A la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, se le ha tenido que atragantar el desayuno. Algunos importantes medios de comunicación abrían este jueves sus ediciones digitales y en papel con la seria convicción de que los cambios en el Partido Popular que este miércoles anunció en los pasillos del Congreso el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, llevaban su nombre. No se trata de un rumor nuevo. De hecho, lleva muchos meses leyendo este tipo de titulares en la prensa. Pero lo cierto es que esta vez se produce en un momento sensible y convulso para la formación. El pasado domingo las urnas les castigó con una notable pérdida de poder territorial, y algunos 'barones' conservadores ya han dado un puñetazo en la mesa para advertir de que no pueden más. El castellano leonés, Juan Vicente Herrera; la aragonesa, Luisa Fernanda Rudi; el riojano, Pedro Sánchez; el valenciano, Alberto Fabra; y el balear, José Ramón Bauzá ya han avisado que quieren abandonar la formación.
Todos ellos apuestan por escuchar el veredicto de los ciudadanos en las urnas, regenerar el partido y tomar impulso de cara a las generales con un equipo fresco y renovado. Entre los nombres más coreados, en público y en privado, el del joven Pablo Casado. Hasta el domingo pasado, responsable de comunicación de la campaña dirigida por Carlos Floriano. Aunque hoy ya sin cargo relevante en el partido. No forma parte del Comité Ejecutivo Nacional. Fue presidente de Nuevas Generaciones del PP hasta 2013 y actualmente es diputado por Ávila. Lleva meses siendo la cara combativa del PP en las tertulias televisivas y eso se lo reconocen en el partido. Especialmente lo veteranos, que parecen haberse dado cuenta -aunque tarde-, que la forma de hacer política y triunfar ha cambiado ya. Todos, menos Rajoy, al que le está costando más reaccionar.
De hecho, no fue hasta este miércoles cuando de verdad vio peligrar su candidatura a las generales. «Yo le diría a mi presidente que se mirara al espejo». Ésta fue la explosiva declaración que el 'barón' castellanoleonés, y persona cercana a Rajoy, hizo a principios de semana en Onda Cero. Unas dolorosas palabras que han conseguido abrir las costuras que Rajoy intentaba mantener selladas. El 25M, un día después del varapalo en las urnas, el presidente de los conservadores decidió comparecer en la sede nacional del PP. Su diagnóstico de la situación se limitó a un problema de comunicación y a ser partido de Gobierno en crisis. Cero autocrítica; y desechó la posibilidad de cualquier cambio en el partido y en el Gobierno. Hacía tres años que no comparecía en la sede nacional, y lo cierto es que le salió caro. La grave crisis interna que actualmente vive el partido explotó en ese momento. Y su solución no ha sido otra que rectificar y anunciar cambios futuros, pero «poco a poco».
Un anuncio que ha precipitado una tesis: el primer cambio afectará a Cospedal. Está claro que sus compañeros no se conformarán con maquillaje; y reclamarán cambios de calado y éste, evidentemente, pasa por la Secretaría General. Hoy aún todos son rumores, pero algunos 'populares' ya han optado por posicionarse por si la sangre pudiera salpicarles. Este ha sido el caso de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Bien conocida es su nula -por no decir mala- relación con la secretaria general, pero este jueves, en los pasillos del Congreso, y antes de que nadie pueda señalarle como artífice de esta treta ha querido marcar posiciones. «Yo sé lo que es la labor de un secretario general porque he trabajado bastantes años en el PP. Es una labor difícil, dura e ingrata. No encontrará de mí una sola crítica», ha avisado Santamaría.
De manera más cariñosa, aunque en el mismo sentido que la vicepresidenta, el presidente del Congreso, Jesús Posada, tampoco ha querido mantenerse al margen de los rumores que apuntan a una salida inmediata de Cospedal de la dirección del partido. «Cospedal ha hecho una excelente labor en el partido desde antes de las elecciones de 2011 y también en la Presidencia de Castilla-La Mancha», ha añadido el presidente de la Cámara Baja, quien ha recordado que él tuvo a Cospedal como subsecretaria durante dos años y medio cuando fue ministro de Administraciones Públicas y que «nunca» se le «ocurrió relevarla». «Está capacitada para desarrollar cualquier tarea que se le encomiende», ha zanjado Posada.
Aunque el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, ha ido un paso más allá que sus compañeros de partido y directamente ha desmentido las informaciones que apuntan a la nuca de la 'número dos' del PP. «Seguirá de secretaria general del PP hasta el próximo congreso del partido, salvo que ella diga otra cosa«, ha zanjado el dirigente conservador, que ha insistido en que Rajoy va a haber cambios en el partido con vistas a las elecciones generales de noviembre, pues la estrategia será distinta a la seguida para los comicios autonómicos y municipales; aunque él no está tan seguro de que esos cambies afecten a la estructura. Por eso, y al menos hasta las elecciones generales, cree que Cospedal, que en su opinión «ha hecho un magnífico trabajo», va a seguir siendo la secretaria general, «salvo que ella diga otra cosa».
Rajoy aún no se ha pronunciado a este respecto, pero lo cierto es que lleva meses defendiendo públicamente su gestión al frente del PP. Lo hizo cuando la explicación sobre el «despido en diferido» al extesorero 'popular', Luis Bárcenas, le puso en el centro de la diana de las críticas. Y lo ha seguido haciendo sucesivamente. Su doble condición (secretaria general y presidenta de Castilla-La Mancha) nunca gustó a un sector de la formación. Pero el detonante llegó con los resultados de las últimas tres elecciones celebradas. Los 2,6 millones de votos y 8 escaños perdidos en Europa; los 500.000 votos y 17 escaños perdidos en Andalucía; y los 2,5 millones de votos, 500 mayorías absolutas y más de 3.700 concejales perdidos el pasado domingo llevan su nombre escrito en el reverso. La reacción de Rajoy siempre ha sido la misma: defenderla contra viento y marea. De hecho, este lunes -durante la rueda de prensa celebrada en Génova- fue a una de las pocas personas a las que dio las gracias expresamente en público. Pero ahora se respiran nuevos aires en el cuartel general de los conservadores. ¿Prescindirá Rajoy de Cospedal? esta seguirá siendo una de las grandes incógnitas de las próximas semanas.