El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha apelado este viernes al «trabajo de hormiguitas» de las «decenas de miles de personas normales, gente corriente, que están haciendo campaña día a día, en los ámbitos más pequeños, para empujar que 2015 sea el año del cambio», de cara a unas citas electorales en las que «Madrid y Valencia pueden ser los motores del cambio». Así lo ha indicado en un acto público en la Facultad de Geografía e Historia de la Universitat de València, junto al candidato a la Generalitat, Antonio Montiel, y al de València en Comú a la Alcaldía de Valencia, Jordi Peris, entre otros.
Según Iglesias, «en estas elecciones se enfrentan la ilusión y la esperanza al miedo y al más de lo mismo, y es el momento del jugador número 12» y, a su juicio, «lo fundamental en esta campaña no son ni los mítines ni los carteles electorales ni los spots», sino la gente y «hablar de política en bares, centros de trabajo, en la cola del paro, con la familia, en todas partes». De hecho, cree «fundamental» que cada uno de los asistentes, que le han recibido al grito de 'sí se puede' y han llenado tanto el salón de actos como cinco aulas habilitadas para seguirlo en 'streaming', se marque «la misión de convencer a cinco personas que están dudando de que va a ser difícil, pero el cambio es posible».
Iglesias condiciona el cambio a que el «protagonismo» recaiga en la gente, que es a la que «tienen miedo», a quienes «día a día hablan con conocidos para decirles 'esta vez podemos hacer las cosas de otra manera'».
«Programa azul o naranja, en el fondo, lo mismo»
De cara a las próximas elecciones, opina que hay que elegir entre quienes proponen un cambio y «los que quieren que todo siga igual, que se presentan con diferentes siglas, pero con el mismo programa, con programas que pueden ser de color azul o de color naranja pero, en el fondo, lo mismo, el programa que tiene contentas a las élites, y basta con escucharlas», ha apostillado.
Iglesias ha remarcado que «en política no se puede gobernar a favor de los desahuciados y de los que desahucian al mismo tiempo», ni «del que cobra el salario mínimo y del que tiene cuentas en Andorra, se llame Pujol, o en Suiza, se llame Rodrigo Rato» y, de ahí, la existencia de «dos opciones de gobernar, para la gente o para una minoría de privilegiados».
Madrid y Valencia, «laboratorios de experimentación»
A su juicio, «esto es lo que dijo 15M cuando pedía democracia y decía 'no nos representan'», que «el problema de la corrupción no solamente tiene que ver manzanas podridas, que están en todos los partidos», en concreto ha citado al exconseller Rafael Blasco por los fraudes en las ayudas a cooperación, sino que «la corrupción es una forma de gobierno, que ha tenido en Valencia y en Madrid dos de sus laboratorio de experimentación más importantes», ha subrayado.
Ha criticado, en este punto, que ese «modelo que apostaba por la especulación, por las concesiones administrativas a dedo, puso las bases de la corrupción como forma de gobierno en España», donde «los contratos se cerraban en restaurantes caros, en los palcos de algunos campos de fútbol, tenían que ver con los amigos del poder». Iglesias mantiene que «el problema no es que haya una montaña de sinvergüenzas», sino la «cara B de la corrupción, que hay estudiantes en Valencia estudiando en barracones, que se privatiza la sanidad, que hay camas de hospitales en pasillos» y que el sistema español «cada vez está peor porque cuando la sanidad se convierte en un negocio para enriquecer a amigos, nos damos cuenta de que la corrupción va mas allá de manzanas podridas».
Europeístas o traidores
También ha remarcado que son «europeístas» y que «los que han traicionado a Europa, un proyecto asociado a los servicios sociales, son los que mandan en Alemania y han mandado en España hasta ahora, esa gran coalición de viejos socialdemócratas que dejaron de serlo y de una derecha que nos ha llevado al desastre». Además, ha espetado «a los que ahora se ponen tan arrogantes en el Eurogrupo» que «si no cogen la mano» que han «tendido los europeistas, a lo mejor más temprano que tarde tienen que negociar con Marie Le Pen» y, en ese escenario, «no hay proyecto europeo».
En cuanto a la acusación de «romper la Constitución», ha apuntado que lo hicieron quienes «pactaron con nocturnidad la reforma del artículo 135» y la convirtieron «en papel mojado». «Ellos han roto el pacto y son los antisistemas, los enterradores del régimen del 78, nosotros queremos conservar todas las cosas buenas que ellos pretenden destruir, los derechos sociales y la sanidad y educación públicas», ha sentenciado.
«He defendido la reapertura de Canal 9»
Por otro lado, en respuesta a una pregunta por escrito del público, ha asegurado que él ha «defendido la reapertura de Canal 9 y que las televisiones publicas son imprescindibles y no puede ser que se hayan convertido en aparatos de propagandas de gobiernos». A su vez, Montiel ha augurado el «final de un ciclo terrible», en el que los valencianos han «sufrido especialmente» durante los «20 años de régimen del PP», caracterizados a su juicio por la «avaricia y desprecio a la gente», con ejemplos como «el cierre de RTVV, haber dado espalda a las victimas del accidente de metro», los retrasos en los pagos de dependencia, vivienda, farmacia o las «listas de espera en los hospitales».
A su juicio, «ha sido un saqueo organizado, como se ha visto en las cajas de ahorros» y en la colocación de «amiguetes, incompetentes, corruptos y gente que ha utilizado las instituciones para llenarse los bolsillos», y en ese contexto, «echar al PP es una cuestión de salud nacional, de supervivencia democrática». Jordi Peris, candidato a la Alcaldía, se ha comprometido a «pedir responsabilidades a aquellos que han llevado a la ruina a la ciudad» y a llevarlos «ante la justicia», dentro de un «programa de cambio hecho con la gente y para la gente».