domingo, noviembre 24, 2024
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La España rural recela de los nuevos partidos

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Para el líder de Podemos, Pablo Iglesias, las grandes ciudades son «lugares distintos», «la avanzadilla del proceso de cambio» y el lugar del que proceden buena parte de los apoyos de Podemos, en declaraciones a la Cadena SER este lunes.

Los nuevos partidos del panorama político español, especialmente Ciudadanos y Podemos, son clave para la formación de los próximos gobiernos municipales y autonómicos. Los resultados en las elecciones municipales los convierte en llave imprescindible de gobernabilidad, aunque escaso mando propio y directo, salvo precisamente en ciudades emblemáticas como Barcelona, con el triunfo de 'Barcelona en Comú', La Coruña, donde 'Marea Atlántica' ha sido la fuerza más votada; y Madrid, donde Manuela Carmena y su 'Ahora Madrid' se ha quedado a un solo concejal de Esperanza Aguirre y anuncia gobierno municipal.

Los resultados en las principales ciudades sin embargo siguen copados por los dos grandes partidos nacionales.

Nueve millones de españoles viven en municipios de menos de 10.000 habitantes

El PP ha logrado ser la fuerza política con más concejales en 37 de las 50 capitales de provincia, aunque pierde todas las mayorías absolutas, que fueron un total de 30 en los comicios de 2011. Por su parte, el PSOE logra ser la fuerza con más concejales en seis capitales -Lleida, Tarragona, Soria y Segovia, Mérida y Huelva-.

A nivel nacional el PP ha conseguido 22.750 concejales y 2.768 mayorías absolutas (más 656 relativas), el PSOE ha logrado 20.824 concejales y 1.937 mayorías absolutas (y 538 relativas). Izquierda Unida, 2.216 concejales y 77 mayorías absolutas (y 44 relativas). Ciudadanos, 1.527 concejales y 48 mayorías absolutas (y 21 relativas).

El resto de las formaciones políticas no es posible acumularlas en totales nacionales, dada la diversidad de coaliciones a nivel local. Por acercamiento indirecto, en más de 6.500 municipios han ganado formaciones políticas clásicas, la fuerza de las nuevas es su papel de bisagra.

España rural / España urbana

El 21% de los españoles, alrededor de nueve millones de ciudadanos, vive en municipios menores de 10.000 habitantes, y ahí el tirón de los nuevos partidos es menor.

Análisis sociológicos y el propio barómetro del CIS de este mes de abril reflejan, por ejemplo, que Podemos recoge su menor simpatía ciudadana en los municipios menores de 2.000 habitantes y progresa linealmente según aumenta el tamaño de la localidad. En ese tamaño de hábitat es el PP quien recibe el mayor apoyo político.

El escenario aparentemente más desfavorable para Ciudadanos son los municipios entre 2.000 y 10.000 habitantes (y el mayor en grandes ciudades). En esos pueblos el PSOE consigue su mayor simpatía, junto con ciudades medianas entre medio y un millón de habitantes.

En intención de voto la tendencia es la misma, PP y PSOE son los partidos preferidos en municipios pequeños y las nuevas formaciones aumentan apoyo con el tamaño del censo.

Lo anterior puede cruzarse con variables sociológicas sobre situación profesional, que indican por ejemplo que Podemos es un partido apreciado entre profesionales por cuanta ajena, obreros cualificados, trabajadores administrativos y de servicios, estudiantes y parados; y recibe escasos apoyos entre trabajadores domésticos, jubilados y agricultores.

Fragmentación del voto

El porcentaje de voto de los grandes partidos en unas elecciones municipales ha tocado un suelo difícil de imaginar en décadas, el PP con el 27% de los votos y el PSOE con el 25%. Una de las lecciones de estos comicios ha sido la fragmentación del voto y como consecuencia la pérdida de mayorías absolutas (y la necesidad de pactos).

La novedad es para el Partido Popular y no para el PSOE. Muchos ex votantes del Partido Popular han depositado su confianza en formaciones políticas no de izquierdas, lo que normalmente tiene una penalización. Como ejemplo, en Castilla-La Mancha casi cien mil votos de Ciudadanos no se han traducido en ningún diputado regional. Un fenómeno muy conocido desde hace tiempo por la izquierda, especialmente la unida.

La traslación en cualquier caso de los resultados del domingo a unas elecciones generales es complejo. Ahora Madrid es un partido instrumental entre Ganemos y Podemos; en Barcelona, la fórmula ha sido una coalición de partidos. En ambos casos han presentado candidatos con fuerte personalidad que ha atraído votantes de un amplio espectro que rompen la etiqueta automática de partidos y sus simpatizantes.

En 48 de las 50 capitales de provincia han ganado partidos tradicionales

En principio, los cambios en las grandes ciudades adelantan un triunfo político en el Parlamento nacional, y así sucedió con el PSOE al comienzo de la democracia y al PP en los noventa. Pero la diversidad de los resultados del domingo impide automatizar el futuro.

Del análisis se deduce que Podemos y otras nuevas fuerzas cuentan con un apoyo potencial mayor que otras entre jóvenes, estudiantes, clases medias urbanas y descontentos (parados, afectados por la crisis), colectivos que se pueden definir como agentes activos de cambio político.

A la contra hay que tener en cuenta que los grandes partidos suelen concentrar voto en las convocatorias nacionales.

En el apartado de incógnitas se sitúa también la política de pactos (abstenciones decisorias y desencuentros) que tanto Podemos como Ciudadanos hagan en el semestre teórico que media entre las municipales y generales, que el Gobierno del PP quizá pueda estar interesado en acortar.

Las nuevas formaciones políticas tienen un carácter urbano y han conseguido ayuntamientos emblemáticos. Su extensión por todo el territorio nacional depende de los propios partidos y de los ciudadanos. Y se verá en breve.

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