Los dos expresidentes han dejado de lado sus más que evidentes problemas con sus formaciones y se han centrado en buscar el voto de sus militantes más tradicionales, que podrían estar pensándose cambiar su voto hacia otras formaciones como Podemos o Ciudadanos. A pesar de todo, las diferencias se han dejado notar durante toda la campaña. Ni Aznar ni Zapatero han coincidido en ningún mitin con Rajoy o Pedro Sánchez. De hecho, en el pistoletazo de salida del PSOE se vio a un Zapatero 'apartado' e incluso 'marginado' por su secretario general. En el caso de Aznar, sorprende su participación en tantos mítines, ya que en las últimas elecciones europeas no participó en ninguno. Su enfado por esta situación y la defensa a ultranza de la política de su mujer, Ana Botella, se hicieron patentes durante el acto que tuvo lugar en Madrid el pasado 17 de Mayo.
Tanto Zapatero como Aznar han realizado el mismo número de mítines durante la campaña electoral, cinco en total. El del PSOE tendría que haber empezado su tourné en Lanzarote, pero el trágico accidente de avión en Sevilla hizo que el acto se suspendiera. Durante la siguiente semana, y de una manera casi clandestina, Zapatero visitó Plasencia y Burgos para apoyar a Tino Rodríguez, candidato a las Cortes de Castilla y León; José Antonio Diez, candidato a la alcaldía de León y Luis Tudanca, candidato a la presidencia de la Junta de Castilla y León. La repercusión de estos actos apenas tuvo relevancia en la prensa nacional.
En esta última semana electoral, el expresidente Zapatero visita A Coruña el día 19 y Valladolid el día 22. Antes, el día 19, el exsecretario general del PSOE tuvo su acto más importante en Madrid. En un mitin atípico a las 10:00 horas de la mañana pidió apoyo para el candidato socialista a la Alcaldía de Madrid, Antonio Carmona, por tener una trayectoria «impecable» y experiencia de gestión frente a quienes creen que una candidatura tan importante se puede «improvisar en un mes». También aprovechó la ocasión para criticar a las nuevas formaciones: «Esos partidos que parecen nuevos han puesto como prioridad en Andalucía sus propios intereses, y esa es la diferencia entre un partido de gobierno y otro que quiere influir, condicionar o ser otra cosa».
Aznar, por su parte, comenzó sus actos en Zaragoza. Un mitin envuelto en la polémica. Primero por la competencia entre el propio Aznar y Rajoy. El actual presidente del Gobierno logró congregar, una semana más tarde, a más asistentes que su antecesor en el cargo. Además, el candidato de Zaragoza en Común a la Alcaldía de Zaragoza, Pedro Santisteve, interpuso una querrela contra la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, por unas declaraciones en las que afirmaba que «hay un candidato de izquierdas que menosprecia a las víctimas del terrorismo y defiende a los asesinos».
Su siguiente parada fue Logroño. Allí se trasladó para apoyar a un viejo amigo, al candidato popular en La Rioja, Pedro Sanz, y a la aspirante a la Alcaldía, Cuca Gamarra. Al contrario que en su primer acto de campaña, en este si hizo alusión a los partidos de nueva creación y recrudeció sus críticas hacia Ciudadanos. El secretario general de FAES criticó las declaraciones de Albert Rivera en las que defendía que la regeneración política correspondía a aquellos nacidos después de 1978. «Algunos dicen que son nuevos y jóvenes, pero quieren dejar fuera a dos generaciones de españoles», declaró. Además, defendió que «el voto útil» es apoyar al PP.
Ávila fue el siguiente destino del expresidente. En su comparecencia además de volver a golpear a Ciudadanos, también se acordó de Pablo Iglesias y Podemos: «La renovación no es cuestionar el sistema y decir que todo tiene que saltar por los aires y pegar una patada en la mesa».
El plato fuerte de la campaña, al igual que en el caso de Zapatero, llegó en Madrid. Pero en este caso no por su apoyo a Cifuentes y Esperanza Aguirre. Aznar mostró su descontento por el trato injusto que ha recibido Ana Botella por parte del partido. Aquí, insistió, «se reconoce al PP». «Ha trabajado como nadie y deja un legado como nadie», defendió Aznar sobre la labor al frente de la Alcaldía de Ana Botella. «Lo digo con especial orgullo y agradecimiento», señaló emocionado. «Querida alcaldesa, querida Ana, enhorabuena y gracias», finalizó.
El lugar elegido para cerrar su campaña fue Toledo. Más de un millar de personas abarrotaron el acto en el que José María Aznar apoyó a María Dolores de Cospedal. El presidente de honor del PP quiso cerrar filas con la derecha crítica en el partido para poder ganar las próximas elecciones municipales y autonómicas. Aznar advirtió de la posible victoria de la izquierda: «No quiero que vuelva a gobernar la izquierda. Ni con coleta ni sin coleta», un mensaje que fue rápidamente contestado por el público: «¡Nosotros tampoco!».
Aunque en actos los dos expresidentes firman tablas, si nos ceñimos a su repercusión mediática, Aznar gana por goleada. El presidente de honor del PP ha lanzado mensajes más directos y más agresivos a sus rivales de nueva creación. De todos modos, las comparecencias de los dos exlíderes sólo parecen una tregua en sus problemas con el partido por el bien de sus formaciones en las próximas elecciones municipales.