«Cuando quedan pocos meses para las elecciones generales, no vamos a hacer lo que ustedes entienden por crisis del Gobierno». Así de contundente se ha mostrado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la rueda de prensa que ha concedido junto al primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, posterior a la XXVIII Cumbre Hispano-Portuguesa que se ha celebrado este lunes en el Parador de Baiona (Pontevedra).
Grecia se ha convertido en el principal objetivo de la comparecencia, aunque el titular del día lo ha dado el presidente cuando ha llegado el momento de hablar de las supuestas remodelaciones en el Gobierno. El pasado 2 de junio, al término de su intervención en las jornadas 'Trabajo autónomo y economía social, motores de empleo' que se celebró en la Secretaría General de Inmigración y Emigración y abordado por la prensa, aseguró que los cambios que tenía previsto hacer en el Gobierno y en el PP los haría «antes de verano».
Los periodistas intentaron que Rajoy aclarara si dicha remodelación afectaría a las dos esferas que dirige, partido y Ejecutivo, pero el presidente se escudó en un irónico «ya he dicho mucho». A partir de ese momento, y con la creciente presión que muchos de sus 'barones' comenzaron a ejercer sobre sus espaldas para que acometiera los cambios que fueran necesarios para remontar en las elecciones general, las especulaciones comenzaron a copar las portadas de los principales diarios nacionales. «Hoy, mañana, la semana que viene». Cualquier día era bueno para que Rajoy hiciera los anhelados cambios. Pero no llegaban.
El pasado lunes, en viaje oficial en Milán, Rajoy anunció a los periodistas que había convocado para ese mismo jueves un Comité Ejecutivo Nacional extraordinario en el Partido Popular. Parecía que los cambios en el PP eran inminentes, y en consecuencia también en el Gobierno. De hecho, no eran pocos los rumores que aseguraban que el presidente hablaría con el rey Felipe VI el pasado miércoles para explicarle su idea de nuevo Gobierno y que inmediatamente después lo anunciaría. Pero eso nunca llegó a producirse.
Ahora, todo parece haber sido un mal sueño. Rajoy ha sido preguntado este lunes ante la atenta mirada de los ministros de Asuntos Exteriores y de Cooperación, de Defensa, del Interior, de Fomento, de Empleo y Seguridad Social, y de Industria, Energía y Turismo que le habían acompañado a Galicia que cuándo iba a acometer los cambios prometidos, y él ha negado la mayor. No sólo no tiene previsto cambiar sus política, y menos ahora que «empiezan a dar resultado», ha insistido Rajoy. Sino que tampoco tiene intención de cambiar a ningún miembro del Consejo de Ministros. O por lo menos, no entra entre sus planes hacer una remodelación profunda de su equipo de Gobierno.
«No voy a decir más de lo que he dicho porque no tiene sentido», ha asegurado Rajoy cuando los periodistas le han pedido que aclarara un poco más este extremo. «Cuando haya algo más, lo sabrán», ha zanjado, dejando la puerta abierta a que si finalmente hay algún cambio se limitará a un mero retoque. Hasta la fecha, los nombres de los ministros de Educación, José Ignacio Wert, y el de Economía, Luis de Guindos, eran los que sonaban con más fuerza para abandonar el Ejecutivo. Aunque aún todo está en el aire. Habrá que ver qué ocurre en las próximas horas.