningún informe de actuación del interventor de la Junta, Manuel Gómez. «He aportado documentación que demuestra que tomé la iniciativa cuando cambié el sistema de transferencias de financiación para conceder ayudas», argumenta.
Griñán señala que ha hablado de su salida de la política con Manuel Chaves y que comunicó a Susana Díaz su decisión el día siguiente de declarar en el Supremo. En este sentido, ha negado un distanciamiento con sus compañeros, si bien ha señalado de «gratuitas» las declaraciones de la presidenta en funciones al apuntar a que pediría a ambos que abandonaran sus escaños si había acusación formal.
«No tengo ningún reproche que hacer. Está en un cargo muy difícil», dice sobre Susana Díaz, «y el escenario político es muy complicado».