sábado, noviembre 16, 2024
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Mariano Rajoy no se va: «Estoy cómodo y tranquilo»

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Marcha fúnebre a las puertas de Génova, 13. Caras largas, gestos torcidos y lamentos del nivel de «ha sido una catástrofe»«los resultados han sido muy malos», «hay que tomar nota» entre los 'barones' autonómicos que este lunes se han dejado ver por la sede nacional del partido después del descalabro vivido este domingo en las urnas. Entre ellos, la aragonesa Luisa Fernanda Rudi, el riojano, Pedro Sanz, la vasca, Aratxa Quiroga o el balear José Ramón Bauzá. Su jefe, el presidente Mariano Rajoy, y como suele ser habitual tras citas electorales, había convocado a las 17.00 horas al Comité Ejecutivo Nacional. Había mucho que analizar, reflexionar y asumir. En concreto, haber perdido 2,5 millones de votos respecto a 2011, más de 500 mayorías absolutas y en torno a 3.700 concejales. Habría que retroceder hasta 1991 para encontrar datos peores.

Aún así, Mariano Rajoy no sólo no dejará la presidencia del PP, sino que además sigue empeñado en ser el candidato de la formación en las próximas elecciones generales. Las preguntas han sido claras: ¿sigue pensando que es el mejor candidato del PP de cara a las generales? ¿Su partido también lo piensa? «Yo desde luego llevo mucho años en el partido. Creo conocerlo bien. En ese asunto estoy cómodo y tranquilo. Mi respuesta es sí a sus dos preguntas«, ha zanjado el también líder del Ejecutivo, quien también ha dejado claro que entre sus planes no está hacer ningún cambio. Ni en el Gobierno. Ni tampoco en la dirección del PP. Es más, si alguien pensaba que la secretaria general, María Dolores de Cospedal, tenía las horas contadas después de todos los enfrentamientos internos que su gestión ha generado y de haber perdido el Gobierno de Castilla-La Mancha (donde a pesar de ser la fuerza más votada, es probable que gobierne el PSOE con el apoyo de Podemos), que se olvide. El líder de la formación ha aprovechado el inicio de su intervención para dar expresamente las gracias a 'su número' dos por su labor al frente de la formación durante esta campaña.

La 'autocrítica' del líder conservador se ha limitado al argumentario habitual de siempre: el desgaste que sufren los partidos que están en el Gobierno ​y que les toca gestionar en tiempos de crisis. En referencia al batacazo que se han llevado sus dirigentes, Rajoy lo tiene claro: «los representantes del PP que han gobernado han tenido que hacer frente a una tarea ingente y tomar decisiones muy impopulares pero imprescindibles. Han gobernado con eficacia y responsabilidad; y han mantenido los servicios sociales». Y ha lanzado un aviso a navegantes, especialmente para aquellos que crean que estos resultados pueden ahora reordenar sus prioridades: «El Gobierno va a seguir trabajando por la recuperación económica de España y nuestra prioridad seguirá siendo la creación de empleo». Mariano Rajoy sabe que su baza de cara a las elecciones generales está ahí, aunque se supone que 2014 fue bueno y 2015 será similar, y sin embargo, las urnas siguen castigando. Empezaron en las europeas, continuaron en las últimas andaluzas (donde el PP logró sus peores resultados en 25 años) y lo han vuelto hacer este domingo.

Hay 'barones' que consideran que el partido no está tomando nota de estos «avisos» y que eso podría desembocar en una «catástrofe» aún mayor en las generales. Rajoy niega este extremo; y sigue empeñado en creer en que el problema radica en el desgaste «lógico» de una gestión en tiempos de crisis, en unos casos de corrupción «que han salido a la luz pública en últimas fechas aunque sean de tiempo atrás» -mensaje subliminal a la prensa-, y en un problema de comunicación: «Tenemos que ser más próximos, cercanos y comunicar más con los españoles». Rajoy está convencido de que los resultado electorales obtenidos no son tan malos, pero reconoce que su formación «aspiraba a más».  «La victoria del PP es incuestionable pero también es evidente que no hemos alcanzado las mayorías que los ciudadanos nos confiaron hace cuatro años», insiste, y aunque asegura no estar «satisfecho», lo cierto es que su discurso inicial se ha centrado en los argumentos que el PP acaba de repartir entre todos sus dirigentes para sacar pecho de estos resultados que son difíciles de analizar desde un punto de vista positivo. Aún así él lo intenta: «somos la fuerza más votada», «han confiando en nosotros más de 6 millones de españoles» y «hemos ganado con dos puntos y con 400.000 votos de ventaja respecto a la segunda fuerza que es el PSOE». Su principal rival en estas elecciones y a quien ha dedicado una pulla de las suyas: «El PSOE, estando en la oposición, ha bajado en votos. Eso sí que es un mérito difícil de explicar», ha alertado Rajoy, obviando que las opciones de gobernar de los socialistas son actualmente mucho mayores que las del Partido Popular.

Aún así, ha querido dejar clara su postura frente a posibles pactos de futuro. Rajoy ha asegurado que aún no ha hablado ni con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ni con el de los socialistas, Pedro Sánchez. «Hoy es día para hacer análisis de lo sucedido y para estudiar los resultados electorales», ha advertido, pero eso no le ha impedido adelantar que la «filosofía» del PP a la hora de pactar será apostar por la estabilidad, con pactos «transparentes» y defiendo «siempre la primacía de la lista más votada» como a su juicio quieren la mayoría de los españoles. «Soy partidario de la lista más votada», ha insistido el 'popular', que no ha querido precisar si el PP se abstendrá en Andalucía para dejar gobernar a la socialista Susana Díaz, que encabezó la candidatura más votada, y le ha advertido que quién quiere apoyos debe ganárselos. Por el momento, el presidente se niega a hablar de condiciones y aún ve todas las puertas abiertas.

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