Félix Sanz, en su sexto año como director del Centro Nacional de Inteligencia, ha insistido este miércoles en Toledo en la necesidad de compartir un mismo diagnóstico de la amenaza terrorista y también en sumar esfuerzos dentro de España y a nivel internacional, «la coordinación entre todos aquellos que se dedican a la seguridad de los ciudadanos, en el ámbito interno y externo».
En el marco del Seminario Internacional de Seguridad y Defensa organizado por la Asociación de Periodistas Europeos, centrado en esta 27 edición en el yihadismo, el director del CNI considera esencial «tener una interpretación común del problema».
En este sentido, el máximo responsable de la inteligencia española ha insistido en la conveniencia de compartir como eje de interpretación la lucha entre el mundo sunní y chií, que ha comparado con las guerras de religión en Europa durante ls siglos XVI y XVII entre católicos y protestantes. Los lugares en Oriente Próximo donde está implantado el grupo terrorista Estado Islámico, «es la falla que separa el sunnismo y el chiísmo», considera. De ese conflicto interno del Islam surge, según el CNI, el terrorismo yihadista que afecta a occidente como uno de sus principales efectos secundarios.
Sanz alude también al «interés estratégico divergente entre potencias regionales» y que en algunos casos, sin concretar, algunos países han financiado en sus etapas iniciales a estos grupos terroristas.
Sanz ha recordado que las primeras víctimas del yihadismo son los propios musulmanes en una proporción de mil a uno, cerca de una veintena de víctimas por este tipo de terrorismo desde comienzos de año en occidente frente a 18.000 víctimas mortales en países de religión islámica. «Cuando hablamos de yihad, los musulmanes son los actores principales y las victimas mas numerosas», afirma.
«Si reconocemos que ahí está gran parte del origen de lo que nos preocupa hay que decirle al mundo islámico que ellos tienen también una responsabilidad en resolverlo», señala Sanz sobre el conflicto sunní-chií. En cualquier caso, no se trata de una guerra con un frente definido donde situar cascos azules o fuerzas de interposición, o en la que España o cualquier otro país pueda tomar partido por un bando, es un conflicto con muchos escenarios muy diferentes con muchos actores.
Descripción del fenómeno
En cuanto a la definición del fenómeno yihadista, el director del CNI destaca que vivimos un «momento de gran competencia entre dos grandes organizaciones terroristas», en referencia a Al Qaeda y Estado Islámico, también conocido como Daesh, siglas en árabe que prefieren desde hace poco los responsables españoles de la seguridad para evitar ls términos 'estado' e 'islámico'.
Otra característica destacada de Daesh es que «aprovecha la sofisticación de sus medios de propaganda», y en este aspecto Sanz Roldán ha compartido la profesionalidad del vídeo que reivindicó hace unos meses el asesinato de un teniente jordano, aparentemente quemado vivo; u otra curiosidad, como que en algunas de las reivindicaciones de asesinatos el terrorista se limita a mover la boca y luego es doblado en la post-producción del vídeo.
Esta propaganda así como la atracción por la crueldad de sus acciones han llevado a entre 20.000 y 30.000 personas residentes en occidente a integrarse en el Estado Islámico, movimiento que el director del CNI sitúa ya con alrededor de 90.000 miembros.
Ciclo del yihadismo
Para el responsable del CNI, España cuenta con la ventaja de tener concentrados en ese organismo toda la inteligencia, a diferencia de otros países que tienen dos centros, uno para la inteligencia exterior y otro para la interior, o Estados que cuentan con hasta 16 agencias de espionaje, en alusión no expresada a Estados Unidos.
Entre las fortalezas del CNI su director añade la experiencia acumulada en zonas como el Sahel, al sur del Sáhara, que cuenta con personal desplazado sobre el terreno, y sobre todo que el centro «participa en todo el ciclo yihadista», desde el inicio de la radicalización de una persona, su captación por una red, su viaje a algún escenario conflictivo y su regreso a España para intentar cometer un atentado.
Félix Sanz insiste en la importancia de esa fase, que calcula en cinco o seis meses al menos, en la que el futuro terrorista viaja a Siria, Irak u otro conflicto para hacer la yihad, etapa en la -informa- mueren más de la mitad de los reclutados. Quienes han conseguido regresar a España tras esa fase de combate «están controlados», afirma el director del CNI sin añadir detalles.
La seguridad es una sensación
El objetivo del CNI, según su responsable, es ante todo facilitar información al Gobierno para que tome sus decisiones, pero ha insistido mucho también que se trata de que los españoles se sientan seguros, para lo que considera clave tener «confianza en quien trabaja por la seguridad».
«Nosotros queremos sentirnos seguros, si no nos sentimos seguros ya esta teniendo éxito el adversario, aunque no haya atentados», como de hecho no se registran en España atentados yihadistas en los últimos años.
«A veces los medios de comunicación generan una situación de inseguridad que no es correcta, hay que atemperar el discurso y ajustarlo más a la realidad», recomienda. «La retórica sí se puede atemperar un poco», añade, en el sentido de evitar alarmismos.
«Si los ciudadanos se sienten seguros lo están, aquel que se sienta seguro está seguro», resume.