El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, llega este domingo a Madrid en visita oficial, la primera de un jefe de la diplomacia norteamericana a España en cuatro años, que servirá para firmar el acuerdo que hará de Morón de la Frontera (Sevilla) base permanente de la fuerza militar de EEUU de despliegue rápido en el norte de Africa.
Kerry se entrevistará el domingo por la tarde con su colega español, José Manuel García-Margallo, encuentro que irá seguido de una cena de trabajo, y el lunes será recibido por el Rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Los ministros de Exteriores darán cuenta de estos encuentros en una rueda de prensa prevista para las 13.30 horas del lunes en el Palacio de Santa Cruz.
El jefe de la diplomacia norteamericana llega a Madrid procedente de Ginebra, donde este sábado se ha reunido con su colega iraní, Mohamed Yawad Zarif. Antes, este mismo sábado, habrá encabezado la delegación norteamericana en la toma de posesión del presidente de Nigeria, Muhamadu Buhari, en Abuya. Tras su paso por Madrid, Kerry participará el martes en París en una reunión de los países de la coalición internacional contra el Estado Islámico.
Hasta 2.200 militares en Morón
La visita de Kerry permitirá firmar el tercer protocolo de enmienda al Convenio bilateral de Defensa entre España y EEUU, que convertirá en permanente el despliegue -hasta ahora temporal- de 850 marines que EEUU mantiene en Morón desde 2013 y que venía siendo prorrogado año tras año.
Los cambios negociados entre ambos Gobiernos -que deberán ratificar las Cortes españolas, donde el PP tiene mayoría absoluta- permitirán aumentar hasta 2.200 militares y 500 civiles el número de efectivos que EEUU podrá destacar en Morón con carácter permanente, apoyados por 26 aeronaves.
A estos 2.200 militares se les podría sumar otro contingente temporal de 800 efectivos en caso de crisis, por lo que el máximo autorizado de militares estadounidenses ascendería a 3.000. No obstante, Washington no tiene intención de aumentar el actual despliegue de 850 militares, a no ser que circunstancias extraordinarias así lo aconsejaran.
Desde el ataque al Consulado de EEUU en Benghazi en 2012, EEUU buscaba un emplazamiento en África para esta fuerza de despliegue rápido, que situó con carácter temporal en Morón hasta que encontrase otra alternativa.
Como no la encontró, finalmente solicitó a España permiso para un despliegue permanente de una fuerza que podrá desplegarse de manera rápida en el norte de Africa para proteger a ciudadanos e instalaciones de EEUU, España y de otros miembros de la OTAN, especialmente frente a la amenaza que representa el avance del yihadismo en el Magreb y el Sahel.
Una resolución de la ONU para Libia
La amenaza del yihadismo será uno de los temas que aborde Kerry en sus conversaciones con las autoridades españolas, con quienes hablará en concreto de la situación que atraviesa Libia, sumida en el caos debido a la rivalidad de dos Gobiernos y dos Parlamentos, apoyados por sus respectivas milicias, que pugnan por el poder y el control de los recursos naturales del país.
Los esfuerzos de la ONU, encabezados por el representante personal del secretario general para Libia, el español Bernardino León, para que las partes enfrentadas pacten un Gobierno de unidad nacional antes del inicio del Ramadán el próximo 18 de junio se parecen cada vez más a una misión imposible.
De ahí que la comunidad internacional empiece a valorar como un escenario plausible la opción de que, pasada la fecha límite del 18 de junio, si no hay Gobierno de unidad nacional se empiece a trabajar con el Gobierno asentado en Tobruk –el otro Ejecutivo de corte islamista está en Trípoli– como el representante legítimo de Libia.
Este Gobierno podría solicitar ayuda a la UE para que pusiera en marcha su propuesta de lanzar una operación militar destinada a luchar contra las mafias de la inmigración en Libia. Para que los europeos pudieran actuar en aguas territoriales libias o en territorio del país magrebí -al no existir un Gobierno de unidad nacional- necesitarían autorización del Consejo de Seguridad de la ONU.
EEUU tenía en principio sus dudas de que el Consejo pudiera autorizar el uso de la fuerza a una misión europea para luchar contra la inmigración, pero parece haber aceptado que la operación estaría encaminada a luchar contra el tráfico de seres humanos.
La presencia de España en el Consejo de Seguridad desde el 1 de enero pasado dará pie a hablar con Kerry de varios asuntos que centran los debates del máximo órgano decisorio de la ONU en materia de paz y seguridad, como son las negociaciones sobre el programa nuclear iraní.
España preside el comité encargado de revisar la aplicación de las sanciones contra Irán, que será el encargado de materializar cómo se procederá a levantar las sanciones una vez concluyan las negociaciones entre Irán y las potencias del 5+1 -Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, Rusia y Alemania- en torno un acuerdo nuclear definitivo antes de que concluya junio.
Cuba es un tema recurrente en las conversaciones entre diplomáticos de España y EEUU, por lo que previsiblemente también figurará en las conversaciones con Kerry, máxime cuando se ha concretado la salida de la isla de la lista norteamericana de países que patrocinan el terrorismo. España negociaba con Washington que esta salida de Cuba de la lista viniera acompañada o favoreciera la extradición de etarras acogidos por La Habana.
En el plano bilateral, sigue pendiente la petición de España a EEUU para que retire la tierra contaminada con plutonio que permanece en la localidad almeriense de Palomares como consecuencia de un accidente entre dos aviones norteamericanos en la década de los 60.
La antecesora de Kerry en el cargo, Hillary Clinton, se comprometió a encontrar una solución para este tema, pero lo cierto es que hasta la fecha no se ha concretado nada. EEUU siempre ha tenido miedo de que si asume la limpieza de Palomares, siente un precedente y le lluevan un sinfín de reclamaciones similares de otras partes del mundo.