martes, septiembre 24, 2024
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Las lecciones de Susana a la profesora Rodríguez

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Unos leen la lección y otros la imparten. Un debate no deja de ser un duelo a florete verbal, en el que la forma y el fondo se entrelazan y acaban por dar a un ganador. En un debate de investidura ganador es el que acaba de presidente, lo que probablemente acabará por sucederle a Susana Díaz. En su debut en un parlamento nacional, Teresa Rodríguez, la líder regional de Podemos, ha dado una impresión entre pueril y titubeante, aferrada a folios que ha leído con nerviosa falta de convicción. Podemos casi ha implorado un gesto –“nos gusta la letra”, “le pedimos gestos pequeñitos porque nos los piden nuestros votantes”– a Susana Díaz, que ha impartido una lección desde la superioridad de no mirar el folio ni de reojo: “Sus votos no son de mejor calidad”.

Teresa Rodríguez ha llevado la particular y titubeante estilo de los círculos al Parlamento andaluz, con un discurso bastante circular y plagado de lemas “podemitas”, insistente sobre todo en el drama de los desahucios. Rodríguez ha desplegado en su flamante escaño su material de trabajo, entre el que está un ordenador portátil con una enorme pegatina de “Stop desahucios” en su tapa, que ha restallado en la sobriedad del marco parlamentario.

Tras el leído y deslucido discurso –la forma a veces arruina el fondo, los floretes tienen su arte– de Rodríguez, Susana Díaz ha sacado no el florete, sino la artillería de campaña: “Tengo la sensación de que usted cree que sus votos son de mayor calidad que los míos”, aseguró ante la mirada compungida de la diputada Rodríguez. Una vez establecido el irrefutable hecho de que los votos de Podemos valen igual cualitativamente que los del PSOE, Susana Díaz ha dejado claro a Rodríguez el detalle de que ella tiene más votos, es decir la apisonadora cualitativa; por consiguiente, “no les pido que me apoyen, sino que les pido que si no tienen una mayoría alternativa para gobernar Andalucía, que, al menos, me dejen gobernar a mí, que los andaluces sí me han dado esa mayoría». En democracia, quizás no haya distingos en cuestión de calidad de los votos, pero indiscutiblemente sí la hay en lo referente a la cantidad, y toda aritmética pasa por Susana Díaz presidenta.

Un panorama que no parece disgustar a la representante de Podemos, que casi ha implorado un gestito por parte de Díaz para llevar a sus bases. No es que la presidenta andaluza haya sido despótica o cruel, ha asegurado que tiene la mano tendida a medidas prácticas, dentro de la legalidad, sobre todo el lo referente a los desahucios, problema que parece que acongoja singularmente entre todos los de los andaluces –y españoles– a la portavoz de Podemos.

La profesora Rodríguez ha mostrado mandíbula frágil cuando los diputados han respondido a sus eslóganes con los clásicos comentarios a pie de escaño, “esto es peor que el instituto”, ha asegurado con una candidez demoledora. Una candidez que Susana Díaz ha aprovechado para hacer trizas a la profesora. Sin un solo papel le ha explicado qué es un gobierno en funciones, la calidad o no de los votos, la lógica de la democracia de las mayorías, el trabajo de un diputado y el del parlamento. Hasta le ha explicado que si se empeña en llamarla “diputada Díaz”, a qué pedirle cuentas como si fuera presidenta. Lo que se dice, un repaso.

Mientras Ciudadanos parece que no da por firmado pacto alguno que permita la investidura de Susana Díaz en segunda vuelta, la ternura de argumentos de Rodríguez parece dejar el camino despejado al PSOE con las 15 abstenciones de Podemos. Eso sí que son abstenciones de calidad.

 

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