El jurado popular ha declarado a Juan Carlos Aguilar, 'el falso monje shaolín', culpable de asesinar con alevosía a Yenny Rebollo, colombiana de 40 años, y a Ada Otuya, nigeriana de 29 años de edad, el 25 de mayo y el 2 de junio, respectivamente, tras recogerlas en su vehículo en la calle General Concha de Bilbao y llevarlas a su gimnasio. El jurado considera que no ha habido ensañamiento en el caso del asesinato de Ada Otuya.
Aguilar descuartizó el cadáver de Rebollo y se deshizo de las vísceras, y estranguló a Otuya, que había intentado huir pidiendo auxilio, pero el 'falso shaolín' la cogió del cuello y la arrastró dentro del local para asfixiarla con una cuerda.
Una vecina alertó a la Ertzaintza, que se desplazó al lugar y detuvo a Juan Carlos Aguilar, que estaba sudado, con el torso desnudo y con arañazos. Al lado, insconsciente, con una parada cardiorrespiratoria, se encontraba Ada Otuya, con cinco vueltas de cuerda alrededor del cuello. Tras reanimarla fue trasladada al Hospital de Basurto, donde ingresó en coma y falleció el 5 de junio por el estrangulamiento al que había sido sometida.
El mismo 2 de junio, cuando la Policía vasca entró por la fuerza en el gimnasio, halló en el tatami un total de seis bolsas verdes de basura que contenían restos del cadáver de Yenny Rebollo. En un falso techo de un vestuario de acceso restringido localizó otra bolsa, y una octava en el domicilio del procesado en la calle Iturriza.
El juicio se celebró entre los días 17 y 22 de abril en el Palacio de Justicia de Bilbao, y a preguntas del fiscal, el propio procesado reconoció, con una respuesta afirmativa o negativa, los hechos relatados por el fiscal en su escrito de acusación, en el que pedía un total de 40 años de prisión por dos asesinatos con alevosía. «Lo reconozco todo», aseguró el acusado, en la frase más larga que ha pronunciado en la vista oral.
De esta forma, admitió que el 25 de mayo, sobre las 3.20 de la madrugada, cuando circulaba con su coche, un Mitsubishi, por la calle General Concha de Bilbao, apareció Jenny Rebollo. Como un hombre estaba molestándola, la víctima se subió a su vehículo y se dirigieron juntos al gimnasio ZEN 4 que él regentaba, ubicado en la calle Máximo Agirre.
Una vez en el local, le ató las muñecas con cuerdas y bridas, y la agredió hasta matarla. Además, le propinó puñetazos y patadas. En los días posteriores, descuartizó el cuerpo sin vida de Rebollo y guardó parte del cadáver, mientras que se «deshizo del resto».
Sobre las seis de la mañana del 2 de junio, el fin de semana siguiente al crimen de Yenny Rebollo, Aguilar acudió a las inmediaciones del bar 'Canei', de la calle General Concha y contactó con Maureen Ada Otuya «para mantener relaciones sexuales».
Pasado un tiempo, en el gimnasio, ella intentó escapar y huyó hacia la puerta del establecimiento, pero él la llevó de nuevo hacia el interior. En un habitáculo, la ató por las muñecas y el cuello, y la estranguló utilizando cuerdas y bridas.
La abogada del acusado entregó en la Audiencia Provincial de Bizkaia hace más de un mes un escrito –que fue leído en el juicio– firmado por el 'falso shaolín' con este relato de los hechos. En él Aguilar aseguraba que cometió los dos crímenes de manera «súbita, imprevista e inesperada», sin dar oportunidad a las víctimas a defenderse.
Los abogados de la acusación denunciaron en la vista oral que se trataba de un «jugarreta judicial» para lograr rebajar la pena en cinco años.
Tras la deliberación del jurado y la declaración de culpabilidad del acusado de dos asesinatos con alevosía, el magistrado-presidente, Manuel Ayo, tendrá que dictar sentencia en base a los hechos considerados probados por el Tribunal popular y establecer los años de pena que le corresponden.
Peticiones
La Fiscalía solicita 20 años por cada uno de los delitos de asesinato con alevosía, y el pago a los familiares de las víctimas de un total de 286.000 euros. En concreto, reclama indemnización de 100.000 euros para el Aymar Martínez Rebollo, el hijo de Yenny, otros 100.000 euros para el padre Santiago Rebollo Tuirán, y 9.800 para la madre, Benicia Rebollo Jaraba. Además, exige 77.000 euros para Godspower Otuya, padre de Ada.
Por su parte, la acusación popular, ejercida por Clara Campoamor, pide que se imponga a Aguilar 20 años de cárcel por el asesinato con alevosía de Yenny Sofía Rebollo y 25 por el de Maureen Ada Otuya con las agravantes de alevosía y ensañamiento. En el caso de la primera, no ha solicitado pena por ensañamiento al desconocerse buena parte de las circunstancias en las que se produjo el crimen, ya que el cuerpo había sido descuartizado, y algunos restos los habría tirado el autor de los hechos a la Ría.
Un abogado de la Asociación Clara Campoamor también representa a la familia de Ada Otuya. El letrado de la acusación particular reclama 25 años de prisión por asesinato con alevosía y ensañamiento, y el pago de 252.000 euros para los padres y los hermanos de la joven nigeriana.
La defensa de la familia de Yenny Rebollo solicita 20 años de cárcel por asesinato agravado con alevosía y una indemnización de un total de 212.000 euros para el hijo, el padre y la madre de la víctima (100.000 para Aymar Rebollo, 100.000 para Santiago Rebollo Tuirán y 12.000 para Benicia Rebollo).